Terremoto En Chile 24/7
Enviado por mattbardock • 20 de Septiembre de 2011 • 3.754 Palabras (16 Páginas) • 2.358 Visitas
Viernes 26 de febrero. Comienza la jornada. Miles de personas salen de sus casas, unos para educarse, otros para trabajar y algunos simplemente para cumplir algunas de las tantas actividades que ejercen de manera cotidiana. Los autos se desplazan por las calles en busca de sus destinos. El tránsito parece darle vida a la ciudad. Muchos adolecentes se ponen de acuerdo para reunirse, ya sea en uno de los tantos centros nocturnos o en la casa de uno de ellos. El dinero circula como todos los días, de mano en mano, de bolsillo a bolsillo, las compras, las cuentas, la oficina, en fin, todo normal. Sin embargo, nadie advirtió que cada vez estaba más cerca de vivir una de las catástrofes más grandes que se han registrado hasta ahora en la historia del mundo, específicamente la de Chile.
Apenas habían transcurrido unas horas de comenzado el 27 de febrero de 2010. La luna brillaba en lo alto del cielo y unas cuantas brisas veraniegas se dejaban colar por las calles del centro de Chile. Entonces, se cumplieron exactamente las 03:34:14 y la tierra comenzó a moverse; al principio muy tímidamente, haciendo suponer que éste era uno de los tantos sismos a los que el país está acostumbrado. Sin embargo, el destino tenía preparado otro final para este nuevo episodio telúrico. De a poco los remesones empezaron a expandirse y a tomar fuerza, muchos de los que se estaban riendo y bromeando con el acontecimiento cambiaron de forma súbita su expresión, algunos se pararon con nerviosismo, otros permanecieron sentados, tal vez por valentía o con la esperanza de que el temblor amainara pronto, pero todavía no ocurría lo peor. En pocos segundos todo cambió.
El terremoto de Chile ocurrido el sábado 27 de febrero de 2010, a las 03:34:14, tuvo una intensidad de 8,8 grados Richter, afectando a la zona centro-sur. El origen fue descubierto en el territorio marítimo del país, frente a las localidades de Cobquecura y Curanipe, a unos 150 kilómetros al noreste de una de las ciudades más importantes del país, Concepción, y a 30,1 kilómetros de profundidad bajo la corteza de la tierra, con una duración de dos minutos y 45 segundos. También se sintió en gran parte del cono sur con diferente intensidad, en lugares como Argentina y Brasil.
Los lugares más perjudicados por el terremoto fueron la Región Metropolitana, Valparaíso, O’Higgins, Maule, Biobío y La Araucanía, con más de 13 millones de habitantes, cerca del 80% de la población del país. En las Regiones del Maule y del Biobío, el terremoto alcanzó una intensidad de nueve en la escala de Mercalli, arrasando con gran parte de ciudades como Constitución, Concepción, Cobquecura y el puerto de Talcahuano. Además, el centro de Talca (considerado como su gran casco histórico) quedó destruido casi en su totalidad. En las Regiones de La Araucanía, O’Higgins y Metropolitana, el sismo alcanzó una intensidad de 8º, provocando importante destrucción en la capital, Santiago, en Rancagua y en las localidades rurales. Las víctimas fatales fueron 525. Cerca de 500 mil viviendas quedaron con daño severo y se estimó en 2 millones la cifra de damnificados. Fue la peor tragedia natural vivida en Chile desde 1960. La Presidenta Michelle Bachelet declaró “estado de excepción constitucional de catástrofe” en las Regiones del Maule y del Biobío.
Un fuerte tsunami impactó las costas chilenas como producto del terremoto, destruyendo varias localidades ya devastadas por el impacto telúrico. Debido a un problema de comunicación generado por el terremoto y confusiones por parte de los organismos encargados de enviar la alarma de tsunami, no se alertó a la población acerca del evento que ocurriría 35 minutos después del terremoto. El archipiélago de Juan Fernández, pese a no sentir el sismo, fue impactado por las marejadas que arrasaron con su único poblado, San Juan Bautista.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico generó pocos minutos después del terremoto una alerta de tsunami para el océano Pacífico, que se extendió posteriormente a 53 países ubicados a lo largo de gran parte de su cuenca, llegando a Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, la Antártida, Nueva Zelanda, la Polinesia Francesa y las costas de Hawái.
El sismo es considerado como el segundo más fuerte en la historia del país y uno de los seis más poderosos registrados por la humanidad. Sólo es superado a nivel nacional por el cataclismo del terremoto de Valdivia de 1960, el de mayor intensidad registrado por el ser humano mediante sismómetros. El terremoto chileno fue 31 veces más potente y liberó cerca de 178% más energía que el devastador terremoto de Haití ocurrido el mes anterior, solo comparable con 100.000 bombas atómicas como la liberada en Hiroshima en 1945.
El terremoto ocurrió en el borde convergente entre la placa de Nazca y la Sudamericana. En la VII Región, en que tuvo lugar el epicentro, las placas convergen a un ritmo de unos 68 mm/año. El terremoto estuvo caracterizado por un mecanismo focal de falla inversa causado por la subducción de la placa de Nazca por debajo de la Sudamericana.
Las costas de Chile tienen una historia de grandes terremotos originados por esta frontera de placas, como el terremoto de Valdivia de 1960, el más fuerte de la historia entre los registrados mediante sismógrafos, llegando a una magnitud de 9,5 en la escala sismológica de magnitud de momento, conocida erróneamente como escala de Richter.
Se estima que la zona de falla que se desplazó en este terremoto tenía una longitud de 640 km de largo y se encontraba inmediatamente al norte del segmento de 960 km que dio origen al terremoto de 1960.
El lugar afectado, entre las ciudades de Constitución y Concepción, aproximadamente entre los 35° y los 37° de latitud Sur, había sido considerado por los expertos como un sector de alta probabilidad de ocurrencia de un movimiento telúrico de gran magnitud. La zona había sido llamada “laguna sísmica” debido a la ausencia de un terremoto importante desde 1835, aún cuando la frecuencia de éstos es cercana a los 60 años; en sectores aledaños, en tanto, la energía acumulada por la subducción de las placas ya había sido liberada por el norte con el terremoto de Santiago de 1985 y por el sur con el de Valdivia de 1960. La “laguna sísmica” generada en la costa del centro-sur de Chile era similar a la situación del extremo norte de Chile y el “gran terremoto” esperado en dicha zona por décadas.
Durante más de 170 años, la subducción de la placa de Nazca bajo la Sudamericana estuvo retenida sin poder liberar la energía acumulada a través de un evento sísmico. Así, se acumuló una diferencia de hasta 10 metros entre el desplazamiento esperado de las
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