Modernidad Y Exclusion
Enviado por martincillo • 28 de Agosto de 2012 • 1.079 Palabras (5 Páginas) • 1.741 Visitas
UNIVERSIDAD ABIERTA Y ADISTANCIA DE MEXICO
LICENCIATURA DE SEGURIDAD PÚBLICA
MATERIA: SOCIOLOGIA CRIMINAL
FACILITADOR: DR. ANTONIO SUSTAITA ARAMDA
TRABAJO: ACTIVIDAD 2 MODERNIDAD Y EXCLUSION
NOMBRE DEL ALUMNO: MARTIN RAMÍREZ CASTAÑEDA
MATRICULA: AL10507758
FECHA 03/07/2012
Para poder comprender como la modernidad y la sociedad de consumo provocan exclusión social en México pondré como ejemplos dos casos sobre construcciones de Presas Hidroeléctricas que en los últimos años me han impactado por su magnitud y por las implicaciones sociales y económicas, que pueden tener, entiendo que tan difícil es para las comunidades que han sufrido en carne propia, desalojos, encarcelamientos y la pérdida de sus bienes, por supuesta causas de bien común para la población Mexicana cosa más lejana a la verdad.
A lo largo de la historia en México más de 175 mil habitantes de diversas comunidades del país que han vivido en carne propia la exclusión social, muertes encarcelamientos y sobretodo el desplazamiento de sus tierras, es lo que han vivido en su mayoría campesinos gente de escasos recursos que han visto pisoteados su derechos y han visto como se ha borrado su historia quedando debajo del agua.
Cabe mencionar que algunos de estos proyectos ya están en proceso como la presa Picachos en Sinaloa, otro más se encuentran detenido ante las protestas de los campesinos como la construcción de la presa la Yesca en Guerrero, pero que su ejecución será de gran impacto para la zona y todos sus habitantes, al día de hoy esta lucha ya han costado algunas vidas, agresiones, encelamientos, etc. Todo esto como un costo de la modernidad y la necesidad de tener infraestructura suficiente para cubrir el consumo de energía a nivel nacional.
En primera instancia me referiré a la construcción de la presa Picachos ubicada en el municipio de Mazatlán Sinaloa, haciendo un poco de historia el 22 de mayo de 2005, representantes de los tres niveles de gobierno –municipal, estatal y federal– para obtener la autorización y comenzar con este proyecto, hicieron un compromiso con los pobladores que serían afectados por la presa que se levantaría en una cortina de 35 metros de altura y una longitud de corona de 817 metros.
Entre otras cosas ofrecieron vivienda digna, desarrollo social, carreteras, pueblos urbanizados, con servicios médicos, escuelas e indemnización por las pérdidas económicas que sufrieran a cambio de que se desalojaran por lo menos unas 7 comunidades, al paso del tiempo y ante la falta de cumplimiento de las promesas hechas. La resistencia de los pueblos no se hizo esperar. Ahí comenzó todo un movimiento social que tomó las playas de Mazatlán, el Congreso estatal, avenidas principales y edificios de gobierno.
Nada echó para atrás el proyecto gubernamental financiado a través del Fondo de Infraestructura Hidráulica de Sinaloa –constituido por el gobierno federal a través de la Conagua y el gobierno de Sinaloa–, y que significó una inversión de 802 millones de pesos.
Comunidades como San Marcos, Puerta de San Marcos, Las iguanas, Casas, Placer, y Copales. Desaparecieron en su totalidad la presa, concluida en 2009, se llenó con las lluvias que dejó a su paso el huracán Alex. Carente de estudio de impacto ambiental, cambio de uso de suelo y trámite expropiatorio de los terrenos afectados, las aguas de la construcción arrasaron con las primeras
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