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Revolucion Agricola Y Reforma Agraria


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2014  •  2.990 Palabras (12 Páginas)  •  731 Visitas

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La revolución agrícola británica describe un período de desarrollo agrícola en Gran Bretaña que abarca desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, período durante el cual existió un incremento muy alto de la productividad agrícola, del rendimiento y de la producción total. Este aumento fue condición indispensable para que pudiera tener lugar el inicio de la Revolución Industrial, ya que permitió disponer de alimentos suficientes para mantener al proletariado urbano y puso a disposición de la industria un mercado en expansión donde vender sus artículos, y unos capitales que se invirtieron en las nuevas ramas productivas (textiles, siderurgia, ferrocarriles).

Algunos de las innovaciones implementados en la Revolución Agrícola fueron:

- La máquina sembradora del inglés Jethro Tull, auténtico pionero de la agricultura científica y que diseñó esta sembradora en los primeros años del siglo XVIII. Esta nueva sembradora posibilita sembrar rápidamente y colocando la simiente fácilmente en filas que hacen más simples otras tareas agrícolas.

- El arado de hierro que posibilita un laboreo más profundo y efectivo. El nacimiento de una potente industria siderúrgica que proporcione hierro barato y abundante será básico para la mejora del utillaje agrario, que apenas había conocido cambios desde tiempos de los romanos. La utilización de caballos en lugar de bueyes acelerará los trabajos agrarios.

- Las primeras segadoras y trilladoras, que permiten mejorar la productividad de los trabajadores agrícolas. Las importantes mejoras en la producción de hierro y acero los irán convirtiendo en materiales asequibles para la fabricación de maquinaria agrícola cada vez más compleja.

Como debe suponerse esto ahorro monetariamente a los propietarios lo que es la mano de obra y no solo eso sino que agilizaba la mayoría de los procesos de siembra y recolección.

Antecedentes de la Revolución Agrícola

Esta transformación económica se desarrolló por la influencia del cambio climático que obligó a las poblaciones de bandas de pastores a dejar las montañas y bajar a las tierras de los valles en busca de las cada vez más escasas presas de caza; de hecho, deben abandonar las habitaciones que habían erigido en las orillas de los cursos de agua.

La necesidad de encontrar una actividad de subsistencia llevó a los hombres del Neolítico a la recolección y almacenamiento de cereales, que pronto iban a ser sembrados y cosechados. Paralelamente, el hombre logró domesticar a algunos animales pequeños como el perro.

El primer lugar donde apareció la agricultura fue en el Cercano Oriente (en la actual Turquía asiática) y los vestigios datan del año 8.000 antes de Cristo. También se han encontrado restos de actividad agrícola en el Valle del Indo que han sido fechados hacia el 7800 antes de Cristo. Sin embargo, se estima que recién en el año 3500 antes de Cristo algunas poblaciones lograron desarrollar la agricultura; el resto se mantuvo con sus hábitos de caza y recolección.

La adopción de la agricultura significó para sus usuarios la posibilidad de desarrollar civilizaciones más avanzadas que las de sus contemporáneos, debido a los cambios culturales que produjo. El más importante es el paso de grupos nómadas a poblaciones sedentarias, motivado por la necesidad de desarrollar la agricultura y la ganadería, y de establecer un lugar fijo de alimentación y residencia.

Consecuentemente, la sedentarización originó el desarrollo urbano y las ciudades; aunque es cierto que muchos grupos humanos que se dedicaban a la pesca en las regiones costeras vivían en especies de aldeas, no contaban con una organización funcional a la actividad económica y no habían logrado desarrollar ciudades.

Por otro lado, la adopción de la agricultura generó, por primera vez en la Historia del hombre, la posibilidad de contar con excedentes alimenticios y se produjo un fenómeno de crecimiento demográfico; es decir, la población tuvo un aumento sostenido en el tiempo.

La agricultura era realizada con herramientas novedosas. Entre ellas estaban los recipientes de barro que eran usados para cocinar y almacenar alimentos.

Causas de la Revolución Agrícola

Las principales causas son:

Demográficas

Durante esta época tuvo lugar un crecimiento sostenido de la población a lo largo de todo el siglo XVIII, aunque el ritmo de crecimiento aumentó a partir de 1740, debido a la disminución de la mortalidad ya que había mejorado la alimentación, la higiene y la sanidad. Este aumento demográfico ocasionó un éxodo rural, lo que hizo que crecieran las ciudades y las migraciones interiores y exteriores. Por otro lado también ocasionó una mayor demanda de bienes y de mano de obra barata.

Sociales

Hasta el siglo XVIII, la sociedad estaba dividida en estamentos, que son grupos cerrados a los que se accedía por nacimiento. Las sucesivas oleadas revolucionarias y los cambios económicos provocaron intensas transformaciones. La sociedad quedó divida en clases en las que los ciudadanos de la clase superior llevaban una vida de lujo y en resto de la población vivía en unas condiciones pésimas.

La sociedad quedó dividida en:

- Clase Alta: Estaba formada por la aristocracia y la alta burguesía.

- Clase Media: En ella se encontraban los grupos de la llamada pequeña burguesía, formada por tenderos y comerciantes.

- Clase Baja: Estaba formada por los trabajadores. En ella también apareció el proletariado, constituido por los emigrantes rurales convertidos en obreros.

Desarrollo de la Revolución Agrícola

Para comprender cuál fue la trascendencia de esta expansión agraria del siglo XVIII (iniciada ya en algunos puntos de Europa fines del siglo XVII) habrá que recordar que hasta entonces la demografía europea había visto frenadas sus posibilidades de crecimiento por la aparición recurrente de unas catástrofes que tenían su origen en la insuficiente disponibilidad de alimentos.

Durante la revolución agrícola, y algunas sociedades experimentaron grandes progresos en su capacidad productiva. Aumentaron el número de plantas cultivadas, mejoraron sus cualidades genéticas y revolucionaron las técnicas agrícolas con la adopción de métodos y herramientas más eficaces para la preparación del suelo, el transporte y el almacenamiento de las cosechas. Se desarrollaron técnicas de irrigación y de abono del suelo, que al controlar dos de los factores esenciales de la productividad, aseguraron cosechas cada vez más abundantes.

Otro efecto de esta nueva capacidad productiva fue el gran crecimiento demográfico.

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