TEMA - LOS REFORMADORES.
Enviado por noriegitamurilli • 29 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 8.132 Palabras (33 Páginas) • 317 Visitas
LA CONSTRUCCIÓN DEL TRABAJO SOCIAL
1. LOS REFORMADORES SOCIALES
Desde que el hombre existe, se ha interesado por sus semejantes en mayor o menor grado. Pero, sin dudas, fue a partir del cristianismo, cuando la caridad, con su sentido de amor al prójimo, cobró significación. La idea de salvación por las obras que los hombres realizan durante su vida, es básica para entender los comienzos de lo que llamaremos asistencia social, y cuya acción fue, en gran medida, ayudar a los carenciados con bienes concretos (dinero, alimentos, vestimentas, alojamiento). La limosna, la exhortación y la persuasión, como medios elementales, caracterizan este largo período en el que la fe, el sentimiento y la intuición, reemplazan al conocimiento científico frente a las situaciones que genera tal estado de carencia. De ese período, rescataremos sólo aquellos nombres que marcaron un hito, un camino que, con el tiempo conduciría a nuestra profesión.
La obra de Juan Luis Vives (1492-1540), compuesta por más de sesenta libros, con la calidad, el valor de la innovación y la variedad de su creación intelectual que abarcó, como humanista, la filosofía, la filología, la antropología, la pedagogía y la reforma social, acreditan que sea señalado como el primer precursor del Trabajo Social, ya que en toda ella aparece como una constante su preocupación por lo humano. Nacido en Valencia, España, e hijo de judíos conversos, en 1511 se alejó de su patria, a laque no volvería más, rumbo a París, atraído por el prestigio de su universidad a la que, sin embargo, encontró escolástica y formal, por lo que se trasladó a Brujas (Bélgica), y luego a Lovaina y Oxford, donde se desempeñó como profesor, aunque luego regresó a Brujas, ciudad en la que permaneció hasta su muerte.
Destacado pedagogo y humanista, influido por Tomás Moro (1480-1535) y por Erasmo (1467-1536), fue construyendo un pensamiento profundamente cristiano, a la vez que crítico, de una cultura que consideraba exclusiva de una minoría, y de una sociedad que no satisfacía las necesidades de una mayoría y que, además, desde lo religioso, limitaba la expresión de ideas. "Estamos pasando por tiempos difíciles, en que no se puede ni hablar ni callarse sin peligro", escribió en carta a Erasmo el 10 de mayo de 1534. En sus libros De disciplinis e Introducción a la Verdadera Sabiduría, sostuvo que los sentidos abren el rumbo hacia el conocimiento, anticipándose a los empiristas John Locke (1632-1704) y David Hume (1711-1776). En el primero, planteó una reforma de la pedagogía, propugnando una democratización de la cultura y de la enseñanza, introduciendo la necesidad de un planteamiento más científico de la educación, que debería realizarse de acuerdo con la naturaleza y personalidad de los alumnos. Dictó reglas para el funcionamiento de las escuelas: ambiente sano pero austero, buena alimentación, profesores cultivados y bien remunerados, pedagogía experimental partiendo del análisis de las cosas.
Introducción de juegos y un importante esfuerzo para el aprendizaje de lenguas vernáculas; además insistió en la educación intelectual y moral de las mujeres. Valioso aporte sin cabida en su época, al que debemos sumar el que haya abierto el camino para un tratamiento personalizado y racional de las discapacidades de cada individuo, eliminando el sentido de castigo divino con que estaban consideradas hasta ese momento. En 1526 publicó Del socorro a los pobres, verdadero tratado de política social dedicado a las autoridades de Brujas, en tanto que señaló que es una obligación del municipio y del Estado llevarla a cabo, sustituyendo el derecho tradicional del mendigo a la limosna por el derecho del pobre al trabajo, desvinculando, en gran medida, los problemas sociales del ámbito sacralizante de la Iglesia, con una concepción más laica y racional y de aspiración a un modelo humano de perfección dentro del ámbito terrenal. Escrito luego de investigar casa por casa las necesidades de sus habitantes y las posibles causas de la miseria, este libro está dividido en dos partes. La primera fundamenta teológica y filosóficamente el origen de la miseria, no como una bendición de Dios, sino como resultado de los errores y ambiciones de los hombres y su injusticia, o de un accidente, o de la precariedad de condiciones de nacimiento. En la segunda se refiere al modo en que la sociedad y sus gobernantes deben ocuparse de los necesitados.
Para Vives, el pecado es causa de todos los males, incluida la pobreza, y "es de buen cristiano socorrer al hermano indigente en la medida de nuestras posibilidades."Todo indigente tiene derecho a una asistencia efectiva y organizada, basada en el conocimiento de las causas de miseria, por medio de una encuesta que tome en cuenta las circunstancias y particularidades de cada asistido." "La acción debe prolongarse tanto como sea preciso, para que el pobre pueda valerse por sí mismo y ganar el propio sustento trabajando." Vives resaltó que ningún pobre debe estar ocioso, si su salud y su edad le permiten trabajar. La mejor manera de ayudar a los pobres es capacitarlos en un oficio. Por lo tanto, la ayuda no debe limitarse al dinero, sino que debe incluir consejos, trabajo y el intento de fortalecer su capacidad intelectual, social y física. Asentó, así, las bases de la Asistencia Social, en los siguientes principios:
•El derecho del individuo a obtenerla;
•La individualización de cada situación a través de un diagnóstico, de una clasificación, de un análisis de soluciones posibles y la aplicación de medidas racionales;
•La aceptación de quien pide ayuda;
•La rehabilitación y prevención a través del trabajo;
•La acción prolongada hasta resolver definitivamente la situación.
Finalmente, destaquemos que propugnó que el gobierno de las ciudades asumiera la administración de la asistencia a los pobres, lo que logró concretar en el municipio de Brujas, con la creación de la primera dependencia abocada a tal tarea. Esta concepción organizada de la asistencia le atrajo duras críticas de parte del clero, que defendía ese campo como propio.
En el seno de la Iglesia católica, debemos destacar a Vicente de Paúl (1576-1660). Fundó la Congregación de los Sacerdotes de la Misión, o padres paúles, también llamados lazaristas, en 1625.También organizó, en 1633, junto a una distinguida señora, Luisa de Marillac, las Damas de la Caridad, entidad integrada por mujeres pertenecientes a familias aristocráticas, dedicadas a visitar a los enfermos en los hospitales y a los pobres en sus domicilios, para llevarles la ayuda necesaria, encargándose cada una de un cierto número de familias. Perola organización no prosperó, debido a los prejuicios imperantes en la época con respecto a las mujeres, las que debían ocuparse sólo de la casa y de sus hijos.
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