Libro Del Futuro

Muchos laboratorios crean maquinas que dan vida, no a la arcilla, sino al acero y el silicio. Mucha gente cree que seremos sobrepasados por nuestra propia creación. Se lo puede demostrar en los aviones teledirigidos o coches que se conducen solos como ASIMO que puede hacer actividades normales como: correr, bailar, subir escaleras o servir el café. Pero para que los robots lleguen a pasar nuestras capacidades intelectuales se necesita mucho, por ejemplo en Predator un avión teledirigido que dispara misiles a los terroristas aparenta estar dirigido solo, pero está controlado por un ser humano que maneja una palanca de mando o los coches que se manejan solos de una u otra forma necesitan un GPS que les guie. Por lo tanto la idea de la existencia de robots autónomos queda todavía muy lejos, ya que sin un ser humano que tome la decisión, serían solo chatarra.

ASIMO es un arduo trabajo de veinte años de científicos de Honda. Este robot puede caminar, correr, subir escaleras, obedecer órdenes, agarra tazas y hasta habla con naturalidad. Posee un amplio vocabulario y puede conversar en varios idiomas. Hay quienes piensan que este robot es inteligente pero a fondo no es más que pura programación. Cuando el autor del libro quiso realizar una grabación con ASIMO le tomó cinco horas un video de cinco minutos, porque es incapaz de tener pensamiento propio. Todo paso que da debe ser calculado y ensayado con sus entrenadores. Tenía la inteligencia de un insecto. Es complicado explicar pero nuestro cerebro es tan sorprendente, no tiene ningún chip que lo controle y aun así funciona a la perfección. De hecho la arquitectura de los ordenadores digitales es diferente a la del cerebro humano. Un ordenador no aprende, nosotros lo hacemos a diario. En el caso de una red neuronal la perfección se va consiguiendo con la práctica. Aunque a veces el cerebro humano puede fallar por algún accidente sigue funcionando, en cambio a un ordenador basta quitarle un transistor para que no funcione.

Hay dos cosas que un robot no puede hacer: reconocer patrones y usar el sentido común. Por ejemplo un robot puede ver mejor que el humano, pero no comprende lo que ve. No distingue objetos. Pueden oír mucho mejor pero no entienden lo que escuchan. Por eso el reconocimiento inmediato de patrones han sido importantes para nuestra evolución. Hay dos maneras de construir el modelo cerebro de arriba abajo y de abajo hacia arriba. STAIR es un robot que usa el procedimiento arriba abajo. Reconoce objetos desde distintos ángulos, pero se limita a los objetos que conoce. Se quedaría paralizado si tuviera que salir a la calle y reconocer objetos aleatorios. Por el otro lado tenemos a LAGR del procedimiento abajo arriba, puede evitar objetos y aprende todo con práctica pero tropieza mucho Esto demuestra que aún estamos en la fase que las criaturas más elementales del planeta superan a los robots más inteligentes.

Un nuevo campo ha surgido llamada la Heurística, trata de seguir un sistema formal basado en reglas. Gracias a esta ciencia disponemos de algunos motores de búsqueda, bien sencillos. La IA

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