Obligacion Moral

INTRODUCCIÓN

Para dar inicio a éste ensayo es de vital importancia reconocer a la norma como un principio o una regla. También debemos tener en claro que a la norma no le corresponde un ámbito legal pero si goza de aceptación. Podemos hablar de la norma en alguna de sus variantes “la norma moral”.

Concordando con las lecturas de estudio, podemos señalar que la norma moral va de la mano con un convencimiento interno, lo que representa también una sanción interna.

De acuerdo con esto, puede indicarse que las normas se constituyen partiendo de una realidad, donde la acción propia del ser humano debe ser vista desde su individualidad y su convivencia en sociedad, conforme a un tiempo y espacio sociocultural específico para que las ejerza en forma libre, voluntaria, pero también conforme a las estipulaciones de su sociedad.

En éstas líneas anteriores intento dar una breve explicación para dejar como base que la norma moral puede verse como la precursora de la obligación moral: “La obligación moral requiere grados de libertad tanto en la elección y acción del individuo, donde el sujeto reconoce dicha obligatoriedad como razonada, argumentada y justificada”.

Sería erróneo pensar que la obligación moral excluye la libertad de nuestras vidas, por el contrario podemos decir que es un factor muy importante que va a regir nuestra conducta en la sociedad.

DESARROLLO

La base de la obligación, podemos decir que es la razón frente a un valor. Por esto se dice que el fundamento próximo de la obligación moral es el valor. En otras palabras: el hombre, con su razón, trasciende al plano de los hechos y percibe el valor de las leyes, con esto el mismo se impone una obligación o exigencia de tipo racional, sin menospreciar su libre albedrío y su autonomía. Esta es la fundamentación inmediata de la obligación moral.

Cuando una persona capta un valor con su inteligencia, se ve solicitada por dicho valor, y entonces la inteligencia propone a la voluntad la realización de tal valor. Pero la inteligencia presiona suavemente, sin suprimir el libre albedrío; simplemente ve una necesidad objetiva y como tal la propone a la voluntad para su realización. Se trata pues, de una exigencia propia de la razón, fundamentada en un valor objetivo, pero nacida en lo más íntimo y elevado de cada hombre: su propia razón.

Tenemos la libertad de cumplir o no con una obligación moral y la consecuencia o la sanción estará dentro de nosotros, a diferencia de una ley jurídica que podemos ver como una fuerza exterior que nos obliga al cumplimiento de la misma a fin de evitar una sanción en un sentido más estricto.

El carácter social de la obligación moral se ve reflejado cuando la toma de decisiones afectan a otro, a un grupo o a toda la comunidad, como ejemplo: imaginemos un condominio donde habitan unas diez familias. Y a algún

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