La informalidad como una vía de progreso para los peruanos

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Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Universidad del Perú, Decana de América

Escuela de Estudios Generales

Área de Ciencias Económicas y de la Gestión

 ENSAYO

La informalidad como una vía de progreso para los peruanos

AUTORES

Aaron Alexander Rivera Carbajal, Alejandro Jhohanzon Ramos Cotrado, Christoffer Félix Giovanni Mendoza Bustamante, Cristhian Farit Tello Angeles, Ericko Alonso Freyre Lara

DOCENTE

Mg. Amílcar Vicuña Ureta

Lima, Perú

2021

     Índice

     INTRODUCCIÓN3

ARGUMENTACIÓN5

Informalidad y su influencia en el desarrollo económico5 

A mayor tasa de informalidad menor crecimiento económico7 

Consecuencias en el entorno laboral y empresarial8 

Foco de inseguridad ciudadana10

     CONCLUSIÓNES12 

    REFERENCIAS 16

INTRODUCCIÓN

Actualmente, el Perú es uno de los países con mayor informalidad laboral en América Latina. Es tan común ver a trabajadores informales en las calles del Perú, que hasta se podría decir que está normalizada la informalidad. En simples palabras, la informalidad son todas aquellas ocupaciones y formas de producción, que son ejercidas por personas o empleados que reciben ingresos y cuyas condiciones de trabajo no se encuentran reguladas por un marco legal. Al día de hoy el 70% de trabajadores en el Perú son informales, según Loayza (2018). Existen muchos investigadores que sostienen, que la informalidad laboral en el Perú es un problema complejo de solucionar para el Estado; y que, por ello, se manifiestan distintas percepciones de éstas. Por ejemplo, para Hernando de Soto (2020) “La informalidad peruana es el resultado de una vigilancia “ex ante” (previa) que no toma en consideración la capacidad que tienen los peruanos para cumplir con los procedimientos. Antes de empezar a desarrollar sus actividades, ya les dicen que no”. Teniendo distintos puntos de vista podemos decir que es un tema del cual hay mucho que comentar.

En ese sentido, la informalidad es un tema muy controversial en el Perú. Como ya mencionamos, en el Perú hay altos grados de informalidad con cifras muy alarmantes, lo que hace que el país no tenga un pleno desarrollo; sin embargo, hay un grupo en la población que piensa que la informalidad es beneficiosa para la economía y que puede llegar a ser un medio para el progreso y desarrollo para la realidad inmediata del país. Es así que se presenta la siguiente interrogante ¿Es la informalidad una vía de progreso para los peruanos?

Nosotros planteamos que la informalidad no constituye una forma sostenible de progreso; y por ello, en el presente trabajo y como principal objetivo, expondremos que la informalidad no es una vía para el progreso real de una nación. Además, daremos a conocer las bajas condiciones con las que tiene lidiar un trabajador informal. Puesto que la situación laboral de los informales es precaria. Así también daremos a conocer que siendo informal no solo te perjudicas tú, sino que también perjudicas al sector formal de diversas maneras. Perjudicando al sector formal, también perjudica al estado, en vista de eso explicaremos de qué formas la informalidad afecta tanto a la ciudadanía como al Estado. En la actualidad, vemos que dentro de los empresarios se ha implantado malas nociones y prejuicios como consecuencia del comercio informal que los rodea. Expondremos estas malas nociones, además de dar a conocer por que la informalidad evita el crecimiento económico. Por último, la informalidad es negativa para preservar la seguridad ciudadana tanto de los transeúntes como de las personas que viven cerca a estos emporios y lugares de comercio informal. Teniendo, así como último objetivo, presentar las razones de dicha inseguridad ciudadana en estos lugares.

ARGUMENTACIÓN

Como primer argumento, tenemos que la informalidad no puede aplicarse como un medio de progreso económico para una nación, ya que tiene consecuencias negativas en el entorno laboral. Para poder apreciar los puntos negativos de las altas tasas de informalidad se pondrá de ejemplo a los países de Argentina, México y Perú. En el primer caso, en Argentina, una menor recaudación de impuestos produjo un menor gasto público, reduciéndose la oferta laboral de trabajadores en el sector público, es decir, menos puestos de trabajo generados y fomentados por el gobierno. También, cabe recalcar que debido a la gran tasa de informalidad que tiene Argentina, produce que el trabajador informal tenga una menor estabilidad laboral. Así, generando una variación constante del sueldo mínimo. En el caso de México, solo el 19% de la población labora en empresas que cumplen con los derechos del trabajador y obligaciones que dicta la ley. Se deduce que gran parte de la población en México no tiene un trabajo formal o sea no tienen los mismos “beneficios” que tiene un trabajador en planilla, que no pagan la misma cantidad de impuestos (que son destinados a obras y servicios públicos). En el caso del Perú, gran parte de las áreas públicas están congestionadas por puestos de trabajo informal (ambulantes) y requieren un mantenimiento constante. Además, 7 de cada 10 trabajadores de la fuerza laboral nacional, no cuentan con derechos laborales, no tienen acceso al sistema de salud porque no cuentan con un seguro médico, el cual en gran parte de los casos solo lo brinda un trabajo formal, ni cuentan con un sistema de pensiones para la jubilación.

Como segundo argumento tenemos que la informalidad no es beneficiosa para el país porque a una mayor tasa de informalidad, hay una menor recaudación de impuestos. Así se informó en el periódico de RPP (2021) “La recaudación tributaria de Perú entre el 2000 y 2020 se mantuvo por debajo del promedio de América Latina, según el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El MMM señala que esta baja recaudación de impuestos está relacionada con evasión de impuestos a la renta y al IGV. El MEF precisa que los factores relacionados a esta menor recaudación son la falta de información tributaria y financiera de administración tributaria, el uso indebido de operaciones elusivas para reducir el pago de los impuestos, y el incremento de la informalidad.” (párr. 1-3) Esto hace que el Estado destine un menor presupuesto a la construcción de obras públicas, las cuales generan trabajo (temporal); Así se reducen la calidad de obras y servicios públicos. Entre los servicios públicos se encuentra; el servicio de salud pública, que, al destinar una menor cantidad de dinero, no se podrá adquirir equipo médico especializado. Esto provocará que el sistema de salud colapse. Luego tenemos al servicio público de seguridad, al destinar menos dinero, la capacitación de personal de seguridad será mala, en consecuencia, traerá inseguridad ciudadana y con esto el caos. Y por último tenemos a la educación, que en el caso de Perú ya tiene índices bajos de destinación del presupuesto. La estructura de muchos colegios estatales está dañada, los docentes no son los mejores.

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