RUBÉOLA Definición

RUBÉOLA

Definición

El nombre de rubéola se deriva del latín que significa “rojizo”.

Enfermedad infecciosa provocada por un virus que se caracteriza por la aparición de manchas rosadas en la piel, algo de fiebre y el aumento de tamaño de los ganglios del cuello.

Microbiología y epidemiología

La rubéola es una enfermedad infecciosa contagiosa causada por un RNA virus de una sola cadena con envoltura que pertenece a la familia Togaviridae y al género Rubivirus.

En 2007, se presentaron casi 165 000 casos de rubéola en todo el mundo, aunque esta cifra probablemente es una subestimación debido a la notificación deficiente. Desde 2004, la rubéola no ha sido una enfermedad endémica en Estados Unidos.

El virus se disemina a través de las gotitas respiratorias y la implantación primaria y replicación tienen lugar en la nasofaringe. La infección placentaria puede originar infección crónica de prácticamente todos los órganos fetales, la cual a veces persiste hasta por un año después del nacimiento.

Manifestaciones clínicas

Aunque la infección rubeólica adquirida por lo general es benigna, la infección rubeólica congénita puede ser más grave.

Infección adquirida. Con un periodo de incubación de 14 días, la rubéola adquirida se caracteriza por un exantema maculopapular generalizado que dura ≤3 días; alrededor de 50% de las infecciones son leves. Puede presentarse linfadenopatía occipital o posauricular durante la segunda semana después de la exposición. En niños y adultos mayores, el exantema puede ir precedido de un pródromo de uno a cinco días que consiste en febrícula, malestar general y síntomas respiratorios altos.

Las artralgias y la artritis son frecuentes en adultos, sobre todo en las mujeres.

Infección congénita.

La infección rubeólica congénita puede originar diversos defectos físicos, que por lo general afectan a los ojos (p. ej., cataratas), los oídos (p. ej., sordera) y el corazón (p. ej., estenosis de las arterias pulmonares). Hasta 90% de las mujeres infectadas por el virus de la rubéola durante las primeras 11 semanas del embarazo darán a luz a un lactante con rubéola congénita. La tasa de rubéola congénita es de 20% para las infecciones maternas adquiridas durante las primeras 20 semanas de embarazo.

Diagnóstico

Dadas las dificultades para el diagnóstico clínico de la rubéola, por lo general se utilizan las pruebas serológicas (para determinar la presencia de IgM o una elevación ≥ 4 tantos en el título de IgG). Si la muestra de IgM obtenida en los primeros cuatro días del exantema es negativa pero persiste la sospecha clínica, los análisis se deben repetir; por lo general, los títulos de anticuerpo IgM son positivos hasta por seis semanas. La rubéola congénita puede diagnosticarse mediante la detección de anticuerpos IgM aunque los títulos pueden ser negativos durante el primer mes, mediante el aislamiento del virus en frotis faríngeos, en la orina o en el líquido cefalorraquídeo; o mediante un título de IgG que no disminuye con la velocidad esperada de una dilución del doble por mes. En Estados Unidos, la detección sistemática de anticuerpos IgG contra la rubéola en las embarazadas es parte de la atención prenatal sistemática; se debe vacunar a las mujeres seronegativas después del parto.

Tratamiento

El tratamiento basado en los síntomas para las diversas manifestaciones, como fiebre y artralgias, es apropiado. No se dispone de tratamientos específicos de la rubéola.

Prevención

Hasta el año 2008, 66% de los países miembros de la Organización Mundial de la Salud habían recomendado incluir una vacuna con rubéola en los esquemas de vacunación sistemática en la infancia. Una dosis induce a la seroconversión en ≥ 95% de las personas,  > 1 año de edad y proporciona una inmunidad a largo plazo (potencialmente de por vida).

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