Maltrato hacia los animales
Enviado por lyamelo • 11 de Febrero de 2022 • Ensayo • 2.726 Palabras (11 Páginas) • 63 Visitas
Muchas veces el maltrato animal tiene como definición el abandono o abuso hacia animales domésticos, pero sinceramente esto va más allá, ya que abarca muchas formas que traen consigo consecuencias irreversibles como la extinción de especies. La extinción es un proceso lento y natural que surge cuando los animales no se adaptan al medio o son sustituidos por otros y desaparecen totalmente; sin embargo, en la actualidad existen algunos factores que aceleran dicho proceso.
Últimamente hemos sido testigos de que cada vez más especies se encuentran amenazadas por prácticas sociales injustificadas que llevan al deceso y extinción de muchos animales. Es por ello que puede afirmarse que nosotros somos responsables de la aceleración de tal proceso. En vista de profundizar estas cuestiones, se partirá de las siguientes interrogantes: ¿existe un aire de superioridad por parte de nosotros que nos lleva a realizar estas malas prácticas?, ¿qué impacto pueden tener nuestras acciones al no cuidar nuestra biodiversidad? Y, ¿somos totalmente responsables de la extinción de especies? En este sentido, se sostiene la hipótesis de que la mayoría de personas conocemos los temas de maltrato y extinción, pero no actuamos para poder relacionarlos y erradicarlos. Entonces, la principal interrogante es: ¿cómo el maltrato animal conlleva a la extinción de las especies?
La definición de violencia según la OMS es: “El uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otras personas, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte”1. Por otro lado, la palabra “maltrato” se refiere a la serie de actos cometidos haciendo uso de la violencia para dañar a otros, ya sea a personas o animales. A partir de esto, podemos decir que el maltrato animal comprende todo tipo de violencia hacia estos seres, desde el abuso y abandono de animales de compañía o animales domésticos, hasta las malas prácticas de
caza y captura indiscriminada, tráfico ilegal, transporte y cría intensiva, lo cual provoca problemas graves e incontrolables como muertes masivas y extinción de especies a nivel mundial. Es probable que no sea fácil relacionar el maltrato con la extinción de especies; sin embargo, David Redding y Elizabeth Boakes autores de The Conversation, sugieren que: “(…) la extinción es un proceso natural, pero actualmente ocurre a 1000 veces la velocidad normal”2 y que los registros fósiles demuestran que en el pasado las especies sí se extinguían, pero permanecían mucho más tiempo en nuestro planeta, a comparación de las actuales especies que se extinguen en un proceso más rápido por la pérdida de hábitat, las formas de maltrato y contaminación ambiental, otro tema que también representa un riesgo alto para el equilibrio de los ecosistemas.
Considero que tanto el maltrato hacia los animales como la extinción de especies es indiferente ante nosotros porque anteponemos nuestro bienestar por encima del suyo. Es cierto que sí, somos seres superiores y que nos diferenciamos de los animales porque poseemos lenguaje articulado y hacemos uso de la razón: un animal no se puede comunicar cuando siente dolor, frío o hambre, no puede reclamar cuando está siendo atacado, no puede defender su hábitat cuando es vulnerado y solo actúa por instinto propio. Es por ello que debemos dejar de lado el antropocentrismo (concepto especista que se refiere a la supremacía del ser humano por encima de todo y todos) para alzar la voz y promover acciones en nombre de la conservación de las especies. Una nueva sociedad está surgiendo con el tiempo y últimamente está basada en el egoísmo: “En lugar de encontrar paz en las normas sociales que dicta la razón ética, hemos creado un mundo violento, como jamás se había visto. Nuestra capacidad de razonar nos alejó de sentir, hasta convertirnos en el peor depredador del planeta y sus habitantes, en el más cruel de los asesinos para con nuestra propia especie, y para las demás.”3 Porque no solo existe la violencia hacia la mujer, varón, niños o ancianos, sino
también hacia los animales; y eso debe cambiar. Es nuestro deber forjar una sociedad responsable capaz de cuidar y preservar la vida.
Asimismo, todo el mundo está de acuerdo en proteger a los animales bajo cualquier concepto. Sin embargo, sabemos que las acciones valen más que las palabras y últimamente las malas prácticas han contribuido en crear un impacto ecológico negativo en nuestra biodiversidad, tales como la captura, compra y comercio ilegal de animales exóticos como el pez cirujano azul o el pez payaso que representan a personajes ficticios en la película Buscando a Nemo y Buscando a Dory. “Estas dos especies de peces, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza entre 1997 y 2002, antes del estreno de la primera película, fueron capturados alrededor de 74.557 individuos. Después de la película, se calcula que cada año se atrapan unos 400.000 peces cirujano azul.”4 Esta práctica es muy común después del estreno de una película o serie animada con un personaje llamativo que represente a un animal, porque se espera que a) actúe como en la película, b) sirva como regalo o c) sea modelo de exhibición. La captura y comercio ilegal provoca muertes por el traslado o poca adaptación al nuevo entorno y por lo tanto, la disminución de la cantidad de tales especies en su hábitat natural, ocupando un lugar en la lista de animales en vía de extinción.
Por otro lado, también existe un vacío legal que viene de la mano con un vacío de responsabilidad y empatía que nos ha impedido actuar ética y moralmente en muchos casos. Por tanto, a pesar de los grandes esfuerzos por parte de organizaciones nacionales e internacionales para crear acuerdos, prohibiciones, leyes y normas que aboguen por los animales, estas no llegan a cumplir su objetivo al ser rechazadas o ignoradas por la población. Países como Perú, cuenta con la Ley N.º 30407 que garantiza el bienestar y protección de todas las especies de animales vertebrados domésticos o silvestres en un marco de protección a la vida, pero tal parece que nuestras acciones van en contra
de dicha ley, que bien puede ser por el poco conocimiento o simplemente por el rechazo. Por consiguiente, se afirma: “La ley promulgada N.º 30407 es insuficiente y los medios de comunicación pudieron haber tenido un rol más fuerte.”5,6 Recordemos que los medios de comunicación son indispensables en la actualidad porque una de sus funciones y la más importante, es transmitir información verídica y relevante de la situación actual bien sea nacional o internacional, por lo que debió haber mayor difusión e impacto de tan importante ley en nuestro país. En España, la Comunidad de Madrid dejó mucho que desear en cuanto a su compromiso de proteger a los animales, ya que en un primer momento: “(…) prometió dejar de experimentar con animales por cuestiones éticas y morales; sin embargo, no lo hizo y no solo continuó con los experimentos desde la fecha que prometió no hacerlo, sino que aprobó los experimentos que ya estaban en curso.”7Aquí no debemos olvidar que la experimentación en animales requiere justificación científica en cuanto al respeto y protección de la vida del animal, requisitos que no se cumplieron en España, muy aparte del engaño hacia la población. También existen casos en donde el maltrato es impulsado por las mismas leyes, como en Argentina en la provincia de Chubut. “La ley provincial XVII-N.º52, fomenta la caza de animales silvestres como el zorro y el puma. Según el texto oficial, el gobierno local paga $1000 pesos por cada piel de zorro y hasta $5000 por piel y cráneo de puma, además de realizar capacitaciones para aprender a colocar trampas y causar una desaparición indiscriminada de estos animales.”8 A la fecha, se sabe que esta ley está en evaluación para su modificación.
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