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Teorias y previsiones sobre poblacion y crecimiento economico


Enviado por   •  16 de Octubre de 2018  •  Documentos de Investigación  •  2.854 Palabras (12 Páginas)  •  100 Visitas

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Teorías y previsiones sobre  población y crecimiento económico

1.1. La sombra de Malthus es alargada

La demografía mundial está cambiando y

desde la teoría económica y demográca no hay  una respuesta unitaria. Sigue el crecimiento de la  población y del envejecimiento a la vez que avanza  la estabilización, las zonas urbanas y las migra- ciones. Fuera de toda duda, los cambios están  ahí y hay que enfrentarlos. El dilema poblaciónrecursos sigue sin resolverse: siguen existiendo  graves problemas de alimentación y la degradación  del suelo y del medio ambiente pueden ser una  hipoteca para el futuro.A los problemas indica- dos se añaden los de la energía, sus emisiones y elcambio climático, que incide en la alimentación.  Habrá que ser prudentes y aplicar el principio de  cautela, esto es, no actuar sin seguridad cientíca.  Por sentido común.

Demografía y economía conforman un complejo maridaje que desde hace décadas y según los  tiempos incide en el bienestar de las gentes; ya sea  por los riesgos de la depauperización, por efecto  del paro, o por el creciente envejecimiento global1.

Tres factores que constituyen otros tantos ele-

mentos inuy entes en el futuro de la humanidad.  Y por ello mismo, los debates sobre la población  y sus posibilidades de sustento, a pesar de su anti- güedades, continúan centrando en gran medida la  discusión económica y social; robustecida hoy con los argumentos aportados por la economía ecoló- gica y la necesidad de un crecimiento sostenible.

Este debate surgió con especial intensidad

con las ideas demográ cas de Malthus en su Ensayo  sobre el principio de la Población (1789), muy mar- cadas por el pesimismo en cuanto al ratio entre la  población que crecería en progresión geométrica,  y recursos que lo harían en la aritmética; lo que  para el pensador/economista británico habría de  conducir al desequilibrio población–recursos y a  consecuencias catastrócas, a menos que se con- trolara el crecimiento demográ co. Ello contrastó  con las tesis optimistas de sus coetáneos Condorcet  y Godwin, que daban continuidad a los plan- teamientos populacionistas de los mercantilistas,  para quienes la gente hacía el reino, una idea muy  apreciada por William Petty, que consideraba la  población como una fuente de riqueza del Estado.

Tanto David Ricardo como John Stuart Mill

compartieron las preocupaciones malthusianas  ampliando sus argumentos. En ese sentido, Ricar- do analizó y replanteó la ley de los rendimientos  decrecientes de A. R. J. Turgot: la producción  suplementaria, debida al crecimiento de un factor  productivo sin variar los otros –por ejemplo, la  tierra– disminuye progresivamente, por efecto de la  disminución de la calidad de las entradas al sistema  productivo. Y propuso también la ley de bronce de  los salarios, según la cual, su nivel tiende a la larga  hacia el nivel de subsistencia por la sobreoferta de  trabajo. Por su parte, Mill sistematizó el pensamien- to de los anteriores, aportando el denominado efecto  escasez emergente, que surge cuando se incorporan  al proceso productivo recursos naturales de menor  calidad, que incrementan la absorción de factores  productivos por unidad de producto; aunque su  idea del progreso relativizaba la tendencia a los  rendimientos decrecientes, por efecto de nuevos  conocimientos, lo que hoy llamamos tecnología.

Por la última vía expuesta transitó Marx,

superando las contradicciones entre modos de  producción y fuerzas productivas, pues según

el lósofo de Treveris, la ley de la población era  consecuencia de la ley de la acumulación capi- talista. De manera que a cada régimen histórico  corresponden sus propias leyes de población; con  el socialismo sería posible evitar las tensiones  demográcas de éste. En todo caso la idea de ex- cedente de población de Malthus estuvo presente  en Marx, alimentando su idea del creciente ejército  industrial de reserva que favorecía la generación de  plusvalías y la caída de los salarios.

1.2. La revisión de la ley  de población: los modelos neoclásicos

El supuesto de los rendimientos decrecientes,

aceptado en principio por la escuela neoclásica,  implica que el crecimiento a largo plazo por la  acumulación de capital deviene insostenible. No  es extraño, pues, que en esta situación algunos eco- nomistas (Pareto, Robbins) se plantearan alcanzar  un óptimo de población variable; en función de los  recursos disponibles y el nivel de crecimiento. Lo  que fue criticado por lo que implicaba de trasfondo  demográcamente estacionario, y también por la  dicultad para determinar la densidad óptima.

Pese a todo, el modelo neoclásico de Robert

Solow y Trevor Swan en presentaciones hechas  en 1956, plantearon una senda de crecimiento  estable y equilibrado en razón de las hipótesis de  exibilidad de los precios y factores de produc- ción; y de una productividad marginal del capital  decreciente, lo que implicaba que la producción  crecería más lentamente que el stock de capital,  de manera que se reduciría la incitación a invertir.

En todo caso, el crecimiento de la población

(como la tecnología) permite incrementar el  crecimiento, por lo cual, en general, el aumento  poblacional es bienvenido. Sensu contrario, una  excesiva natalidad puede limitar el crecimiento  en algunos países por falta de ahorro con que  favorecer la inversión, ya que todo la produccióndebe destinarse a mantener a la nueva población  con las mismas dotaciones de capital impidiendo la  posibilidad de crecer económicamente. Surgió así  el llamado círculo vicioso de la pobreza, puesto de  maniesto por Gunnar Myrdal, quien señaló que  en los países pobres la pobreza tiende a perpetuarse  porque no pueden ahorrar e invertir lo suciente  para acumular el capital necesario para crecer. En  este contexto, sólo con politicas de limitación de la  natalidad (Tinbergen) o con nanciación exterior  (incluida la solidaridad internacional reclamada  por Myrdal) es posible romper el círculo perverso  y mejorar los niveles de bienestar, aumentar el  empleo y la renta.

1.3. La revisión del crecimiento  demográco

Sin duda la aportación del desarrollo endóge-

no (Romer, 1986) permitió superar los límites al  crecimiento en los modelos neoclásicos anteriores,  al desaparecer los rendimientos decrecientes en los  factores acumulables, y al plantearse mayores tasas  de crecimiento sin recurrir a variables exógenas;  a partir de la endogenización del proceso tecno- lógico, y la introducción de externalidades como  fuente de rendimientos crecientes.

En esa dirección se destacaron las aportacio-

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