TALLER DE CIVICA Y URBANIDAD
Enviado por Claudia Saenz • 23 de Marzo de 2020 • Ensayo • 1.072 Palabras (5 Páginas) • 446 Visitas
TALLER DE CIVICA Y URBANIDAD
Mediante el siguiente link , analizar el siguiente vídeo.
https://youtu.be/4INwx_tmTKw
Taller
1. Hacer una reflexión del video, mínimo una hoja del cuaderno.
2. Realizar una historieta sobre el valor del Respeto
3. Realizar una cartelera en el cuaderno donde aplique el valor de la empatía
4. Hacer un listado de las principales acciones que se debe tener en una reunión
5. Responder:
• ¿Cuál es la mejor manera de ser buenos ciudadanos?
• ¿Cuál es mi actitud frente a las personas que más sufren y a las que se mes vulnera los derechos?
• ¿Cuál es a su criterio el valor más importante de la sociedad?
• ¿Se considera un buen ciudadano?
• ¿Cumple con las normativas que se dan en la sociedad? ¿Cómo?
Responder en el cuaderno, enviar fotos legible de cada una de las respuestas, al correo diferamos12p@gmail.com para el miércoles 25 de marzo, recuerde cualquier duda al WhatsApp 3138243165.
"No sabía que el guerrillero que curé era el asesino de mi hijo": víctima
En un reciente encuentro de víctimas y victimarios salieron a flote historias que ilustran la crueldad que llegó a tener la guerra en Colombia. SEMANA presenta dos casos novelescos e impactantes.
En el Hospital de Campo, una iniciativa dirigida por Diana Sofía Giraldo, de la Fundación Víctimas Visibles, tuvo lugar un estremecedor encuentro para la reconciliación. En Subachoque, en la Casa de Paz, varias personas relataron experiencias personales que vivieron por el conflicto armado. SEMANA estuvo presente y reproduce dos historias casi inverosímiles de las heridas que dejó la guerra en el país.
La pesadilla de Pastora*
Ella no sabía que el guerrillero herido que estaba curando era el asesino de su hijo. Pastora Mira, de 61 años, tiene el pelo plateado y la mirada tranquila. Quien la ve por primera vez no se imaginaría que ha soportado los horrores de la guerra y que a la vez es uno de los símbolos más visibles de reconciliación. Con su voz grave cuenta que el dolor que le dejó el conflicto armado ahora le sirve para ayudar a otras víctimas. Pastora creció en San Carlos, Antioquia. Desde muy niña tuvo que soportar el asesinato de las personas que amaba. A los 6 años “los conservadores” asesinaron a su padre, y su primer esposo murió a manos de la guerrilla, cuando su primera hija tenía solo 2 meses. Más tarde vendrían cosas peores.
Empezó a trabajar en la Policía, en la que conoció a su actual esposo y con quien tuvo otros cuatro hijos. Pero por las amenazas de las guerrillas tuvo que renunciar. En 1998 se fue huyendo de la violencia con él y dos de sus hijos a Medellín. Regresó dos años después cuando su madre murió y ya no tenía con quién dejar a sus pequeñas. Al llegar a su pueblo la impactó en lo que se había convertido. Estaba desolado y prácticamente no había comida. San Carlos era en un campo de batalla. Allí el conflicto dejó un saldo de 33 masacres, 156 desapariciones, 78 víctimas de minas, decenas de desplazados y un sinnúmero de muertos. En 2001 grupos paramilitares desaparecieron a su tercera hija, Sandra Paola.
La zozobra consumía
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