Temperamento

¿QUÉ RASGOS CARACTERIZAN EL TRABAJO DE LA EDUCADORA?

En la lectura de Van Manen, Max “La práctica de la pedagogía” nos menciona que el maestro es capaz de escuchar y percibir el estado del desarrollo intelectual, emocional y moral de una persona joven”. Para esto el maestro debe de saber mantenerse al margen como saber cuándo y cómo comprometer activamente al niño y tomarlo en cuenta para que no sientan que no los entienden o que no intentan comprenderlos ni un poco, pero también es necesario que cuando los escuchen sea sin juicios críticos o negativos, ya que el niño siente que no hace las cosas bien y su autoestima puede verse afectado.

Otro de los aspectos que caracterizan a la educadora es el de motivar a los niños para que se sientan con la confianza de expresarse no solo en las actividades dentro de clases, también en su amiente familiar y social, con sus iguales o con personas adultas. Que sientan la confianza de expresar sus sentimientos, emociones, experiencias e ideas sin sentirse reprimidos, y hacerle saber al niño que su opinión cuenta y es respetada.

De igual manera la educadora debe de tener una comprensión analítica que consiste en ayudar al niño a liberarse de sus emociones negativas identificándolas y ayudarlos a enfrentarlas, con actitudes positivas, de apoyo, demostrando confianza.

De igual manera el conocer las destrezas y habilidades de los niños al igual que sus debilidades, para implementar actividades que puedan favorecer su desarrollo integral. Ayudar al niño a conseguir sus logros tanto en lo cognitivo como en lo emocional y social.

Algo muy importante es nunca olvidar el considerar la vida del niño fuera de la escuela, es decir, la familia, la cual es un factor muy importante que influye en el comportamiento y desarrollo de los niños. Conocer aspectos de la vida de los niños, nos permite entenderlo mejor al observar su comportamiento, su mirada y sus actitudes ante ciertas situaciones.

Existen situaciones que se presentan y que como educadoras debemos considerar cuando podemos intervenir, cuando debemos dejar a los niños que lo resuelvan solos, como intervenir y utilizar las palabras correctas y acertadas.

Los grupos se conformas por niños con características diferentes uno de otro, es decir que se tienen grupos de gran diversidad de personalidad, de carácter, de habilidades, ritmos de aprendizajes, e incluso niños que presentan necesidades educativas especiales. Por lo tanto debemos ser equitativas, justas y se debe atender las necesidades de cada uno de los niños así como sus intereses. Como educadora debemos conocer a nuestro grupo para poder decidir que situaciones o secuencias didácticas de trabajo es la más conveniente para poder lograr las competencias deseadas.

Una situación que es probable que pase son los imprevistos, es decir, que se interrumpe la actividad planeada por alguna situación que se presenta, aquí debemos aprovechar la situación si es de interés para los niños y crear una situación que deje en los niños un aprendizaje y después retomar la actividad pospuesta.

Se debe crear un clima afectivo donde los niños perciban que su maestra es paciente, tolerante, que los escucha, los apoya, los anima y los estimula, que pueden contar con ella para estar seguros y resolver los conflictos que enfrentan, de esta manera se creara un ambiente de confianza.

Algo que caracteriza a las educadoras es la realización de actividades didácticas, ya que no llevamos un programa educativo que nos diga cómo o que actividades realizar con los niños, debemos buscar y/o crear situaciones divertidas, entretenidas, que

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