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Las Mujeres Amazónicas


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2011  •  3.006 Palabras (13 Páginas)  •  759 Visitas

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LAS MUJERES AMAZONICAS

Las organizaciones de mujeres indígenas amazónicas en el Perú.

De acuerdo a un estudio del Banco Mundial , en América Latina predomina la desigualdad en lo que se refiere a las diferencias de ingreso y el acceso a los servicios. Las encuestas domiciliarias señalan que el 10% más rico de los individuos recibe entre el 40% y el 47% del ingreso total en la mayor parte de las sociedades latinoamericanas, mientras que el 20% más pobre, sólo recibe entre el 2% y el 4%34. Además de ello, la desigualdad es más grande cuando la comparamos con el factor raza, etnia y género.

Según Rocío Franco el concepto de género se comenzó a emplear para evidenciar la existencia de una distribución de poder basada en un conjunto de atribuciones construidas socialmente, a partir de la diferencia sexual. Con la creación de este concepto, se introduce una noción relacional, en la cual hombres y mujeres resultan definidos en términos uno del otro y dejan de mostrarse de forma separada. Actualmente, no se niega que esta dicotomía sexual se impone socialmente a través de roles y estereotipos, y que es partir de ellos que se construye y legitima la subordinación del sexo femenino.

La mujer Shipiba:

Es muy interesante la obra de la estudiosa Pilar Valenzuela puesto que en esta obra se puede apreciar muchos aspectos de la mujer shipiba en cuanto a su matrimonio, cómo son los hombres con dos esposas, cuál es la relación de los suegros para con el yerno, como es el parto, que cuidados se le da a la madre y cuáles son los cuidados del padre. Algo que en lo particular nos ha llamado grandemente la atención es la fiesta denominada “Ani Sheati” en la cual se realizaba el corte de clítoris para realizar esta ceremonia el padre primero tenía que cultivar algodón, caña y plátano y cuando los plátanos ya daban fruto la mamá tenía que confeccionar una tela y una cerámica. Se colocaban tinajas muy grandes, una tinaja para entregar al invitado especial, una tinaja “del vello púbico de la mujer”, otra para llevar el hilo y otra para poner el clítoris. El padre también preparaba diez esteras de junco y construía una casa grande de 20 metros. La mamá por su parte tenía que confeccionar una “cushma”, es decir una manta y a su vez el papá preparaba un instrumento para exprimir caña y preparar un licor que invitaría a los invitados y pedía a los familiares que colaboren en preparar canoas donde traerían a los invitados a esta “Ani Sheati”,. Por otro lado las jóvenes a quienes se les iba a cortar el clítoris eran maquilladas con achiote y adornadas con algodón, hojas de plátano. Todos los preparativos duraban alrededor de dos años. Los invitados venían de todas partes y el padre les invitaba el licor que había preparado después de dos semanas les extraían el clítoris entre canciones relativas a ese momento, los maridos no permitían que otros hombres las vieran mientras las jóvenes estaban borrachas se realizaba este acto y en el lugar del clítoris les ponían el “shebinanti2 que es una piedra hecha de barro y se le dejaba por espacio de dos meses. Para evitar la infección se curaba con diferentes resinas agrias. Los hombres se burlaban de aquellas mujeres que tenían clítoris diciéndoles “¡shiii!” ”¡Qué asco!” por eso que seguían esta horrible costumbre. La mujer sin clítoris tenía la oportunidad de casarse con un hombre trabajador el matrimonio era solo la palabra del suegro que le decía al futuro yerno” Yo te entrego a mi hija, ya está lista sin clítoris”. La madre hacía que la hija le entregue comida al pretendiente aunque ella no lo quisiera la joven podía ser muy jovencita de 10 a 15 años, mientras que el esposo bastante mayor. La razón por la que le cortaban el clítoris era porque según ellos la mujer ya le sacaría la vuelta al marido.

Otra costumbre que narra en su libro Patricia Valenzuela es de aquellos hombres que tenían 2 esposas y tenían 2 esposas como premio al buen yerno, porque cuando el suegro consideraba que el yerno era bueno y trabajador le entregaba otra hija quien vivía junto a la otra así vivían juntos todos incluyendo los hijos que venían de las 2 mujeres. Algunos hombres llegaban a tener hasta 6 mujeres.

Estas costumbres afortunadamente ya cesaron ahora no se practican, pero han quedado rezagos y se sigue viendo a la mujer como objeto del hombre. En cuanto al parto, las mujeres shipibas cuando están por dar a luz toman un brebaje “piripiri” a base de malva y líquidos flemosos. Cuando la mujer siente los dolores le traen un trozo de tronco de plátano y sentada en él comienza a pujar y con la ayuda de una partera que no ha estudiado para ese oficio. Luego de dar a luz, la mujer cría a su bebe en la casa de marido. Su madre no la deja hacer nada. El marido no duerme con su mujer por unos tres meses y el hombre no puede levantar mucho peso, no puede tocar piedras, no puede ver al tigre, no puede tocar la pelota porque cualquier cosa que haga puede enfermar al bebe y volverse llorón. A lo largo de esta interesante obra podemos notar que el hombre tiene derecho a pegar a su mujer, a sacarle la vuelta y a ser atendido en todo momento por ella.

En este lapso de 20 a 25 años la mujer shipiba ha pasado de caminar dos pasos detrás de su pareja a tratar de caminar junto a él, dos pasos que significan entender que hombres y mujeres son iguales. Ellas viven cambios en las últimas décadas con la ayuda de instituciones como el Centro de Investigación y Promoción Amazónica. Las integrantes de la generación del cambio están orgullosas de su cultura, hablan shipibo y mantienen sus vestimentas típicas, danzas, cantos y artesanía, pero sin embargo también creen que hay mucho que cambiar para conseguir la equidad de género.

Según datos tomados de un artículo del diario la República encontramos que el 28% de mujeres shipibas no saben leer a diferencia de los hombres que son un 15% y que el 40% de las jóvenes entre 15 y 19 años son madres las cuales conforman el 14% a nivel nacional, y también es notorio que el 4.2% de las niñas entre 12 a 14 años también sean madres. Lo que contribuye a que exista una mortalidad infantil de 154 por cada 1000 nacidos vivos. 9.6 hijos es el promedio por cada shipiba. Otro dato interesante es que entre las mujeres en edad fértil las 3 principales causas de muerte son cáncer de cuello uterino el cual es un 14.8%, el embarazo, parto y postparto producen un 10.19% de mortalidad, y las enfermedades del aparato respiratorio ocupan un 10.19%.

La mujer invisible es aquella mujer que aparece en los folletos turísticos como parte del paisaje amazónico: mudas y tristes al lado de una boa o de un aguaje. Esta es la historia de su lucha por ser visibles y alcanzar sus derechos como mujeres dentro de su propia cultura y

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