Penal.

¿POR QUÉ TANTA VIOLENCIA?

Cada uno de los asesinatos son más terribles que el otro: Primero utilizan una pistola, luego desmiembran el cadáver con un machete, lo queman supuestamente con gasolina y luego lo tiran al mar. Se quedan muchas veces, con algún objeto personal de la víctima, como para acreditar que el trabajo ya está hecho. Toda la población lo lamenta igual como sucedió con el caso de “La chica de la maleta”. Hubo alevosía, premeditación, ensañamiento y la pena es la máxima si hubo pago o recompensa.

¿Cómo es posible que haya crímenes de tal magnitud? Todos los días la Policía presenta una nueva banda. Pareciera que los sicarios son jóvenes cuya edad oscila entre 20 y 25 años. Ese niño de hoy será el sicario de mañana y esto no termina. El Presidente hace lo posible pero no entiende por qué para ser presidente solamente es necesario saber leer y escribir. Su fuerza está en destituir funcionarios. El Congreso Nacional tampoco entiende, su fuerza está en emitir leyes pero como ellos mismos incumplen la ley, son los primeros generadores de violencia.

DESARROLLO

Los medios de comunicación buscan una respuesta: Se entrevistan a siquiatras quienes mencionan la esquizofrenia, a los “disputados” quienes hablan de endurecer las penas, a los abogados quienes tipifican el hecho como un asesinato y no un homicidio, a los pastores quienes proponen una jornada de oración, a los sacerdotes quienes no quieren estadísticas sino respuestas, a los policías quienes ya identificaron a los supuestos culpables, a los jueces quienes van a impartir justicia de manera imparcial, a los fiscales quienes sin titular y a través de Medicina Forense identificaron el cadáver, a los sociólogos quienes indagan sobre las causas de la violencia y a la población donde algunos proponen la pena de muerte. Efectivamente esto es una tarea interdisciplinaria.

Me parece razonable que el hombre recurra a Dios, pero somos tan miserables que al mismo Dios le reclamamos su violencia al mandarnos tantos huracanes, terremotos y desgracias naturales.

Me atrevo entonces a recurrir a la filosofía. El hombre en sus orígenes trata de explicar lo inexplicable, entonces acudimos a una forma racional de explicación. Sócrates se presenta como un ignorante necesitado de instrucción. Mediante preguntas el filósofo induce a su interlocutor sobre el tema de conversación. Claro, el pueblo necesita una explicación y que se le conteste como Sócrates “solo sé que nada sé”, quizá algunos dirían que esto no nos conduce a nada pero otros dirían que esto es el principio de la sabiduría y lo que necesitamos son gobernantes con sabiduría.

La búsqueda de la verdad parece ser lo que el ciudadano común quiere; las iglesias se refieren a que la verdad os hará libres, se limitan a dar una explicación religiosa al tema, aquí la ciencia no interesa sino la salvación.

Si

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