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Manual para la constitucion de una sociedad anonima


Enviado por   •  20 de Junio de 2017  •  Documentos de Investigación  •  2.757 Palabras (12 Páginas)  •  339 Visitas

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INDICE


MARCO LEGAL

INTRODUCCIÓN

SOCIEDAD ANÓNIMA: forma de organización de las grandes empresas dominante en los países capitalistas; su capital se obtiene mediante la venta de acciones (ver). Las sociedades anónimas surgieron cuando el desarrollo de las fuerzas productivas llegó al estadio en que la fundación de empresas gigantes, la construcción de ferrocarriles, canales, etc., exigía la centralización de capitales individuales. Los beneficios de la sociedad anónima (descontados los recursos que se destinan a ampliar la producción, a aumentar el capital de reserva, al pago del personal que dirige la sociedad y de los impuestos quo establece el Estado) se reparten entre los accionistas bajo el aspecto del dividendo (ver) por acción. Los apologistas de la burguesía intentan presentar el desarrollo de las empresas en forma de sociedades anónimas como "democratización del capital" (ver). En la gestión de las sociedades anónimas, la abrumadora mayoría de los accionistas no desempeñan ningún papel, pues los organismos rectores de la sociedad (Consejo de directores o Consejo de observadores) se eligen, formalmente, en asambleas generales de accionistas, donde cada uno de ellos cuenta con un numero de votos proporcional al de las acciones que posee. De ahí que, en las elecciones, el voto decisivo corresponda a los grandes capitalistas, dueños del paquete de control de las acciones (ver). Para los amos de las sociedades anónimas, resulta singularmente beneficiosa la colocación de acciones de pequeño valor entre sus propios obreros y empleados; por lo general, ello se organiza descontando regularmente de los salarios el importe de las acciones. Con ello, los dirigentes de las sociedades anónimas no solo obtienen recursos monetarios adicionales, que emplear para extraer beneficios, sino que, además, durante un lapso considerable, mientras los obreros no han pagado íntegramente el importe de las acciones, disponen de éstas y perciben los dividendos correspondientes. Mediante la colocación de acciones entre los obreros que trabajan en las empresas de la sociedad anónima, los capitalistas crean la apariencia de que también los trabajadores participan en la distribución de las ganancias. De esta manera, procuran atar a los trabajadores al carro del capital, intentan convencerles de que unos y otros se hallan interesados en la buena marcha de la empresa y en el incremento de las ganancias, intentan estimular a los obreros para que eleven la intensidad y la productividad del trabajo, tratan de provocar la decisión en las filas obreras, procuran desviar de la lucha de clases a los obreros. En la época imperialista, los magnates del capital financiero (ver) utilizan las sociedades anónimas para ampliar la esfera de su dominio sobre capitales ajenos. Lo logran desarrollando el denominado sistema de participaciones, que consiste en lo siguiente: las principales jerarcas de una sociedad anónima (sociedad matriz) adquieren el paquete de control de acciones de otras sociedades (filiales) que, a su vez, poseen paquetes de control de terceras sociedades (subfiliales), etc. De este modo, un grupo de magnates de las finanzas, dueños de la sociedad anónima matriz, disponen de los capitales de otras varias sociedades anónimas cuyos medios, en su conjunto superan en mucho los recursos propios de aquellos. Así, por ejemplo, los Rockefeller, con un capital de tres mil quinientos millones de dólares, disponen de sesenta y cinco mil millones; los Morgan, con siete mil millones de dólares, controlan un capital que supera en más de diez veces sus propios recursos. En la U.R.S.S. también existieron sociedades anónimas durante los primeros años de la N.E.P. Mas por sus objetivos, se diferenciaban totalmente de las capitalistas. Se organizaron como sociedades anónimas empresas dirigidas por diversos Comisariados del Pueblo o empresas capitalistas de Estado, indispensables sobre todo para atraer capitales extranjeros con vistas al restablecimiento y al desarrollo de la economía del país. A principios de la década de 1930-1940, la mayor parte de estas sociedades anónimas se transformaron en compañías estatales: trusts, entidades comerciales, etc. Poseían, asimismo, un carácter esencialmente distinto del de las sociedades anónimas capitalistas, las sociedades anónimas mixtas, intergubernamentales y paritarias que se organizaron en varios países de democracia popular. Sus activos se componían de aportaciones realizadas por los países en que tales sociedades se organizaban y aportaciones de la Unión Soviética; una parte de estas últimas estaba formada por las empresas de los criminales de guerra alemanes y japoneses que habían pasado a propiedad de la U.R.S.S.; otra parte consistía en nuevas instalaciones, materias primas deficitarias etc., suministradas por la Unión Soviética. Las sociedades anónimas de este tipo teman por objetivo contribuir al desarrollo de la economía de varios países socialistas destrozada por la guerra. Alcanzado este objetivo, en 1954-1955 las sociedades indicadas pusieron fin a su existencia mediante la venta a los países correspondientes, en las condiciones más ventajosas, de los activos pertenecientes a la Unión Soviética.

Las   sociedades   son   entes   económicos   independientes   que   persiguen   fines económicos particulares. Son sujetos de derechos y obligaciones, y por lo tanto, tienen una personalidad jurídica diferente a la de sus socios. Las sociedades ejercitan sus derechos y contraen obligaciones a través de sus representantes. Para que las sociedades mercantiles tengan personalidad jurídica distinta de la de sus socios, deben estar inscritas en el Registro Público de Comercio. Si no están registradas se   les  denomina   irregulares  y   en   este  caso   sus  representantes   y mandatarios  que   realicen actos jurídicos  responderán del cumplimiento de  los mismos frente a terceros, subsidiaria, solidaria e ilimitadamente. El  contrato de la sociedad civil debe constar en escritura pública y estar registrado en el Registro de Sociedades Civiles  para que produzca efectos contra terceros. En   las  sociedades   civiles     los   socios   que   las   administran   garantizan   el cumplimiento   de   las   obligaciones   sociales   subsidiaria,   solidaria   e ilimitadamente. Los demás socios salvo convenio en contrario, sólo están obligados al pago de sus aportaciones.

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