Movimiento Contra La Intolerancia

Derechos Humanos:

“Movimiento Contra la Intolerancia (MCI)”

1. Introducción

Las relaciones humanas nos dicen que debemos de vivir con los individuos de manera cordial, en ellas deben de existir vínculos de amistad, de respeto mutuo, de comprensión, de amor, tolerancia, para que estas relaciones se puedan dar de una manera eficaz y más duradera, en donde son fundamentales las reglas, normas, valores y sobre todo que sean aceptadas por todos, para originar un respeto mutuo y que se dé la interrelación social pacifica.

Las relaciones entre las personas son responsables de gran parte de la felicidad que experimentan los seres humanos a lo largo de su vida y es indispensable para una adaptación en la sociedad y una mejor convivencia.

Por ello Zuloaga nos dice que “Es importante comprender que las relaciones no ocurren de forma automática e instantánea. Toda relación humana es el resultado de un proceso, es decir, de una serie de acciones, situaciones, elementos y decisiones, que, al irse sumando, van llevando un resultado. El resultado logrado conforme se avanza en ese proceso, puede ser positivo y favorable, o destructivo e insatisfactorio” .

Todas las acciones del ser humano tienen consecuencias ya sean implícitas o explícitas, buenas o malas, y tenemos que asumir la responsabilidad de cada uno de nuestros actos como seres humanos, actos que no sólo perjudican al individuo como tal, sino que también a la sociedad o con quién se establezca la relación social.

En la historia de la humanidad hemos sido testigos de acciones negativas realizadas por los seres humanos, hacia otros individuos de su misma especie, y de las cuales todos hemos sido testigo de alguna de estas, como son las guerras étnicas, atentados terroristas, asesinatos neonazis y racistas, abusos contra los derechos humanos, discriminaciones y odios.

Hay muchas personas que hoy en día sufren diaria y cotidianamente acciones que atentan contra su dignidad y derechos humanos como lo es la intolerancia definida como “todo comportamiento o manifestación que viola, denigra o invita a vulnerar la dignidad y derechos fundamentales del ser humano, una disposición mental desde donde brotan conductas o actitudes de rechazo hacia las personas, grupo sociales y culturales diferentes, dificultando las relaciones humanas” . La intolerancia es de por sí una actitud inaceptable de persona a persona, pero es peor aun cuando se transforma en algo colectivo o institucionalizado, la intolerancia quebranta la convivencia, los principios democráticos y supone una amenaza sobre la paz mundial.

Esta actitud de intolerancia se manifiesta por medio del racismo, la xenofobia, la discriminación de grupos sociales, el antisemitismo y el extremismo religioso, el sexismo y la homofobia, en el totalitarismo, nazismo, fascismo e integrismo fundamentalista, en los ultranacionalismos agresivos..., entre otras manifestaciones, sus expresiones más crueles que van ligadas a situaciones de odio, marginación, segregación y violencia que atentan contra los derechos de cada individuo y su posibilidad de desarrollarse.

El peligro de la Intolerancia no ha abandonado a nuestra sociedad actual, aun acecha a la convivencia democrática y ataca especialmente a los sectores sociales más indefensos, minorías, inmigrantes, jóvenes, mujeres, ancianos, mendigos, excluidos sociales, marginados, resucitando fobias discriminatorias, nacionalismos agresivos y banderas totalitarias que parecían superadas, ya que se supone que la sociedad evoluciona para la mejoría de esta misma y para su mejor convivencia, sin embargo aun existen personas que realizan estos actos de intolerancia y que tienen la capacidad para romper el clima de convivencia, sembrar el miedo y generar una gran alarma social.

En contraste con este peligro, vivimos en una sociedad que no se prepara suficientemente para defender la libertad y los derechos fundamentales, ni para asumir responsabilidades de solidaridad; por el contrario, esta sociedad disculpa, cuando no facilita, el aprendizaje e interiorización de conductas discriminatorias, excluyentes y violentas en una vida cotidiana marcada por la competitividad agresiva y el egoísmo insolidario.

La parte de la sociedad que sufre estos tipos de intolerancia, cansada de ellos, y la que no los sufre, pero tiene la conciencia de que son actitudes que rompen con una convivencia pacífica, se unen con un sentimiento de injusticia para evitar que estos tipos de actitudes sigan vigentes en la sociedad; se movilizan creando organizaciones que mediante acciones colectivas tratan de eliminar todo tipo de intolerancia, un ejemplo de estas organizaciones, y del cual se basa nuestro trabajo, es el Movimiento Contra la Intolerancia.

El Movimiento Contra la Intolerancia surgió a fines del año de 1991, con el “surgimiento de la ola de racismo y xenofobia que se desarrolla en Europa y que manifiesta su presencia también en España, donde se producen sucesos graves y criminales como palizas y ataques a gitanos, inmigrantes, personas de minorías étnicas y jóvenes en general. En el año de 1993, tras los asesinatos de inmigrantes y jóvenes que se habían producido víctimas de la intolerancia” , se constituía la asociación para trabajar contra este problema.

El Movimiento contra la Intolerancia es un movimiento plural, autónomo, abierto y participativo que trabaja contra la Intolerancia, el Racismo y la Violencia, en esencia, una apuesta por la solidaridad, la convivencia democrática, la tolerancia y la defensa de los derechos humanos. Recoge y anima el sentimiento de injusticia, siendo su primera posición, su toma de partido, por las víctimas de la discriminación y violencia, a quienes ofrece junto al respeto de la sociedad una causa, unos objetivos claros implícitos en la exigencia cívica, de los cuales se derivan 5 puntos a los que dirigen sus acciones:

“Defensa de los Derechos Humanos y libertades fundamentales.

Eliminación de la violencia para la resolución de conflictos.

Erradicación social de toda manifestación de intolerancia.

Rechazo a las ideologías totalitarias.

Desarrollo cívico de la tolerancia, solidaridad y de la democracia participativa.”

Es precisamente porque una de sus finalidades es el que exista una igualdad social, y por que el problema de la intolerancia se da en diversos sectores de esta sociedad, en el Movimiento Contra la Intolerancia no hacen distinciones de quienes pueden participar en el movimiento, pueden ser integrantes del movimiento quien lo desee y lo sienta: personas, jóvenes o mayores, ricos o pobres, sufran de intolerancia, o no.

"Apostamos por un compromiso

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