Lectura exploratoria global
Enviado por becca28 • 11 de Septiembre de 2021 • Informe • 2.460 Palabras (10 Páginas) • 449 Visitas
1.2.1) LA LECTURA EXPLORATORIA GLOBAL
La lectura de los textos académicos presupone tiempo y espacio dedicado a la misma porque demanda un esfuerzo de atención y concentración. Pero, además, porque para que sea eficaz, el lector debe atender, no solo a la información, sino también a su propia comprensión del contenido del texto. En esta cita textual de un experto, Gombert, podés leer una definición de lectura eficaz o comprensiva: “los buenos lectores son capaces de pilotear la comprensión del texto, es decir que saben si están comprendiendo o no, qué elementos del texto los ayudan a comprender y cuáles dificultan su comprensión, si el lenguaje les resulta un problema o es que desconocen el tema del que habla el texto” (Gombert, 1990).
Según este autor, el lector se hace eficaz cuando, además de leer, puede dar cuenta de cómo lee. El concepto clave aquí es pilotear la lectura, es un término técnico, y central a la vez. Es decir, es una palabra del vocabulario estándar cuyo significado remite a la noción de piloto como el que comanda una nave, aquí es una metáfora, (lenguaje técnico) es decir, el autor usa la palabra dándole un sentido específico por medio de una comparación que establece con el lector como el piloto que guía el proceso de la lectura. Pilotear la lectura, entonces, no solo es leer sino además saber qué comandos de la nave -nuestra mente-, están funcionando (o no) para producir el proceso de lectura.
A continuación, vamos a trabajar estos comandos en base a la organización de tres operaciones consecutivas que los lectores competentes hacen para pilotear su lectura, es decir, leer un texto académico con algunas estrategias o hábitos que nos garantizan ser eficaces. Para ello, vamos a hablar de tres tipos de lectura para realizar sobre el texto:
Primero: Lectura exploratoria global. Saber de qué trata el texto: noción de tema global.
Segundo: Lectura de inspección previa de párrafos. Reconocer el grado de dificultad del texto: técnicas de lectura.
Tercero: Lectura en profundidad. Construir el significado del texto: distinguir ideas centrales de secundarias.
Lectura exploratoria global
Comúnmente pensamos que el significado o sentido de un texto está fijado en su escritura y si leemos cada palabra, oración o párrafo obtendremos ese significado. La experiencia nos dice que no es así. Podemos leer un escrito y entender un 10%, o 74%, o el 100% o no entender nada. Esto pone de manifiesto que el sentido de un texto, no está en él, sino en el acto de lectura que hace el lector. Tanto es así que, en relecturas posteriores, más allá de la comprensión, vamos encontrando sentidos o un significado que no habíamos advertido en lecturas anteriores. En tal modo, la lectura comprensiva para estudiar es un esfuerzo intelectual que el lector lleva adelante. Este proceso mental que significa leer para comprender implica tiempo, concentración y la utilización de estrategias o herramientas para facilitar el proceso de lectura y hacerlo eficaz.
Los buenos lectores recomiendan comenzar con este tipo de lectura. Consiste en leer de manera completa el material, sea un apunte, un capítulo, un apartado o sección del capítulo. Por ello, disponer de un lapso temporal para la lectura del material es un requisito. Si el texto no se lee completo, sino que se hace en sesiones que lo fragmentan, no se obtiene a nivel mental una noción global del tema abordado. El lector registra solo ideas sueltas y esto es un obstáculo para nuestra mente. A nivel mental reconocemos totalidades, por ejemplo: una casa, un auto, una persona; luego interpretamos los detalles: cómo es la casa, qué tipo de auto es, cómo está vestida o si está cómoda (o no) la persona. Necesitamos tener una idea global de un tema para reconocer luego sus partes. Leer de forma fragmentaria un texto no ayuda en este primer paso.
Por ello, recomendamos que esta primera lectura se realice de manera ligera y de corrido - en tal sentido, exploratoria - hasta agotar el material, de manera tal, que, cuando el lector la concluya, pueda ser capaz de reconocer el tema global como idea general. De modo que, con pocas palabras, pueda responder a esta pregunta: ¿de qué habla el texto?
Esta primera lectura exploratoria global nos permite reconocer:
✓ Qué conocimientos previos tenemos o vamos a necesitar para comprender el tema del texto.
✓ Cuál es el grado de dificultad que nos ofrece el lenguaje técnico o académico específico de cada disciplina o área de conocimiento.
✓ Reconocer las pistas de lectura que nos proporciona el texto para elaborar nuestras hipótesis de lectura.
Vamos a desarrollar cada una de estas estrategias en lo que sigue, leyendo un texto académico.
Para mostrar este proceso comenzaremos a trabajar sobre la cuestión del método en las ciencias sociales mediante la lectura del texto de Amparo Sánchez (1995) en “El marco conceptual en que se desarrolla el turismo”.
Te invitamos a leerlo.
Los conocimientos previos
Llamamos conocimientos previos a la información que el lector ya tiene en mente sobre un determinado tema. Cuando lee completo el texto, puede reconocer si esas nociones anteriores son muchas, escasas o nulas. De acuerdo a esta situación, la comprensión del tema nos costará en mayor o menor medida. Nuestra mente es como una gran enciclopedia que contiene información. Esta última constituye nuestro conocimiento del mundo, es decir, esos saberes previos que nos permiten comprender o no un texto nuevo. Cuando ya sabemos algo del tema, la información nueva tiene archivos o esquemas donde alojarse (en sentido metafórico, porque esa información previa está guardada de manera ordenada) en nuestra mente. Pero cuando no tenemos ninguna idea previa sobre la temática nuestra mente tiene que organizar el archivo o los esquemas en donde asimilarla. En este último caso necesitamos más tiempo para la comprensión. Entonces, vamos a tener que leer más de una vez el texto hasta poder organizar una representación del contenido como un saber o conocimiento.
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