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Políticas Culturales En Chile

15 de Diciembre de 2012

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POLÍTICAS CULTURALES EN CHILE. UNA MIRADA DESDE LA ECONOMÍA POLÍTICA

Autor: luis manuel aguirre españa.

• Periodista, Licenciado en Comunicación Social, Diplomado en Gerencia de Instituciones y Plataformas Culturales y Magíster en Ciencias de la Comunicación.

Términos Claves: Política cultural - Cultura - Identidad -Globalización

Resumen:

Las políticas culturales para las nuevas democracias de América latina, dada la fuerte presencia de los productos de las industrias culturales dominantes y su marejada homogeneizadora a través de nuevos sistemas ideológicos y simbólicos; se han transformado en una necesaria reacción frente a la falta de definición de mecanismos culturales que posibiliten tener decisiones culturales propias frente a elementos culturales ajenos. Es así como la emergencia de una institucionalidad cultural chilena y la definición de su Política Cultural Nacional se transforma en un fenómeno que descansa sobre un discurso performativo, en tanto mecanismo de control cultural, que busca garantizar la identidad y el desarrollo local bajo la determinación de decisiones autónomas y apropiadas sobre la imposición y enajenación solapada del modelo cultural homogeneizador dominante, ello al establecer la visión, la estructura y los componentes que constituyen la propia mirada que se tiene de la cultura y las formas de establecer la relación entre los sujetos internos que representa y los externos que tratan de determinarla.

INTRODUCCION

El documento “CHILE QUIERE MÁS CULTURA. DEFINICIONES DE POLITICA CULTURAL 2005-2010” que materializa las primeras Políticas Culturales del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes del Gobierno de Chile, como discurso performativo, revela la visión que proyectará el Estado de la cultura, y en este ejercicio, define una estructura, las relaciones y la serie de actores que participarán y se vivificarán a través de ella.

El Estado, a través de estas políticas definirá los lineamientos ideológicos, teóricos y administrativos sobre los cuales desarrollará su accionar hacia el fomento cultural. Estableciendo para ello planes, programas y recursos humanos y económicos para su desarrollo.

Desde esta perspectiva las políticas culturales determinan, tanto las formas internas y externas de relación en el ámbito cultural, en sus distintas áreas. Entendidas de esta forma las políticas se transforman en discursos multimodales representativos de la visión estatal hacia la construcción cultural del país, o sea actúan como mecanismos de control cultural. En este sentido cumplen la función de fortalecer la identidad y la cohesión del conglomerado social, al transformarse en verdaderos filtros frente a los efectos negativos de la globalización.

Ahora bien, en el contexto de relaciones socioeconómicas y tratados de libre comercio de bienes de distinto tipo entre los estados nación, el desarrollo de las Políticas Culturales alcanza una importancia que trasciende las propias fronteras de los países para situarse en un cuadro de megaestructuras y reglas que determinan de manera invasiva la cultura de los estados, por ello el desarrollo de políticas culturales, debe ser analizado a partir de las distintas dimensiones que le dan vida, ya que su sola conformación es el producto de una macroestructura que lo determina desde perspectivas ideológicas, sociales y sobretodo culturales. Entonces, las propias políticas culturales, desde la perspectiva de sus creadores, es la representación de la cultura y de la sociedad chilena. Ello porque actúan como representaciones sociales, a partir de los sistemas de códigos y signos que le son inalienables a su producción multimodal.

Bajo estos argumentos el identificar las decisiones respecto de los elementos culturales propios y ajenos constituyentes del marco del contexto sociocultural, permite comprender cual es la orientación que desde el nivel estatal se ha dado a la cultura, la identidad, la diversidad y, particularmente, a los actores reconocidos en esta Política Cultural del Estado Chileno.

Es necesario, entonces, a la luz de un análisis semiótico y de una mirada desde la economía política, una comprensión del proceso socio político que llevó a la materialización de esta primera política cultural, para reconocer los elementos culturales propios, apropiados, enajenados e impuestos, con el fin de confrontarlos, respecto a los modelos estructurales de la globalización, las industrias culturales y la concentración de medios, dado que estos últimos, desde el dominio, tienden a la reproducción seriada de modelos culturales tautológicos impuestos a partir de las relaciones unívocas desde los estados de mayor desarrollo económico, limitando el fortalecimiento de la identidad de los pueblos.

Entonces, como primer paso es primordial un análisis de los principales modos de representación que producen el discurso de las políticas culturales y la comprensión del potencial origen cultural e histórico para producir estos significados, iniciaremos un estudio cuyo supuesto se asienta en la producción motivada de los signos, ya que quien produce un signo trata de generar una representación más apropiada de lo que quiere significar.

Desde este principio las políticas culturales están saturadas de las significaciones de quienes las producen, ya que estas significaciones a su vez responden a las posibilidades de significar que otorgan aquellos que dominan una mayor posibilidad de significación en este medio. A la luz de estas relaciones, el fenómeno de globalización y la preponderancia de un sistema económico ideológico que nos rige a escala mundial da la posibilidad de construir de un sistema de significaciones (políticas culturales), que está supeditado a las posibilidades que esta macroestructura determine (cfr. Van Dijk, 2000, pp 389).

En rigor, existe una relación a escala mundial de dominantes y dominados, en la cual los primeros determinan las capacidad de significación por los medios de producción de sentido que han impuesto. Bajo este argumento la construcción del discurso estaría limitada por una estructura que enmarca su construcción. Las políticas culturales, entonces, como discurso de un Estado deben velar por la construcción de espacios que permitan hacer frente a los modelos uniformadores de las grandes economías y sus omnipresentes industrias culturales, con el fin de garantizar la diversidad y la identidad de la nación en pro del desarrollo cultural.

Así las políticas culturales, en tanto discurso performativo, deben velar por posibilitar estos elementos, pues su existencia es la manifestación estatal por proteger y facilitar el desarrollo cultural. De esta forma, en la elaboración de este discurso, deberán considerarse las distintas posibilidades socio-culturales, con el fin de alcanzar resultados y lineamientos sobre bases culturales, o sea en un paradigma social que posibilite certeramente alcanzar un desarrollo equilibrado. De lo contrario, el desarrollo de lineamientos neutros, tan solo replicará, a manera de tautismo, el modelo cultural homogeneizante que ofrece la globalización por medio de sus industrias culturales sin posibilitar la diversidad y el respeto de las identidades.

ANTECEDENTES GENERALES

LA GÉNESIS DE LA POLÍTICA CULTURAL DE CHILE.

Cultura: en la búsqueda de significados

Trataremos de conciliar, primariamente una noción del término cultura, con el fin de mostrar una visión complementadora, pluricultural y multimodal del concepto. Ello, porque, muchas son las definiciones que tratan de esencializar y naturalizar la cultura, al respecto nos encontramos con:

Una definición institucional “La Cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan una sociedad o grupo social. Ello engloba, además de las artes y las letras los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”. (Unesco)

Otra mirada señala que la cultura es una elaboración comunitaria mediante la cual los individuos se reconocen, se autorrepresentan y asignan significaciones comunes al mundo que les rodea (Montiel, 2003)

Desde una noción latinoamericana la entendemos “Como el conjunto de procesos donde se elabora la significación de las estructuras sociales, se la reproduce, y se transforma mediante operaciones simbólicas” (García Canclini, 1987).

Según las líneas de la semiótica “Si aceptamos el término “cultura” en su sentido antropológico correcto, encontramos inmediatamente tres fenómenos culturales elementales que aparentemente no están dotados de función comunicativa alguna: a) la producción y el uso de objetos que transforman la relación hombre-naturaleza; b) las relaciones de parentesco como núcleo primario de relaciones sociales institucionalizadas; c) el intercambio de bienes económicos”(Eco, 1995).

Por otra parte dentro de la propia Política Cultural a analizar se define “En ese sentido más restringido, cultura son los bienes de carácter simbólico cuyo origen está en la expresión artística y en la labor de las industrias culturales, además de aquellos que se han incorporado ya al patrimonio o herencia cultural de una nación, como es el caso de una sinfonía, de una pintura, de un libro de poemas, de un disco, de un edificio con valor histórico, o de los bailes y canciones populares que expresan los sentimientos de un pueblo y de su gente.” (Lagos, Ricardo, “Política Cultural del Gobierno del Presidente de la República señor Ricardo Lagos Escobar”, Secretaría

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