Política En Chile

“Ensayo sobre la resignificación de la política en el Chile del siglo XXI”.

1. Presentación

La discusión que presentamos a continuación tiene la pretensión de abordar parcialmente la pregunta sobre ¿qué es la política? intentando identificar algunas coordenadas que nos permitan entender los cambios en los significados de la política y la forma en que los chilenos de inicios del siglo XXI entendemos la política. Asumiendo los matices y la complejidad del problema, nos preguntamos por el debilitamiento o el cambio de sentido de la política. ¿Estaremos frente a un cambio en las formas en que se expresa la política? o tal vez ¿nos encontraremos frente a una configuración totalmente distinta de la “matriz sociopolítica”?

Un par de definiciones para orientar la reflexión. La política es entendida como una actividad entre los hombres, que necesita la posibilidad de la pluralidad para desarrollarse; siendo esta pluralidad “… la condición -no sólo la conditio sine qua non, sino la conditio per quam- de toda la vida política…” (Arendt, 1998:22). La vida dedicada a los asuntos de la polis como elemento de distinción (de diferencia) entre los hombres. La política como condición de inclusión y de exclusión. La política como condición necesaria de humanidad.

En esta perspectiva seguimos a Tomás Moulian, quien identifica algunos postulados para definir política. La política entendida como la forma más alta de la „vida activa? en la cual se movilizan las facultades del pensar (colectivo) y del hacer (colectivo). La política entendida como “…una práctica que requiere imperiosamente la reflexión sobre sí misma. En ella el pensar y el hacer no sólo se rozan, como en las prácticas cotidianas estandarizadas. En ella la conexión ida y vuelta entre el pensar y el hacer es imprescindible, puesto que la política se organiza a la manera de un „arreglo racional de acuerdo a fines?, por tanto ella requiere (en tanto práctica) del juicio y de la argumentación, apreciados y puestos en la balanza por sujetos concretos” (Moulian, 2004:12). La política entendida como “…un lugar de luchas sobre la configuración y constitución de los órdenes sociales, sobre los usos del poder y su perpetua ambivalencia

constitutiva (potencia, „empoderamiento? y simultáneamente prohibición, represión); sobre las posibilidades de resistencia…”. La política “…como un juego de espejos donde una sociedad busca mirarse a si misma y se duda, se sospecha. Se hace preguntas, pero no sobre lo por-venir sí más bien sobre lo por-construir…” (Moulian, 2004:13). La política entendida como posibilidad estrictamente humana que se conjuga en el vivir juntos.

Entonces, ¿qué cambia? Cambia la definición que tenemos de la política, cambia el interés que tenemos en la política, cambian los contenidos sobre la política. Manuel Antonio Garretón incorpora un matiz no menor en esta discusión: la política y lo político. “…No es cierto que la gente haya perdido interés en la política, quizás en la política, no en lo político. Aquello de lo cual la gente se distancia es la actividad política en su sentido tradicional, concebida sea como gesta heroica, sea como cálculo y manejo táctico del poder. Eso se le deja a los políticos…” (Garretón, 1993:64).

¿Qué cambia? Es probable que cambie el lugar donde se hace la política y el propósito de la misma. Se hacen visibles otros espacios y otros propósitos de la política. Al respecto, Manuel Antonio Garretón señala: “… Tenemos la sospecha no que la política perdió importancia, sino que hay otras esferas de la vida colectiva que también la adquirieron, y que no se reducen a la política…” (1993: 8).

Consideramos, entonces, que la política, no se agota en el ejercicio de un grupo de sujetos sobre el quehacer de la polis, los ciudadanos actuando en la „esfera pública? -siguiendo a Hanna Arendt- (1998). Observamos una visibilización de los ejercicios de poder en la „esfera privada? y fundamentalmente en la „esfera íntima? -esferas consideradas como no políticas en el análisis de Arendt-.

Para Hanna Arendt (1998) la „esfera pública? es el ámbito de la política por excelencia. Históricamente fue (es) un espacio de inclusión que convocaba (convoca) a los „iguales?, pero también fue o es un espacio de exclusión, que descartaba (descarta) a los des-iguales. En la tradición política occidental, que establece el tránsito entre el „ciudadano? ateniense, el „pater? romano, el noble de la Europa medieval, hasta llegar al político de los siglos XIX ó XX. La

„esfera pública? ha sido un espacio masculino, cuyo acceso ha estado restringido por linaje y/o patrimonio. Es el espacio de los hombres libres que en su condición de ciudadanos administran y reflexionan sobre el pasado, el presente y el futuro de la polis. Siendo estos hombres, los que en definitiva establecerán los sentidos éticos y estéticos de la comunidad. La „esfera privada?, es una esfera no política, el ámbito de acción de niños, mujeres y varones subordinados. En tanto, la „esfera íntima? de irrupción tardía, queda relegada al ámbito de lo cotidiano, de la reproducción biológica, del espacio para el descanso y la protección del cuerpo.

Entonces, la solución de los conflictos, tensiones y negociaciones de la „esfera pública? son reconocidos como políticos. En tanto los conflictos, tensiones y negociaciones de la „esfera privada? o la „esfera íntima? se mantuvieron invisibilizados, estigmatizados como asuntos domésticos, por lo tanto, no políticos.

Nuestra hipótesis de trabajo es que las transformaciones de la sociedad chilena en el siglo XX, hacen visibles los conflictos, tensiones y negociaciones de la „esfera privada? y fundamentalmente de la „esfera íntima?, redefiniendo el ejercicio de esas esferas como político.

2. Especulaciones sobre el itinerario de la política en Chile

Para Manuel Antonio Garretón, “…vivimos… una mutación de la política misma. Ello es un fenómeno mundial, pero debe ser especificado para cada contexto nacional. Pasamos de la política como constructora de identidades a la política como sistema de gobierno y representación… Nuestra generación vio en la política la esencia y la síntesis de todas las acciones colectivas posibles y quedó malamente marcada por el signo del poder…” (1993:9). En palabras del propio Garretón, enfrentamos una “…redefinición del contenido de la política…. Pasamos de una política fundamentalmente expresiva, de la política heroica e ideológica, cuyo último coletazo fue la lucha contra la dictadura, que de algún modo sublimaba todos los sentidos de la vida social, a una política más pragmática e

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