Modernidad
Enviado por CariMindiola • 21 de Julio de 2013 • 2.232 Palabras (9 Páginas) • 327 Visitas
Modernidad y Massmediación en America Latina.
I - Los procesos: de los nacionalismos a las trasnacionales.
Una diferencia que no se agota en el atraso:
Las diferentes formaciones nacionales toman rumbos y ritmos diferentes. Esa diversidad va a sufrir desde los años 30 una readecuación fundamental y de conjunto. La posibilidad de hacerse naciones en el sentido moderno pasará por el establecimiento de mercados nacionales, y ellos a su vez serán posibles en función de su ajuste a las necesidades y exigencias del mercado internacional.
El modo de acceso a la modernidad hace visible la discontinuidad simultánea desde la que América Latina lleva a cabo su modernización.
DISCONTINUIDAD sobre tres planos:
1)En el destiempo entre Estado y Nación
2) En el modo desviado como las clases populares se incorporan al sistema político
3) En el papel político y no sólo ideológico que los medios desempeñan en la nacionalización de las masas
La no-contemporaneidad debe ser deslindada de la idea de atraso constitutivo. La discontinuidad que busca plantear Barbero permite romper tanto con un modelo histórico y culturalista como con el paradigma de la racionalidad acumulativa. Es un atraso históricamente producido, como lo que a pesar del atraso hay diferencia en la multiplicidad.
El destiempo entre Estado y Nación.
Aún cuando el despegue de los procesos de ind. Responder a condiciones de funcionamiento del mercado internacional, hay diferencias del alcance y de ritmo que responden al grado de desarrollo del “proyecto nacional” que desde la segunda mitad del siglo XIX forjan las burguesías en cada país.
Solo una transformación podía sacar a estos países definitivamente del estancamiento y el atraso: “caminar urbano europeizado”. Nace un nuevo proyecto de Nación moderna.
Surge así un nacionalismo nuevo basado en la idea de una cultura nacional. La Nación incorpora al pueblo.
Compartiendo esa concepción de base, existieron sin embargo dos corriente:
-Una que identifica el progreso nacional con el de la clase que lo orienta y con el esfuerzo de industrialización.
-Otra que busca compaginar la nueva nacionalidad con aquella otra Nación que existía antes y que “viene de abajo”.
En América Latina la idea de modernización que oriento los cambios fue más un movimiento de adaptación económica y cultural, que de profundización de la independencia.
Se quería ser Nación para lograr una identidad. Pero la consecución de esa identidad implicaba su traducción al discurso modernizador de los países hegemónicos, pues solo en términos de ese discurso el esfuerzo y los logros eran evaluables y validados como tales.
El otro pivote del nacionalismo en los treinta es el rol protagónico del Estado.
Éste ocupo el lugar de una clase social cuya aparición la historia reclamaba sin mucho éxito: encarnó la Nación e impuso el acceso político y económico de las masas populares a los beneficios de la industrialización.
Masificación, movimientos sociales y populismo.
En los años treinta muchos Estados buscan en las masas populares su legitimación nacional.
El Estado dice fundar su legitimidad en la asunción de las aspiraciones populares
La inserción de las clases populares en las condiciones de existencia de una sociedad de masas llevara al movimiento popular a una nueva estrategia de alianzas.
En la ciudad la presencia de las masas fue adquiriendo poco a poco rasgos más marcados. La ciudad comenzaba a perder su centro. Las masas querían trabajo, salud, educación y diversión. La masificación ponía al descubierto su paradoja: era en la integración donde anidaba la subversión.
Para las clases populares la gasificación entraño mas ganancias que pérdidas. La cultura de masa empezó siendo una cultura no solo dirigida a las masas sino en la que as masas encontraron reasumidas, de la música a los relatos en la radio y el cine, algunas de sus formas básicas de ver el mundo, de sentirlo y de expresarlo.
De 1930 a 1960 el populismo es la estrategia política que marca, con mayor o menor intensidad, la lucha en casi todas las sociedades latinoamericanas(en Argentina , las masas sacan de la prisión a Perón en 1945).
Los procesos políticos de los años 30-60 se vieron enormemente reducidos por una teoría de la dependencia que al pensar al Estado como mera correa transmisora de los intereses de los países hegemónicos impedía pensar el problema nacional en el cuadro de las relaciones de clase.
Los medios masivos como el cine y la radio, construyeron su discurso en base a la continuidad del imaginario de masas con la memoria narrativa, escénica e iconográfica popular en la propuesta de una imaginería y una sensibilidad nacional.
Los medios masivos en la formación de las culturas nacionales.
Fue en un discurso de masas donde lo nacional-popular se hizo reconocible por las mayorías.
La atención a las mediaciones y a los movimientos sociales ha mostrado la necesidad de distinguir dos etapas bien diferentes en el proceso de implantación de los medios y constitución de lo masivo en Américo Latina. Una primera, que va de los años treinta a finales de los cincuenta, en la que tanto la eficacia como el sentido social de los medios hay que buscarlos en el modo de apropiación y reconocimiento que de ellos y de sí mismas a traes de ellos hicieron las masas populares.
A partir de los sesenta se inicia otra etapa en la constitución de lo masivo en Latinoamérica. Es entones cuando, al ser desplazados los medios de su función política, el dispositivo económico se apodera de ellos -pues los Estados mantienen la retórica del “servicio social” de las ondas, tan retórica como la “función social” de la propiedad, pero ceden a los intereses privados el encargo de manejar la educación y la cultura. - y la ideología se torna ahora vertebradora de un discurso de masa que tiene por función hacer soñar a los pobres el mismo sueño que los ricos.
Lo masivo se vera atravesado por nuevas tensiones que remiten su alcance y su sentido
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