Migracion
Enviado por carlos1010 • 21 de Julio de 2013 • 2.706 Palabras (11 Páginas) • 266 Visitas
Señores Miembros del Jurado Evaluador:
En cumplimiento a lo dispuesto para la segunda etapa del concurso de nombramiento 2011, me permito presentar ante Uds., el presente trabajo monográfico titulado: “Percepción cotidiana de la Diversidad Cultural”; con el propósito de conocer y analizar la percepción de la diversidad cultural, vista como un problema que va a la par con el hábito compartido de ubicar a las personas dentro de una escala valorativa de prestigio social de acuerdo a los rasgos que ostentan y que las diferencian de otras. Lo que genera exclusión, discriminación y marginación.
El presente trabajo está realizado en base al análisis de nuestra realidad, a consultas bibliográficas e investigaciones.
Aprovecho la oportunidad para expresar mi más sincero agradecimiento a ustedes, señores miembros del jurado; por darme la oportunidad de presentar esta producción monográfica que busca enriquecer el conocimiento de la diversidad cultural en nuestra región y a partir de ello, generar actitudes y prácticas de convivencia pacífica.
El Autor
Introducción
El presente trabajo monográfico titulado “Percepción cotidiana de la Diversidad Cultural” está orientado a desarrollar el conocimiento relacionado a la percepción que tienen los pobladores de Nuevo Chimbote, de la diversidad cultural.
La presente monografía busca promover la forma de pensar de que, la diversidad cultural no es un problema. Puede ser más bien, como decía Basadre del Perú, una posibilidad. El problema no está en la diversidad misma sino en la manera de percibirla. Es decir: el problema es considerarla un problema. Es frecuente la comparación con países europeos, asiáticos o incluso latinoamericanos (Chile o Argentina por ejemplo), para mantener esa afirmación. Curiosamente la referencia a los Estados Unidos debería abrirnos a otra percepción: un país de inmigrantes de orígenes tan diversos como Estados Unidos fue capaz de convertirse en su momento en el país más poderoso del planeta, antes de que entre en crisis.
Así observamos que como Ancashinos, Chimbotanos o Nuevo Chimbotanos; somos descendientes de la cultura Chavín, Wari, Recuay, Chimú e Inca las cuales han habitado nuestros territorios en diferentes etapas de nuestra historia. Es así que ante el legado de estas culturas, así como el legado de los españoles durante la conquista y otros pobladores a través de la historia y de procesos de migración ha surgido una gran diversidad cultural tanto en Ancash como en la localidad de Chimbote y nuevo Chimbote.
Es así que ante la falta de conocimiento de nuestra cultura, falta identidad cultural y respeto por la diversidad cultural surge la necesidad de plantear medidas de solución ante esta carencia que permita no solo conocer nuestra cultura sino también comprometernos, sintiéndonos parte de ella.
Se ha logrado entender que el conocimiento cultural es básico para lograr que la población quiera y respete sus raíces y el lugar donde habita. La difusión cultural en nuestra ciudad es mínima. Por ello es necesario establecer las prioridades de un plan de acción que permita fortalecer nuestra cultura.
CAPÍTULO I
Cultura de Ancash y Chimbote
1- Definición de cultura:
La cultura es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el ser humano. (WIKIPEDIA, 2011)
Algunos reclaman por la vaguedad con que se suele utilizar el término cultura y su derivado intercultural, pero ni bien se intenta una definición se descubre la complejidad que encierra el concepto y, por tanto, la dificultad que representa definirlo. Ante este escollo, muchas veces se renuncia al esfuerzo de precisar nuestras expresiones.
En realidad, si bien es cierto que el tema es muy complejo y que la definición de cultura conlleva toda una perspectiva teórica, en el marco de un discurso orientado a elaborar una propuesta educativa, es indispensable -y de hecho no es tan difícil como se piensa- proponer una definición operativa de cultura y de interculturalidad. Así, por cultura podemos entender los modos de vivir o los modos de ser compartidos por seres humanos.
La cultura y el lenguaje articulado son propios de los humanos; es lo que diferencia específicamente a nuestra especie de todas las demás. Los humanos tenemos la capacidad de ir amoldando y transformando no sólo la naturaleza, sino nuestras propias relaciones con el mundo y nuestra propia forma de vivir. A través de nuestra historia, hemos ido creando y modificando nuestra relación con el mundo en un proceso acumulativo y evolutivo hecho posible porque lo que creamos y aprendemos lo transmitimos también a nuestra descendencia sin necesidad de modificación genética. Para ello, hemos inventado -y seguimos renovando constantemente- sistemas simbólicos complejos, que son muy variados en el mundo entero. Tienen también un importante grado de arbitrariedad: ante cualquier reto nuevo que se nos plantea, los humanos siempre tenemos varias -y a menudo muchas- alternativas y posibilidades de creación. Las respuestas a las necesidades -y la propia construcción de nuevas necesidades- son así un producto de nuestra historia. Hoy en día reconocemos que la facultad de creación de sistemas simbólicos no es exclusivamente humana, lo que nos abre una importante perspectiva ecológica, pero nos hace ver también con mayor claridad la importancia decisiva que tiene esa facultad para la especie humana a diferencia de todas las demás. Por ello seguimos hablando de cultura como el modo propio del ser humano de relacionarse con el mundo.
La relación con el mundo implica la relación con la naturaleza, con los demás, consigo mismo, con la trascendencia; nos relacionamos con el mundo con formas de mirar, de sentir, de expresarnos, de actuar, de evaluar. Aunque las expresiones materiales manifiestas son parte de la cultura, es importante entender que, en tanto es viva, una cultura no se reduce nunca a la suma de todas sus producciones. Lo central de la cultura no se ve; se encuentra en el mundo interno de quienes la comparten; son todos los hábitos adquiridos y compartidos con los que nos relacionamos con el mundo. Por esta razón, podemos afirmar que la cultura, a la vez que se internaliza individualmente, es un hecho eminentemente social,
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