Mejoramiento De La Educación En Chile, ¿más Estado O más Mercado?"

En la actualidad, la tecnología ha avanzado tanto, que las distancias geográficas ya no son un problema desde el punto de vista de las comunicaciones. Chile, es un claro ejemplo de esto, pues a pesar de estar situado en uno de los lugares más recónditos del planeta, no está marginado de los efectos de la globalización.

La globalización, es un fenómeno que ha proporcionado innumerables beneficios, sobre todo en el aspecto económico. Sin embargo, no podemos desconocer, que también ha potenciado la decadencia de nuestra cultura y de la identidad nacional. Esta situación, no es menor, cuando observamos que se ha modificado el contexto social y con ello, el rol de Estado, Ahora. “todos los Estados, tienen que navegar en el sistema financiero global y adaptar sus políticas, en primer lugar, a las exigencias y coyunturas de dicho sistema” (Castells, 1998). Por esta misma razón, se cuestiona permanentemente la forma de cómo se va a conducir a la ciudadanía y cómo se van a enfrentar las demandas sociales. Dentro de este contexto, es significativa la importancia que tiene la Educación.

A lo largo de la historia de nuestra nación, la Educación, evidencia muchos intentos del Estado para responder a las necesidades y a las demandas de la sociedad. Y por la misma razón ha experimentado con diversas políticas que pretenden como fin último, mejorar la calidad de la Educación. Estos intentos, se han basado en los principios constitucionales, por lo tanto no carecen de legalidad.

Por un lado, la responsabilidad recae completamente sobre el Estado, quien haciendo efectivo el principio constitucional establecido en el artículo 19, N°10 del Derecho a la Educación, el cual señala que “La educación básica y la educación media son obligatorias, debiendo el Estado financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la población” (Constitución Política de Chile, 1980). Esta mirada, compromete al Estado a hacerse cargo no solo del financiamiento económico de la Educación, si no también garantizar el ejercicio de este derecho.

Desde mediados del siglo XX, este principio fue acunado, por varios gobiernos. Por ejemplo: el presidente Pedro Aguirre Cerda, manifiesta durante su mandato ”Gobernar es Educar”. Más tarde, el presidente Eduardo Frei Montalva, también responde a la responsabilidad que el Estado tiene sobre la Educación, e implanta la educación básica como obligatoria. Además adoctrina un principio pedagógico que consiste en proporcionar una educación cristiana de autoliberación en la sociedad. Y como último ejemplo de esta visión, cito al presidente Salvador Allende, quién implementa un tipo de enseñanza para todos a través de “la reforma de la ENU, Escuela Nacional Unificada, la cual posiciona a la Educación para satisfacer las necesidades reales de la sociedad chilena y para reformar la presencia del modelo curricular academicista el que se caracteriza por centrarse en la transmisión de contenidos, por uno experiencial y basado en la industrialización de los recursos naturales y materias primas.” (Roberto Villaseca, 2007). El escenario en donde se adoptó este enfoque facilitó la implementación de estas políticas educativas. Pero en la actualidad, la situación es diferente, pues la sociedad está basada en el mercado, y como el sistema escolar, siempre es tributario de la sociedad, ambos no son compatibles.

El segundo enfoque, también se sustenta en la Constitución Política de Chile (artículo 19, N°11), donde se establece que “La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales” y por otro lado la idea de que “los padres tienen el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos” (Constitución Política de Chile, 1980).

En los años 80, el presidente Augusto Pinochet Ugarte, hace valer el principio de subsidiaridad del Estado, para potenciar un modelo económico

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