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RELACIONES SOCIO-POLITICOS ENTRE MEXICO Y CHILE


Enviado por   •  6 de Agosto de 2013  •  1.484 Palabras (6 Páginas)  •  556 Visitas

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Los procesos de integración como fenómenos económico-sociales no son nuevos, ya la Sociedad de las Naciones, como organización internacional, aspiraba a la conformación de un Super estado, en donde su Supra autoridad se impondría a la de los países con la finalidad de evitar una nueva guerra. Dado la falta de voluntad política de los Estados que la integraban se vino una nueva y desgarradora conflagración mundial.

La historia centroamericana es rica en intentos integracionistas que desafortunadamente han fracasado: en 1823 se instaló el Primer Congreso Centroamericano que decretó en 1824 la Constitución Federal y, la Federación, se mantuvo hasta 1838; en 1897 se suscribió el Pacto de Amapala por el cual fue conformada la República Mayor de Centroamérica; en 1921 se reavivó el anhelo de reconstruir la Federación y se promulgó la Constitución Política de la República de Centroamérica; en 1951 fue firmada la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) la cual fue sustituida en 1962; y, en diciembre de 1991 se suscribió el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) que dio vida al actual Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

Otros intentos y organizaciones que han hecho acto de presencia en América son el NAFTA, el ALCA, la ALALC, la ALADI, el SELA, el CAN, el CARICOM, el MERCOSUR, el ALBA y recientemente la CELAC: Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

Gracias a los esfuerzos de México y Brasil el CELAC se perfila como un “bloque” de cooperación e integración en el que no se incluyen ni a Canadá ni a Estados Unidos, siendo así es que en febrero de 2010 los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe suscribieron la Declaración de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe por la que se constituye “provisionalmente” la “Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños como espacio regional que reúna a todos los Estados latinoamericanos y Caribeños” pues hay “necesidad de realizar esfuerzos, que permitan avanzar en la unidad y en la integración política, económica, social y cultural, avanzar en el bienestar social, la calidad de vida, el crecimiento económico y promover el desarrollo independiente y sostenible, sobre la base de la democracia, la equidad y la justicia social”.

Es hasta en la Declaración de Caracas “en el Bicentenario de la Independencia hacia el camino de nuestros libertadores” del 3 de diciembre del 2011 que los 33 Mandatarios de Latinoamérica y el Caribe reafirmaron su decisión de “poner en marcha la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC)” (§ 20) “como mecanismo representativo de concertación política, cooperación e integración de los Estados Latinoamericanos y Caribeños y como un espacio común que garantice la unidad e integración de la región”.

La CELAC como Reunión de Mandatarios de 33 países será un foro muy difícil de manejar pues además de sus propios instrumentos jurídicos, principios y objetivos, las decisiones y acciones de las Cumbres del Grupo de Río, de las de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC), las de los Ministros de Relaciones Exteriores, así como las de las Reuniones Ministeriales Especializadas en el marco de lo social, ambiental, energético, financiero y comercial para lo que cuenta con una estructura institucional sumamente “dispersa” que le dificultará la orientación de las políticas comunes de “unidad e integración” que se vayan adoptando. Por otro lado, la Comunidad no posee un presupuesto propio que le brinde la estabilidad y la autonomía funcional indispensable que le permita sustraerse de los vaivenes políticos y presupuestarios de los Estados reunidos en la CELAC.

Si la CELAC está optando por un nuevo regionalismo, el cual se entiende como el elemento central de la política comercial de toda la Comunidad frente al fenómeno de la Globalización, se ve como algo muy difícil de contrastar en este gran “espacio regional” o “espacio común” por la gran cantidad de arreglos comerciales de los Estados con acceso a diferentes mercados, lo que conllevará inevitablemente a entorpecer el proceso de integración económica en sí pues, ni en Centroamérica, dentro de lo que es el Sistema de la Integración Centroamericana, siete países, no han podido poner de acuerdo en la aplicación de un mismo arancel común para el establecimiento de la Unión Aduanera Centroamericana.

Se considera que para viabilizar lo que es la CELAC, los Jefes de Estado y de Gobierno que participarán en la tercera reunión que tendrá lugar en Cuba en 2013 deben tener respuestas concretas y soluciones reales a los siguientes puntos:

1.- Haber consultado a la sociedad civil latinoamericana y caribeña (más de 573 millones de habitantes) ¿Qué tipo de integración desean?,

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