Problema de educación en el estado de México

Durante los últimos 20 años la pobreza a nivel nacional e internacional ha ido en aumento, situación que se manifiesta principalmente en las grandes urbes y con énfasis en los llamados “cinturones de pobreza”^[1] que rodean a las ciudades. Dichas zonas se caracterizan por poseer los salarios más bajos, mayor índice de desempleo, empleo informal, déficit de la vivienda, pocas acciones para atender los servicios básicos, o la falta de atención al sector educativo.

Un claro ejemplo de éstas urbes, es lo que se vive en el centro del país, en la región denominada Zona Metropolitana de la Ciudad de México^[2], que incluye ya, además de las 16 delegaciones de la C.D.MX, 40 municipios del estado de México, y uno de Hidalgo. Sin duda, la mancha urbana ha ido creciendo con gran rapidez, llegando a abarcar municipios que hace no mucho se consideraban como rurales o semirrurales (Pérez, 2010).

La Ciudad de México siempre ha sido un referente importante para los mexicanos, alberga los tres poderes de la federación y existen grandes oportunidades de empleo y accesibilidad a los servicios públicos, sin embargo, con el paso del tiempo ha sufrido un proceso de gentrificación, el cual ha expulsado a la población de escasos recursos económicos a las zonas conurbadas de la ciudad, haciendo crecer la mancha urbana estrepitosamente.

La población en los territorios limítrofes ha ido aumentando drásticamente desde los años 80 (Pérez, 2010). Éste fenómeno se registra importantemente en la Zona Oriente del Valle de México (ZOVM), que comprende 6 municipios mexiquenses: Chalco, Chicoloapan, Chimalhuacán, Ixtapaluca, La Paz y Valle de Chalco Solidaridad. Los municipios mencionados son clara evidencia de lo que la pobreza lacerante puede generar en los grupos sociales de escasos recursos económicos.

Dentro de las carencias que se viven el la ZOVM, resalta un problema en particular: El rezago Educativo. Es sabido que la educación es una pieza fundamental en el desarrollo económico de un país, sobre todo en la actualidad, en que el conocimiento y la tecnología determinan aspectos económicos esenciales, sin embargo, esta importancia no se corresponde con el impulso precario que se le ha dado a la educación en México.

El atraso educativo en el país se puede leer en las cifras. Según el Foro económico mundial (WEF, por sus siglas en inglés), en 2016 México ocupó el lugar número 65 de 121 economías analizadas en cuanto a calidad educativa. Por otro lado, en cifras nacionales el Estado de México se ubica en la posición número 12, siendo la zona oriente de esta entidad la más rezagada (INEGI, 2015).

En éste contexto, cabe resaltar que según datos de La Secretaría de Educación (SEDUC), en el Estado de México se han implementado políticas educativas que pretenden aumentar la oferta de instituciones de nivel básico^[3]. Sin embargo, la cantidad de alumnos por maestro en los centros educativos públicos es muy preocupante, así como la calidad de los docentes, los cuales son contratados con los mínimos requisitos, ofreciendo a sus estudiantes una educación deficiente dentro de salones retacados.

        La Zona Oriente del Valle de México, que comprende los 6 municipios mexiquenses anteriormente mencionados, tiene deficiencias en su sistema de educación debido a que las políticas de acción sólo se han enfocado en tratar de satisfacer la demanda de infraestructura educativa del nivel básico, y no se ha atacado el problema de raíz, que involucra ofrecerle a las nuevas generaciones un número mayor de docentes bien preparados.

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