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Patriarcado En Honduras

Insomniac103930 de Noviembre de 2014

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INTRODUCCIÓN

El patriarcado se encuentra de manera abundante en nuestra sociedad, en cosas mínimas como la alteración en el nombre de una mujer soltera que al casarse adquiere el apellido de su esposo; no podemos ignorar que vivimos en un país mayoritariamente machista; indiferentemente que seamos tolerantes o no, a toda mujer alguna vez le han dicho “No, porque eres mujer”, a un hombre se la he dicho “No eres suficiente hombre” o a un niño se le ha dicho “Hágase hombre”. Esta problemática, afortunadamente, ha mejorado a lo largo de los años (empezando por el derecho de las mujeres a votar, legalizado el 25 de enero de 1957) ya que en épocas pasadas las mujeres no podían ni pensar o querer tener voz y voto en “asuntos de hombres”. A pesar de las luchas que se han hecho, el patriarcado es algo que sigue afectando a la población femenina, homosexual y menores de edad.

Irónicamente el patriarcado no solo es aplicado por hombres que buscan dominar a las mujeres, también las mujeres contribuyen a este pensamiento de que un hombre debe ser la cabeza de un hogar, la autoridad en cada ámbito pero también es necesario mencionar que hay muchos aspectos que influyen en la ideología de las personas, gran parte de esta falsa consciencia es producto del contenido que es retomado de generación en generación.

Probablemente esta ideología no pueda eliminarse por completo pero si se pudiese reducir a solo una minoría de la población quizás el papel que juegan los sectores afectados sean menos pasivos y dejen de reprimirse a sí mismos en la participación ciudadana y política.

El objetivo de esta investigación es adentrarnos con datos verídicos en lo que es el sistema patriarcal en nuestro país, sus efectos, quienes quieren erradicarlo y con qué fin.

¿Qué es el sistema patriarcal?

El patriarcado es un concepto usado por las ciencias sociales; el cual hace referencia a una distribución desigual del poder entre hombres y mujeres en la cual los varones tendrían preeminencia en uno o varios aspectos, tales como la determinación de las líneas de descendencia (filiación exclusivamente por descendencia patrilineal y portación del apellido paterno), los derechos de primogenitura, la autonomía personal en las relaciones sociales, la participación en el espacio público -político o religioso- o la atribución de estatus a las distintas ocupaciones de hombres y mujeres determinadas por la división sexual del trabajo.

Las maneras en que el patriarcado se manifiesta son distintas para distintas sociedades y han cambiado a lo largo de la historia. Podemos destacar las siguientes:

Falta de independencia económica: por falta de ingresos o ingresos bajos por trabajos precarios, inestables de tiempo parcial.

División sexual del trabajo: las mujeres cargan con todo el trabajo no remunerado (trabajo doméstico y cuidado de personas).

División sexual del trabajo remunerado: para las mujeres se reservan los puestos de “bajo perfil” o de “perfil asistencial”. Los salarios de las mujeres son más bajos y las mujeres copan la mayoría de los contratos de trabajo parcial.

Expectativas del mundo laboral: los varones deben tener disponibilidad total hacia el trabajo. Nadie espera que las mujeres se superen en el trabajo porque se supone que se deben al hogar.

Violencia doméstica, acoso sexual y violación: Sigue habiendo demasiados casos, demasiada gente que la justifica, tribunales que encuentran atenuantes en supuestas provocaciones por parte de la víctima.

La sexualidad: Escaso respeto de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

La prostitución: que es ejercida mayoritariamente por las mujeres y no sería posible sin una abismal diferencia de poder ente varones y mujeres y la reducción de éstas a objetos sexuales.

¿Cuál es el origen del patriarcado?

La antropología menciona que la condición humana ancestral era de autosuficiencia tanto masculina como femenina. La repartición de alimentos era similar entre todos los miembros de la comunidad (no tribu como se ha podido pensar) dado que en dicha etapa de la evolución, la propiedad privada aún no había sido inventada ni determinaba la vida de dichos miembros. Todos vivían en comunidad en una jerarquía mínima y muy primitiva en donde destacaba más el concepto de espiritualidad comunitaria que de poder temporal individual o autoritario sobre los demás. Al ser una sociedad de autosuficiencia, el objetivo principal era la alimentación, la procreación y la seguridad de la integridad de todos. Debido a las altas tasas de fallecimientos entre los nacidos y la baja esperanza de vida, el interés de todos era el mantenimiento de todos los miembros tanto como fuera posible. Esta autoprotección de la comunidad ha sido uno de los principales hechos que propiciaron la calidad de vida y por tanto, la evolución de la especie.

Dentro de la comunidad sí existía una repartición del trabajo. La mujer se dedicaba más a permanecer en los hogares, y practicaban la recolección no solo de vegetales si no también de invertebrados y vertebrados pequeños, con su aporte de proteína y grasa. Los hombres se dedicaban a la recolección de carne cazando. Dicha separación del trabajo se produjo por el papel primordial que la evolución le otorgó a las mujeres, ya que mientras ellas cuidaban, organizaban y decidían sobre la vida de los menores cuando estos no estaban, los demás varones ya adultos eran llamados por las mujeres a emplear su tiempo en otras tareas, las cuales siempre tuvieron el fin de la supervivencia de todos los miembros. En sentido de "cabeza" de familia tampoco existía y de la educación de los miembros menores eran encargados todos los miembros de la comunidad. Los linajes de sangre no eran apenas valorados. No había familias de pocos miembros, ni emparejamientos a largo plazo ni redistribución de recursos en virtud de un «contrato sexual» entre mujeres y hombres.

Poco a poco, los ancestros se convirtieron en cazadores de alto rendimiento. La importancia de las proteínas para el desarrollo del cerebro que propició la evolución, entre otros aspectos, la comunidad las adquirían gracias a la carne. Por eso, la importancia del papel del hombre tomó más importancia que antes, aunque la educación y formación continuó siendo responsabilidad de toda la comunidad y en ningún momento, esto les otorgó grandes privilegios ya que la procreación y la crianza de los miembros menores continuaba siendo de la mujer, algo que era visto como un signo de superioridad.

Pero la situación cambio con el desarrollo muscular mayor en los hombres que comenzó a interesarse por tener un papel igual de relevante en las decisiones sociales como lo había tenido la mujer. Por eso motivo, vieron una posibilidad interesante la permanencia al lado de la mujer para de esta forma, participar y contribuir de la misma manera en la organización social. Dicha fuerza fue empleada por los hombres en un principio para mejor transporte de los materiales o piezas de caza, no obstante esto derivó poco a poco en la utilización de la violencia y de la agresividad en todos los aspectos de la vida. Esto justificaría porqué el cerebro de los hombres invierte más en reacciones físicas, ya que es un resto anárquico de la evolución humana. Sin embargo, la imposición a la fuerza fue lo que provocó una amenaza para las mujeres quienes se vieron obligadas a permitir a los hombres participar en las decisiones que implicaba al grupo. La fuerza física permaneció como una característica plenamente masculina en su mayoría y única del sexo masculino al igual que la procreación es femenina; algo que provocó la reafirmación entre ellos por reforzar su propia potencia como seres fuertes.

El resultado de este proceso evolutivo habría sido la organización de la comunidad en familias nucleares monógamas. Así, hace 2 millones de años cuando el género humano se expandió junto a las praderas y colonizó Eurasia, ya habían desarrollado pautas de conducta universales como el vínculo de pareja duradero, los celos y la división sexual del trabajo dentro de la familia nuclear monógama. Esta división sexual del trabajo primitivo se explica en el hecho de que la caza es una actividad que necesita “esfuerzos violentos” e implica riesgo para la integridad física, algo “poco recomendable” para mujeres embarazadas o con hijos lactantes.

Según estas hipótesis la contribución femenina a la subsistencia en las sociedades protoagrícolas habría continuado siendo lo bastante importante para que las mujeres conservaran cierto poder económico limitador del dominio masculino. Pero la degradación de la condición femenina iba a acentuarse con el desarrollo de sociedades agrícolas sedentarias. La horticultura y la ganadería itinerantes no supusieron el fin del modo de vida nómada, porque la comunidad debía trasladarse a un nuevo emplazamiento cada vez que se agotaba la fertilidad del suelo, lo que obligaba a espaciar los embarazos (a base de prolongar la lactancia) para no cargar con más de una criatura incapaz de seguir la marcha del grupo. Esta limitación dejó de regir en los asentamientos que prosperaron en los deltas de los ríos y otros terrenos cuya fertilidad se renovaba por sí sola; y puesto que una población numerosa era la mejor defensa de estas comunidades sedentarias frente a la presión de los grupos nómadas rivales, ahora resultaba más conveniente que las mujeres se consagraran a la maternidad intensiva y los varones trabajaran

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