TRABAJO DE INVESTIGACIÓN “EL PECADO”
Enviado por Oscar Matias Perez • 11 de Junio de 2017 • Apuntes • 5.763 Palabras (24 Páginas) • 526 Visitas
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
“EL PECADO”
Integrantes: Oscar Perez Epuante
Pablo Belmar Apablaza
Carrera:Ingeniería Civil Informática
Profesor: Hernán Heredia
I.-INTRODUCCIÓN:
Con la realización de esta investigación sobre el pecado, explicaremos este conceptualmente, tanto como en la antigüedad y cómo en la actualidad, señalaremos las características más relevantes que se pueden abstraer de la Biblia y/o documentos de autores teológicos.
Por otro lado, investigamos acerca de la fundamentación bíblica, donde se hablará sobre el pecado en el antiguo y nuevo testamento y a través de esta misma mencionaremos la importancia teológica del pecado.
Además abordaremos los datos actuales del pecado, enfatizando el tema en cuestión en diversos medios de comunicación, como por ejemplo noticias, entrevistas, columnas, charlas, reportajes etc.
Finalmente se comentará nuestra posición frente al tema, mediante un análisis crítico defendiendo nuestro punto de vista con fundamentos fidedignos y veraces.
II.-MARCO TEÓRICO
- Concepto:
Cometer un pecado, meter una infracción moral, excederse en algo.
El pecado es una infracción voluntaria de las normas religiosas, el término pecar proviene del latín peccatum lo que significa la violación de las normas morales y que pueden tener distintos grados de gravedad.
Para los Griegos el pecado se decía “hamartia” lo que implicaba “fallo de la meta, no dar en el blanco”, entonces los griegos se referían en la forma verbal harmataño con respecto al lancero que erraba su blanco.
Para los hebreos la palabra pecado es jattá´th que significa errar en el sentido de no alcanzar una meta, camino u objetivo.
b) Evolución:
Por ejemplo en la antigüedad, sobre todo en la antigua Grecia el pecado era visto como el hecho de excederse, sobrepasar por encima de los dioses y la naturalidad del mundo. Esto se ve representado el en hecho de que para referirse a él usaban el vocablo HAMARTIA, que se traduce como desatinar, no dar en el blanco. Aquí se destacan cuatro conceptos presentes y constantes en la cotidianidad religiosa de la antigua Grecia: Desobediencia Divina, Hybris, Erastes Erómenos y el origen del Pecado.
Y en la actualidad la civilización dominante ha intentado negar el pecado en todas sus dimensiones y suprimir el sentido de la muerte. Sin embargo, no ha conseguido evitar la angustia del hombre que se advierte limitado y no encuentra en la sociedad los medios suficientes para salir de esta situación.
c) Características:
El aspecto principal del pecado en el AT es el vínculo que la acción pecaminosa tiene con una norma, que posee a menudo un fuerte aspecto jurídico, atribuido a Dios debido al régimen de la alianza. Por eso el concepto de pecado guarda una estrecha relación con la institución de la alianza sinaítica, considerada como elemento fundamental de la vida religiosa de Israel.
1.- Ruptura con Dios. Por eso el pecado es una ruptura de las relaciones que ligan al hombre con el Señor, bueno y leal (cf Dt 4,29; 6,6ss; lSam 16,7; Os 2; Is 1,2s; 29,13; Jer 3,10; 17,9; Prov 3,3ss). La transgresión de una ley que expresa la voluntad de Dios es una desobediencia a la orden del Señor (Dt, passim; lSam 15, 22.26; Os 4,1s; Sal 119).
2.- Ingratitud. El pecado asume el aspecto de ingratitud para con el don de Dios, que quería crearse un pueblo que diera testimonio de la santidad de su Señor (Is 5,1-7; Miq 6,13; Jer 2,21). Además, los profetas leen en el pecado de Israel una malicia más profunda, la de instrumentalizar el don de Dios, creyendo que pueden prescindir de él. Pensando que Dios estaba demasiado apegado a su pueblo para poder deshacerse de él, creen que pueden impunemente infringir su ley, con el convencimiento de que Dios es incapaz de juzgar, de condenar y de castigar al pueblo que ha elegido (Os 11,1s; 13,5s; Jer 7,8ss; Miq 3,11). Esta arrogancia de Israel es la expresión de un rechazo práctico de la trascendencia divina.
3.- El pecado personificado. En las cartas a los Corintios (lCor 15,26; 2Cor 5,21), a los Gálatas (2,17; 3,22) y sobre todo a los Romanos (cc. 5-8) Pablo utiliza el término hamartía en singular en un sentido muy particular. Este término aparece más de 40 veces en la carta a los Romanos. La hamartía se presenta como una fuerza personificada, como un rey tirano que hace su entrada solemne en el mundo debido a la desobediencia del primer hombre (Rom 5,12). Esta fuerza malvada se difundió en todos los hombres, alcanzando incluso a la criatura irracional (Rom 8,12-22); es inmanente al hombre, habita en él, actúa en él por medio de ciertos cómplices; como fuerza perversa de dominación, produce toda especie de concupiscencias y de deseos viciosos, seduce al hombre por medio del precepto, opera en él el mal y le procura la muerte (Rom 7,7). Lo mismo que en Gén 3,13 la serpiente sedujo a la mujer, así también este "pecado" seduce al hombre. La hamartía no puede identificarse con Satanás, que representa una potecia hostil, pero externa al hombre; sin embargo, se le atribuye el papel que Sab 2,4 atribuye al demonio.
4.-La ira de Dios. El pecado está bajo la cólera de Dios (Rom 1,18), es decir, se encuentra en una situación de hostilidad con Dios. Él quiso separarse del Señor, y Dios permite esta separación. La metáfora de la cólera divina denota el abismo que aísla al que comete el mal de la fuente del bien, que es Dios. Privado de la gracia de Dios (Rom 3,23), el pecador se ve sometido a la angustia, a la tribulación y a la corrupción (Gál 6,8). Alejado de Dios, el hombre multiplica los pecados y cae en el abismo de la demencia. En efecto, el aumento de los pecados acaba corrompiendo el juicio moral del hombre (Rom 1,28) y haciendo que se obstine en una situación de enemistad con Dios. Es éste el primer castigo que el pecado lleva consigo. El abismo que separa al hombre de Dios se hace cada vez más profundo. Esta manifestación de la cólera divina aguarda el momento final, cuando en el juicio el hombre se fije definitivamente en su rebelión contra Dios (Rom 2,5-8; 3,5; 4,15; 5,9; cf lTes 1,10; 5,9). A este propósito, Pablo cita el ejemplo de los judíos (Rom 2,5; 2Cor 3,14) y de los paganos (Ef 4,18).
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