Seguridad e Higiene en Minas. Ventilación
Enviado por suchygi • 23 de Abril de 2018 • Trabajo • 8.245 Palabras (33 Páginas) • 182 Visitas
VENTILACIÓN
TRABAJO PRÁTICO
El trabajo práctico a efectuar consiste en recomendar, utilizando como base los fundamentaos técnicos, científicos y teóricos aplicados en esta asignatura, los diseños y acciones de control de los siguientes ambientes laborales:
“VENTILACIÓN Y CONTROL DE CARGA TÉRMICA EN UNA MINA SUBTERRÁNEA”
Desarrollar los aspectos técnicos a considerar para el control de los Riesgos Químicos y riesgos biológicos; como así también para el control del calor y la humedad en los diferentes puestos de trabajo.
Introducción.
Los riesgos presentes en la actividad minera dependen de la tecnología empleada, del tipo y métodos de trabajo y del tipo de explotación.
En relación al tipo de explotación en minería existen dos formas básicas: la del tipo subterráneo y la denominada a cielo abierto. La minería subterránea comprende todas las actividades que se realizan para extraer las materias primas depositadas debajo de la tierra y transportarlas hasta la superficie. El acceso a los recursos se efectúa por galerías y pozos que están comunicados con la superficie. En cambio, la minería a cielo abierto o de superficie se refiere a toda excavación realizada por encima del terreno con el objeto de extraer cualquier mineral de un depósito natural, abarca entre otros a las salinas y canteras.
Si bien la mayoría de los problemas que afectan a los trabajadores son similares para ambas formas de trabajo, la minería subterránea presenta características especiales que la hacen mucho más peligrosa.
El peligro de las minas subterráneas deriva de la naturaleza de la mina: una construcción de roca natural, que no es un buen material para la ingeniería, donde se trabaja en espacios confinados, formación de gases, vertientes subterráneas y otros.
A su vez, los análisis de accidentabilidad arrojan que los trabajadores de la minería tienen una probabilidad 2,6 veces mayor de morir a consecuencia de un accidente que en cualquier otra actividad y que la duración media de las bajas por accidentes, que aproximan a una visión sobre la gravedad de estos accidentes, para la minería alcanza los 26,5 días.
Por lo mencionado, la minería subterránea exige una planificación cuidadosa y extensiva de las excavaciones, por lo que se deben planificar y aplicar medidas de control que mejoren las condiciones ambientales del trabajo para cuidar la salud y seguridad de los trabajadores. También es importante el sostenimiento y refuerzo en el tiempo de las medidas de prevención que eviten episodios de accidentes que, por la modalidad de producción laboral de esta actividad, pueden involucrar a una importante cantidad de trabajadores en un mismo evento.
En la minería subterránea pueden detectarse riesgos físicos, químicos, biológicos, ergonómicos y psicosociales.
En este trabajo haré una breve descripción de los diferentes riesgos que acarrea la minería subterránea, haciendo énfasis en la ventilación y el control de la carga térmica, de la humedad y el control de los riesgos biológicos y químicos.
Desarrollo.
Descripción del proceso / Riesgos y Medidas de Prevención.
El avance de galería, es el primer proceso de trabajo que se realiza en la minería subterránea previo a la explotación en si misma del yacimiento. Este proceso está formado por cuatro etapas: perforación mecánica, voladura, tojeo y armado de protecciones. Todas estas etapas tienen distintos procesos, con la característica de ser realizados en un ambiente de trabajo compartido: el túnel o galería, lo que hace que muchos de los riesgos inherentes a estas cuatro etapas sean comunes. Los riesgos compartidos por todas las etapas son:
- Riesgos físicos.
- Temperatura y Humedad. Exposición a temperaturas extremas durante la perforación.
En minas poco profundas, la temperatura no presenta grandes inconvenientes, pero superados los 1000 metros de profundidad, debe prestarse especial atención de la temperatura ya que puede causar inconvenientes a la salud de los trabajadores.
A medida que nos internamos en las profundidades, la temperatura de bulbo seco aumenta aproximadamente 1ºC cada 100 metros de profundidad. La temperatura del bulbo húmedo es más difícil de estimar, debido a las variaciones de humedad en la roca misma (su incremento bordea los 0,45ºC cada 100 metros de profundidad).
El aire se calienta por transferencia de calor con la roca y puede fácilmente alcanzar los 42ºC, sin considerar la posibilidad de fuentes geotérmicas que eleven la temperatura del agua que se filtra. A esto hay que sumarle la circulación de vehículos de combustión, cuyo funcionamiento permite adicionar gases calientes al ya existente, y la existencia de las explosiones controladas que aumentan aún más la carga térmica. Asimismo, las luminarias y el metabolismo humano también aportan a esta carga.
La temperatura corporal interna humana se considera estable entre los 36 y 37ºC, rango en el que el cuerpo desarrolla normalmente sus funciones. En cambio al estar en un ambiente caluroso responde de manera sistémica y celular, provocando la termorregulación y aclimatación, disipando el exceso de calor.
Cuando la temperatura interna sube 1ºC puede estimular los receptores periféricos y centrales, activando los mecanismos de vasodilatación y sudoración. Esta nueva distribución del flujo sanguíneo provoca un descenso de la circulación en el intestino y los riñones. La sangre también aumenta de temperatura, induciendo a la taquicardia.
En esta etapa, se pueden apreciar otras manifestaciones como: agotamiento, calambres, sudoración, cefaleas, desorientación y taquicardia. A medida que se incrementa la temperatura corporal, la gravedad de las consecuencias va en aumento. Cuando llega a los 41ºC, el trabajador puede sufrir un “golpe de calor”, un desbalance en los mecanismos de disipación de calor del cuerpo. Los síntomas más visibles pueden ser: pupilas dilatadas, piel seca (se detiene la sudoración) convulsiones, delirios y desmayos.
Es muy común que los trabajos de minería se realicen en condiciones no sólo de altas temperaturas sino también de humedad. Estos dos factores climáticos interactúan entre sí dificultando el balance térmico necesario entre la temperatura corporal al momento del trabajo y el medio ambiente laboral. Si la humedad es muy alta, la sensación térmica aumenta notablemente y provoca cansancio y fatiga. Por ejemplo una temperatura de 28oC con una humedad de 60 por ciento la sensación es de calor mientras que con una humedad del 45 por ciento la sensación es de comodidad.
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