Partidos Politicos
Enviado por iparanoico • 16 de Enero de 2014 • 2.564 Palabras (11 Páginas) • 241 Visitas
Los estudios sobre los partidos políticos rara vez abordan la concepción de la democracia como parte fundamental de su existencia, a su vez, según Steven Wolinertz las teorías sobre el tema no suelen prestar demasiada atención a las funciones esenciales de los partidos en éstas, ni a su relación con otros actores políticos. Sin embargo, es necesario que en cualquier discusión sobre el descontento de la sociedad hacia los partidos políticos, los estudios y análisis tengan como punto de referencia dichos modelos.
A lo largo de la historia de los estudios sobre democracia han existido interpretaciones enfrentadas y contradictorias sobre conceptos democráticos clave como la participación política, la representación, la verdadera capacidad de los ciudadanos para elegir libremente a sus representantes entre diversas alternativas políticas y el funcionamiento de la democracia dentro de la sociedad.
Se trata sin duda de conceptos significativos y apremiantes que han provocado numerosos debates teóricos que han llevado al pensamiento democrático a enfrentarse hoy en día a importantes desafíos que buscan explicar hacia dónde va el desarrollo de la democracia sobre todo en el aspecto de la representación política.
La participación, mejor dicho, la posibilidad de la participación de los ciudadanos en la vida política de un país es la esencia de la democracia. Incluso uno de los principales argumentos de ella es la instauración del sufragio universal, que representa la vía más directa mediante la cual los ciudadanos actúan en el sistema político.
Existe una opinión mayoritaria respecto a las democracias actuales ya sean consolidadas o en procesos de ello, de que los partidos políticos son esenciales para el funcionamiento de las mismas. Sin embargo, de igual forma existe una amplia insatisfacción y desconfianza hacia los partidos políticos.
Es por ello necesario determinar si como se pregunta David Held: “democracia significa algún tipo de poder popular o una contribución a la toma de decisiones (un medio de legitimar las decisiones de los elegidos por votación de vez en cuando para ejercer el poder). ¿Cuál debería ser el ámbito de la democracia ?
La centralidad de lo electoral en las democracias contemporáneas se manifiesta con claridad, ya que en un régimen democrático las elecciones constituyen un procedimiento legítimo para una serie de decisiones: se acepta el procedimiento y se suelen aceptar sus resultados. Un régimen que se ha democratizado o se está democratizando ingresa a un terreno en que las elecciones dejan de ser (en los casos en que se celebraba algún ritual electoral) un mero ejercicio de simulación y convertirse en procedimientos constitutivos de una forma de ser de la vida política.
Los casos de democratización en Europa del Este, América Latina y África ilustran precisamente este hecho: lo electoral adquiere un nuevo significado público reconocido por todos, integrantes y externos de la comunidad. Ello es una condición para que sus resultados sean vinculantes. Los procesos democratizadores varían desde los casos en los que no había elecciones hasta aquellos en donde, aun habiéndolas, eran usadas como una ceremonia de las clase políticas. Ingresar a la órbita democrática significa admitir que lo electoral es un asunto políticamente decisivo; es verdad que su componente ritual no desaparece al democratizarse un régimen, pero el hecho de que exista competencia entre quienes buscan el voto de los ciudadanos y el que gane uno u otro hace una diferencia.
Sin lugar a dudas los partidos políticos entendidos como los medios a través de los cuales se canalizan, articulan y se expresan las demandas de los diferentes sectores de la sociedad en la esfera política son elementos fundamentales de las democracias, pues la diversidad de partidos ofrece a la población la posibilidad de elegir entre distintas opciones a quien delegara su representación y la búsqueda de satisfacción de sus demandas e intereses.
El estudio de los partidos políticos debe ser uno de los más importantes dentro de los análisis críticos para perfeccionar el funcionamiento de la democracia. Actualmente en la práctica, los partidos han evolucionado en el sentido de convertirse en organizaciones pragmáticas de perfil ideológico bajo, más inclinados a adaptarse a las demandas coyunturales de los electores que a liderar procesos de transformación social a largo plazo; preocupados sobre todo por ser maquinaras eficaces en los procesos electorales.
Por ello bajo la teoría de que los ciudadanos son cada vez más críticos con los partidos y se sienten alejados de ellos ya que no sienten representados sus intereses; existen tendencias que aseguran esto podría llevar a una crisis de los partidos en el marco de la democracia, puesto que estos ya no cumplirían las funciones básicas para las que fueron creados: articular y formar la voluntad política de los ciudadanos y su representación ante las instituciones políticas .
Representación y partidos políticos.
Al llevar a cabo una revisión de los modelos de democracia moderna, (desde Platón hasta los neomarxistas) la representación de la sociedad ha sido explicada y justificada. Sin embargo al mismo tiempo ha sido sometida a diversos análisis que han abierto nuevas incógnitas acerca de la mejor forma de llevar a cabo dicha representación.
Un consenso general en los modelos hace notar que cuanto más grande es la colectividad pública menos capaz es el pueblo para crearse una formación de voluntad política y tanto más obligada se ve la sociedad a limitarse a crear y controlar el mecanismo de la representación de lo que se espera sea dicha voluntad política.
Más allá de la complejidad con que cada uno de los modelos, los matices y variantes que introducen el desarrollo de la teoría, se pueden tomar tres puntos fundamentales a partir de los cuales se plantea la necesidad de la representación: 1) Justificación de la participación de la sociedad en la toma de decisiones (para proteger al individuo, por interés particular y colectivo y para garantizar la paz social), 2) La imposibilidad de la participación de todos y 3) la necesidad en consecuencia de la representación.
Con ello, la democracia ha pasado de ser el gobierno del pueblo para convertirse en la habilidad de los ciudadanos para sustituir un gobierno por otro y por tanto, para protegerse de que los políticos encargados de tomar las decisiones se conviertan en una fuerza inamovible. Por ello, mientras los gobiernos puedan ser sustituidos y el electorado pueda elegir entre al menos dos opciones de partido distintas entre si, la amenaza de la tiranía puede ser controlada.
La democracia permite tomar en cuenta las demandas y deseos del pueblo y deja la función pública en
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