Las teorías del desarrollo a principios del siglo XXI

TITULO: Wacquant, Loïc, 2010, Castigar a los pobres Primera Parte: La pequeñez del Estado de Bienestar Social, Estados Unidos, Editorial Gedisa, página 80 a 127.

PRETEXTO: El texto de Wacquant trata de explicar cómo en Estados Unidos el insipiente Estado de Bienestar fue reemplazado por un Estado policial y penal. Además, se señalará como el autor considera que este proceso fue bastante desigual e incluso discriminatorio. En ese orden, esta relatoría realizará una exposición de las principales ideas y conclusiones y cuestionamientos que nos deja este autor.

TEXTO: El Estado Centauro, como describe el autor a ese estado en que paulatinamente se va transformando Estados Unidos después de la década de 1960, es un Estado que se describe como protector de la clase media y alta, pero con las clases populares y las categorías étnicas despliega toda una gama de políticas punitivas y disciplinarias.

Estados Unidos, más que haber sido un Estado de Bienestar fue un estado caritativo, esto debido a que sus programas que siempre fueron dirigidos a la población vulnerable eran muy limitados y no integrados con el resto de la acción estatal. Tal como dice el autor, estos programas no creaban ni fortalecían lazos sociales y solo buscaban reducir las desigualdades. Por lo tanto, al ser el estado de Bienestar prácticamente un fracaso, los políticos empiezan una arremetida en contra de estas políticas subsidiarias alegando que el estado podría llevar a la quiebra a varios de sus principales ciudades, como Nueva York, Texas o Florida. Se debía terminar inexorablemente con la “Era del Gran Gobierno”, tal como lo mencionó Clinton en su Discurso en 1996. De ahí que Estados Unidos viró hacia un estado Centauro, el cual, según el autor, por un lado “dejaba hacer y dejaba pasar” en cuanto a desigualdades se trataba y por el paternalista y punitivo con las consecuencias que generan los mecanismos que generaban esas mismas consecuencias.

Así las cosas, Estados Unidos empieza a disminuir el asistencialismo y comienza a aumentar el brazo penal, los cuales son dos caras de la misma moneda del Neoliberalismo, esto a partir de los años 70´s donde se empezó a reducir la red de seguridad social como oposición a los progresistas de los 60´s. En 1996, esto derivó en el hecho de reemplazar el “Welfare” por el “Workfare”, que básicamente era trabajar a cambio de la asistencia social. Estos programas fueron altamente condicionados por empleos de “sub-pobreza” como los llama el autor, a cambio de los “beneficios” de estos.

Esto se comprende cuando el autor menciona los rasgos distintivos del estado en Estados Unidos. Primero, él dice que es una “sociedad sin un Estado”, se consideran un pueblo autónomo y rebelde, segundo, tienen “fragmentaciones burocráticas”, Cada estado tiene un presupuesto diferente, inestabilidad en la selección de funcionarios y contrataciones directas con el sector privado y terciario que cumplen funciones de asistencia social, tercero, es un Estado Dual, la acción social esta dividida en dos campos con diferente ideología y clientela, primero hay un seguro social para los trabajadores y por otro lado, un “welfare” o bienestar, que es para los pobres. En cuarto lugar, es un estado de “Bienestar Residual”, solo apoya a los necesitados que se lo merezcan, es decir, a aquellos que han accedido al trabajo descualificado. Y por último, es un estado “Racial”, que busca preservar siempre los limites entre negro y blancos, el régimen de castas se encuentra por encima del ideal democrático. Estas características explican claramente como el estado de Bienestar estaba dividido en dos bloques, uno a los blancos, clase media y alta y otro, dirigido a los negros de la clase trabajadora no cualificada. Claramente, existía una división étnica del proletariado.

En las últimas 3 décadas del siglo XX, Estados Unidos ha venido aumentando el gasto militar y redistribuyendo los ingresos hacia las empresas y las clases altas. Mientras tanto a los pobres se les ha emprendido una guerra mediante medidas punitivas y humillantes, empleos precarios, reducción de ayudas, aumento de requisitos para acceder a las ayudas y eliminación de programas de ayudas para los que no trabajen, bajo la excusa de que están en un abandono moral que acabara por destruir la civilización occidental. Ya para 1997 todos los programas asistenciales fueron transformados en “Workfare”, es decir, trabajo a cambio de asistencia. Mientras tanto, todo el presupuesto destinado para el subsidio de los servicios públicos esenciales para los barrios pobres fue dirigidos a proyectos privados, comerciales y residenciales para atraer a nuevas empresas de servicios a los sectores más pudientes. Lo anterior, basado en la supuesta eficacia de los mecanismos del mercado en la asignación de los recursos municipales, facilitado por la segregación racial.

Este derrumbe del Estado de Bienestar o caritativo como lo llama el autor trajo consecuencias nefastas, para 1994 mas de 40 millones de habitantes estaban en la pobreza, es decir el 15% de la población, se aumentó la tercerización laboral, lo cual aumentó también a que los trabajadores realizaran acciones colectivas, como la sindicalización. Entre 1980 y 1990 hubo despidos masivos utilizados como apalancamiento financiero para las empresas y la prosperidad económica se construyó sobre la destrucción del empleo y el trabajo, sobre esto no hubo ninguna acción sindical debido a que estos eran débiles, además se intensificó el “Ethos del individualismo” meritocrático, el cual consiste en que cada asalariado responde por su propio destino, lo que consiga cada uno será a raíz de su propio trabajo. Ya en 1996, se abolió totalmente el derecho a la asistencia y la mano de obra descualificada quedo como el único apoyo que le quedaba a los pobres y más específicamente al subproletariado negro, los cuales se instauraban como los culpables de todos los males del país.

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