Los Videojuegos en el desarrollo mental de los niños
Enviado por Maaackq • 31 de Agosto de 2017 • Ensayo • 2.112 Palabras (9 Páginas) • 247 Visitas
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Universidad Autónoma De Zacatecas.
Unidad Académica de Medicina Humana.
Alumno:
Heli Daniel García Varela.
Folio: 488145472
Maestra:
Nathalie Fabela Enríquez.
Los videojuegos en el desarrollo mental de los niños.
11 de agosto de 2017.
Un videojuego es un juego electrónico donde, por medio de un televisor o pantalla, se proyectan imágenes controladas por uno o varias personas con un controlador. Hoy en día hay una gran controversia por el uso de estos aparatos, donde nos hablan de los efectos que éstos proporcionan en el desarrollo mental de los niños. Pero ¿Esos efectos son buenos o son malos? En la mayoría de los casos, se dice que provocan un mal desarrollo mental en los niños, ya que los padres mencionan frases como… “Esas cosas te pudren el cerebro” o “Los videojuegos sólo sirven gastar tu vista y tus ideas”, sin tener en cuenta que los videojuegos también proporcionan muy buenos efectos o efectos positivos, como habilidades y conocimientos que ayudan en su desarrollo.
En muchos de los casos, las ideas negativas provienen de las personas que no tuvieron o no han tenido la oportunidad de jugar algún videojuego o, que tuvieron la oportunidad de hacerlo, pero se le daban las mismas ideas negativas o regaños, obligándolos así a pensar de la misma forma. Pero los videojuegos no son sólo un medio de entretenimiento por el cual se “perjudica” el desarrollo mental de los niños, los videojuegos van mucho más allá, en la actualidad son un espectáculo, un arte, un medio por el cual podemos ver la vida de diferentes maneras, una forma donde nosotros creamos la historia, el universo donde se desarrolla el juego y le damos vida al mismo mientras progresamos, cumpliendo objetivos y, a la vez, le damos vida a un personaje que nosotros creamos, el cual representa nuestra forma de ser o la forma que nos gustaría ser.
Hay muchas notas que hablan de crímenes atroces que fueron producidos por la obsesión hacia un videojuego, se ha comprobado que, en esos casos, los asesinos jugaban videojuegos, mas no fue comprobado que los videojuegos fueran los causantes del trastorno o problema por el cual cometían semejante crimen, de hecho, en la mayoría de estas notas, como lo menciona Genry Mendoza, un escritor de la revista gadget, la conducta humana es terriblemente difícil de estudiar, se sabe sobre problemas psicológicos y físicos que pueden provocar los videojuegos, pero no hay prueba alguna de que éstos sean los que provocan algún trastorno productor de un asesinato.
Efectos negativos por parte de los videojuegos.
Se comenta que un niño que se desarrolla con un hábito en los videojuegos tiende a ser distraído, violento, con menor capacidad para socializar, con un mayor riesgo de tener depresión y ansiedad, también que desarrollan un vicio hacia ellos y no se pueden liberar de él, lo cual puede provocar que el niño deje de lado la escuela, los amigos y familia para poder jugar, incluso hasta la alimentación y la higiene personal, o puede desarrollar sedentarismo, provocando sobrepeso y obesidad, dolores de cabeza y/o dolores musculares, lo cual conlleva a problemas de salud. Pero estos efectos no ocurren de forma frecuente, de hecho, sólo se da cuando los padres les permiten el exceso a los niños, aunque de igual forma, es demasiado raro un caso en donde un niño que juega videojuegos de forma frecuente sea muy violento, con poca capacidad de socializar, y no llega a tener depresión ni ansiedad, al igual que no presenta problemas alimenticios o de higiene. En todo caso, esos problemas llegarían a verse en niños que viven en un ambiente incomodo, donde su familia tiene problemas o no lo tratan de forma apropiada.
Los videojuegos no suelen ser los que tienden a provocar que un niño sea violento, por otra parte, la mayoría de los comentarios que se escucha del por qué un niño es violento por los videojuegos, es porque tienen muchas escenas violentas, y es que de verdad hay una gran cantidad de escenas así, al igual que otras relacionadas con drogas y sexo. Pero ¿Por qué los niños juegan ese tipo de juegos? Aunque… la verdadera pregunta más bien sería ¿Por qué los padres permiten que sus hijos jueguen ese tipo de juegos? Hay que tener en cuenta que los videojuegos cuentan con un sistema de clasificación por edades y tipo de contenido. La ESRB (Entertainment Software Rating Board por sus siglas en inglés o Junta de Clasificación de Software de Entretenimiento) nos proporciona una información objetiva donde nos indica para qué público está dirigido el juego, esto es así para que los consumidores, en especial los padres, puedan informarse de qué es lo que su hijo va a encontrar en el juego. Estas clasificaciones nos sugieren la edad adecuada para jugarlo y una descripción breve del tipo de contenido (si hay sangre y violencia, uso de drogas, un lenguaje fuerte e incluso si contiene música irritante o temas sugestivos), por lo que no hay excusas, ya que, cuando un niño ve algún contenido violento, es porque sus padres se lo permiten. Cuando un niño se la pasa todo el tiempo jugando, es porque sus padres se lo permiten, se concentran en culpar al juego antes de que ellos se den cuenta de su error y piensen en qué pueden hacer para cambiar eso. Es demasiado parecido a los casos de la televisión y las películas porque, mientras los padres regulen el tipo de contenido y el tiempo que el niño lo ve, no habrá ningún problema.
Tampoco son los videojuegos los que provocan de forma directa que el niño viva en un estado de ansiedad y estrés o se aleje de familia y amigos, ya que hay demasiados factores fuera del tema de los videojuegos que influyen en estos problemas. Puede que desarrolle violencia por el trato que le dan sus amigos o su familia, y así mismo, se aleja de ambos, y al mismo tiempo puede sentir ansiedad y estrés porque no encuentra una persona con la cual platicar y no sentirse solo, lo que, a su vez, los hace seguir jugando más y más para poder cubrir ese hueco que le deja la ausencia de algún amigo o familiar, para reprimir algún rencor o simplemente divertirse después de algo que le llegó a molestar o entristecer.
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