La eficacia escolar y la mejora de la escuela: El contexto intelectual y político

Colegio de Estudios de Posgrado de la Ciudad de México

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José Manuel Flores Rivera

Educación para Calidad

18/12/15

La eficacia escolar y la mejora de la escuela: El contexto intelectual y político

Ha sido hasta el siglo XX cuando se ha hecho un intento sistemático de construir un cuerpo de conocimiento sobre las escuelas y lo que ocurre dentro y en sus alrededores.

Este cuerpo intenta buscar respuestas a una pregunta fundamental: ¿Cómo son las escuelas realmente en su funcionamiento diario y cómo evolucionan con el tiempo?

El conocimiento sobre la eficacia escolar debe basarse en hechos y cifras obtenidos de numerosas escuelas., Teniendo esto en cuenta, podríamos definir la eficiencia escolar como:

“El grado en el cual cualquier organización educativa, como sistema social y dotada de ciertos recursos y medios, cumple con sus objetivos sin malgastar esos medios y recursos y sin someter a sus miembros a un esfuerzo excesivo.

Una definición como estas también deja claro que la eficacia puede estar ligada con juicios algo subjetivos sobre lo que es someter a sus miembros a un esfuerzo excesivo.

Dentro el concepto explícito de eficacia según nuestra definición podemos entender el intento de mejorar la escuela como un afán por superar los problemas causados por el funcionamiento de escuelas con  un bajo nivel de eficacia.

Podemos ver que la mejora escolar se relaciona con la eficacia y se dirige a la mejora del proceso de aprendizaje.

La política

En relación con el actual desarrollo social, la política educativa tiene que resolver varios problemas graves. Parece haber una discrepancia entre la necesidad de la sociedad de un reducido número de trabajadores altamente calificados.

 En segundo lugar  la educación es solo uno de los elementos dentro de cada sociedad. Esto quiere decir que podrían ser inevitables, por relaciones políticas, los recortes en el presupuesto destinado a la educación.

En tercer lugar, el Estado se allá en medio del proceso de reconsiderar sus funciones y la envergadura de estas. Aunque la educación es una responsabilidad a la que no se puede renunciar, eta responsabilidad se podría limitar a los niveles primarios del sistema o se podría delegar en otros elementos del sistema que no pertenezcan ala estado .

Si los pactos sociales con respecto al sistema educativo siguen estas tendencias, el sistema educativo y la escuela del siglo XXI no solo tendrán otro aspecto, si no que también funcionararn de otra manera.

Resulta evidente que la dirección de una organización educativa grande y compleja es al distinto del liderazgo “carismático” tradicional que, frecuentemente, produjo un alto nivel educativo en el aula o en la escuela pequeña.

Devolver la responsabilidad de la calidad y la eficacia de la educación a los docentes requiere aceptar las ideas de colegialidad y trabajo en equipo. D nuevo podríamos decir que cualquier evolución de una tendencia hacia la descentralización implica, a la vez, la necesidad de descentralización.

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