Querido Curso

Querido curso,

Qué difícil es enfrentarse a una despedida, sobre todo cuando se han creado lazos afectivos tan indisolubles y nutridos por una intensa convivencia más que por una extensa temporalidad.

Ciertamente, hemos tenido sólo un año para caminar juntos; sin embargo, las vicisitudes compartidas durante este tiempo, han dejado una huella indeleble en nuestro porvenir, templando nuestro carácter de modo substancial, lo que ha permitido nuestro crecimiento tanto personal como grupal.

Bajo este respecto, no puedo dejar de mencionar las palabras de nuestro conocido Platón, quien nos señala que “el hombre junto con educarse a sí mismo está permanentemente educando a los demás, y que cada persona, ya sea consciente o inconscientemente cumple con dicha función, debido a que está gravitando en el campo de fuerzas de otros hombres”.

Esta es, precisamente, la razón por la cual ustedes se han grabado a fuego en mi corazón.

Chiquillos, ahora que los veo frente a mí, terminando esta etapa y ad portas de la realización de sus vidas, quiero recordarles, sin ánimo ni pretensión de hacerles una clase de filosofía, que, desde hoy, comienzan a ser protagonistas de su propia historia; y los únicos responsables del puesto que ocuparán en el cosmos, serán ustedes mismos. Lo anterior implica, la necesidad imperante de asumir desde ya, un compromiso real y coherente con sus ideales, infundiéndose el valor y la fuerza suficientes para llevarlos a cabo.

Tengo plena confianza que pueden hacer más amena su propia vida y seguir influyendo positivamente en la vida de los demás. Por eso, en las manos de cada uno de ustedes se encuentra la facultad de saber escoger una buena opción y trabajar en ella, con entusiasmo, convicción y alegría. No solamente un día, sino en cada instante de su existir, para que de esta manera, puedan conquistar verdaderamente esa tan anhelada libertad que han esperado.

Recuerden que la libertad consiste en poder concretar nuestro proyecto de vida, proyecto que necesitamos para visualizar un futuro mejor y en el que debemos concentrar toda atención, pasión y voluntad.

Una vida verdadera los instará a ser capaces de tomar decisiones cuyas acciones estén en armónica concordancia con sus pensamientos y sentimientos, disponiéndose a querer sacrificar lo inmediato y lo cómodo, por un bien mayor y mejor.

Ciertamente, esta es una de las realizaciones que hoy están experimentando junto a sus padres, quienes los han incentivado para salir adelante, ayudándolos a dar este gran paso; acompañándolos; guiándolos y, sobre todo, preocupándose por ustedes a cada instante, con el fin de realizar un buen proyecto.

No puedo dejar de mencionar y agradecer a mis apoderados el apoyo y confianza que han depositado en el Colegio y, en especial,

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