Toponimia de Lima
Enviado por Victor Nanquen • 4 de Abril de 2021 • Apuntes • 1.277 Palabras (6 Páginas) • 197 Visitas
Toponimia
Lima
— Los estudios toponímicos serios son producto de la aplicación de las diferentes disciplinas de la toponimia[1] y de presupuestos o condiciones teóricas-metódicas que presentan ciertas restricciones[2]. Sin embargo, los estudios toponímicos en la región andina presentan una serie de deficiencias gracias el carácter incipiente de las investigaciones[3] o problemas específicos[4], que deben ver con la filiación de los nombres, con su adaptación dentro del castellano, con su registro escrito, y con los efectos de la diglosia[5] andina (Cerrón-Palomino, 2015). De acuerdo a esto, el topónimo de la ciudad presenta ciertas particularidades al establecer su origen.
— La forma original del nombre de la ciudad era <Limaq>, palabra consignada en documentos coloniales y alternándose con <Limac>, <Lima> y <Lyma> (Rostworoski,1978 y Lohmann,1992 citados en Cerrón-Palomino, 2000). La evidencia lingüística de la pronunciación de /l/ en reemplazo de la consonante inicial /r/ (lambdacismo)[6] como en Malanca, Sulco, Lurin, Latim mostraba una caracteristica propia del quechua de la costa centro-sureña peruana y de dialectos quechuas del Valle del Mantaro[7]; sin embargo, es posible que este cambio se deba a una base aimara[8], lengua que se había propagado el valle del Mantaro, sierra centro-sureña y costas aledañas, antes de la expansión pre inca del quechua. Entonces /’li.maq/ provenía de una forma originaria /’ri.maq/. La adaptación y nativización castellana, suprime la consonante final /q/[9] transformando la palabra, finalmente, a /’Li.ma/ (Cerrón-Palomino, 2000).
— El significado del topónimo (*rima-q o *lima-q) es ‘El que habla’ o ‘Hablador’, interpretación realizada también por el Inca Garcilaso. Popularmente, desde tiempos coloniales, se refería al río que atraviesa la ciudad, por ser caudaloso en época de crecida; sin embargo, realmente, la referencia era sobre un oráculo pre-inca, ubicado en una construcción llamada Huaca de Santa Ana, donde hoy en día se encuentra la Iglesia de Santa Ana[10] en Barrios Altos. Se usó el nombre <Limac> para designar el antiguo territorio del señorío local, cuyo nombre original era Ychma. La designación del río como hablador es posterior, luego de haber erradicado de la memoria el oráculo. De igual forma, la forma <Rímac> (con /r/ y con /k/) será usada exclusivamente para el río (antes llamado solo el río de Lima, o Lima), evidencia del quechua basado en el modelo cuzqueño, adoptada por el Tercer Concilio Limense (Cerrón-Palomino, 2000).
— Sin embargo, el nombre fundacional de la ciudad será el de “Ciudad de los Reyes” (Biblioteca y Archivo Histórico Municipal de Lima, 2019). Existe la teoría de que este nombre sería un homenaje a los Reyes de España: Juana I y Carlos I, pero, es más posible que el nombre se deba a la fiesta de Bajada de Reyes o Epifanía, ya que el 06 de enero, desde Pachacamac, Francisco Pizarro envía una comisión para buscar un nuevo sitio para mover la capital de su gobierno, asentada hasta ese momento en Jauja, a tierras más cercanas al mar[11] (Universidad Ricardo Palma & Consejeria de Vivienda y Ordenancion de Territorio, 2009).
[1] Inicialmente (a) la Geografía humana, para reconocer el lugar de estudio; (b) la Arqueología, para develar espacios y asentamientos humanos, donde no hay información documental escrita; (c) la Historia, para consultar información documental e investigación archivística; y fundamentalmente (d) la Lingüística, para estudiar el lenguaje (como objeto y en el tiempo) y (e) la Filología, para interpretar los antiguos registros escritos (Cerrón-Palomino, 2015).
[2] Las restricciones universales (formal y semántica) establecen que: (a) Los sonidos que designan un lugar en cualquier lengua del mundo son sustantivos o una construcción gramatical (oración nominalizada), descartando nombres con forma de pregunta, exclamaciones, imperativos, etc. (b) Los nombres son descriptivos, motivados por un contexto geográfico y ambiental, y a veces también un contexto histórico o cultural que haría tener más bien una alusión conmemorativa. Por otro lado, las restricciones procedimentales necesitan del conocimiento total de la lengua, es decir, de las estructuras, historia, evolución, variaciones dialectales, etc., ya que la realidad modifica la lengua constantemente (contactos, desplazamientos y superposiciones idiomáticas) y haríamos mal en tratar de interpretar los nombres de un lugar, unilateral y arbitrariamente, a partir de la o las lenguas vigentes en la realidad estudiada, pues lo más seguro es que tales designaciones sean sobrevivencias de idiomas preexistentes, de las que, en el peor de los casos, apenas tenemos noticia(Cerrón-Palomino, 2015).
[3] Los estudios toponímicos andinos en Perú yacen sobre una práctica basada en la ausencia del mínimo rigor científico o criterios lingüístico-filológicos a manos de simples aficionados de buena intención, o ilustrados en otras disciplinas, además de la vieja práctica de la etimología popular que echa por los suelos toda plausibilidad formal y semántica de los nombres de lugar. Estas tendencias se remontan a tiempos coloniales. Además, muchos trabajos presentan un reduccionismo lingüístico en favor del quechua y aimara, lenguas conocidas por el lego, motivando una quechuaización (cuzqueña) o aimarización forzada y unilateral, añadiéndoles un enfoque sincrónico o a-histórico, como si no tuvieran pasado documentado o reconstruido y fueran lenguas estáticas, y una proclividad hacia la multiplicidad de acepciones para un mismo nombre, como enumeración de alternativas de interpretación (donde "todo vale") sin posibilidad de evaluarlas (Cerrón-Palomino, 2015).
[4] Los estudios toponímicos deben tener en cuenta la variación dialectal de las lenguas involucradas que determinan ciertos cambios fonológicos, así como la castellanización de los nombres que ejerce un reajuste estructural, siendo un proceso inevitable y normal de adaptación y los problemas de la ortografía arcaica con que se registran ciertos topónimos y que, al desconocerla, son objeto de falsas lecturas e interpretaciones.
[5] Es la situación que se da cuando en un mismo territorio coexisten dos lenguas con diverso estatus social, de modo que una de ellas se configura como lengua de prestigio frente a la otra, que queda relegada a una posición subalterna
[6] En lingüística, es un cambio fonológico que consiste en la articulación de una consonante distinta – generalmente la /r/ implosiva o final – como /l/.
[7] “/Lima:/ en Huancayo y /Limah/ en Jauja donde la longura vocalica proviene de una antigua /q/ fina, así como en los del Callejón de Huaylas: /limaq/. Fuera del quechua, se la registra también como Nimja o, mejor aún, Nimaja (proveniente de *"limaq), en la variedad tupina del aimara. Incluso en la lengua mochica, extinguida alrededor de la primera mitad del siglo pasado, la designación era parcialmente idéntica , es decir [limak]. Aquí la */r/ cambio de modo general y sin restricciones. (Cerrón-Palomino, 2000).
[8] La lengua aimara ha manifestado una particular repugnancia por la /r/ que cambia obligatoriamente en /l/ en posición inicial, y es posible que estos dialectos central y sureños hayan adaptado dicho cambio.
[9] Dicha consonante fue suprimida en labios de los españoles (piénsese en el conocido caso de <Pachacama> en lugar de Pachacamac, proveniente de *pacha kama-q 'el sustentador del universo'), en cuya base articulatoria la región postvelar no sólo no cumple ninguna función distintiva sino que, de modo más compulsivo, las reglas de su sistema fonológico tampoco admiten consonantes oclusivas en posición final de palabra.(Cerrón-Palomino, 2000)
[10] Se trataba del santuario importante que figura en la lista de adoratorios ofrecida por Cristóbal de Albornoz, como integrante de las huacas que se encontraban en la "provincia de Ychma". El célebre extirpador de idolatrías consigna, en efecto, el santuario de "Rimac, guaca de los indios de Lima que se dezían ychmas, donde está poblada la ciudad de los Reyes, era una piedra redonda. Está en un llano donde tiene la güerta Gerónimo de Silva"(Cerrón-Palomino, 2000)
[11] Nótese cómo el conquistador sitúa el acto fundacional en el inicio de la empresa o búsqueda y lo concluye con el acto de fundación en si mismo el 18 de enero de 1535.(Universidad Ricardo Palma & Consejeria de Vivienda y Ordenancion de Territorio, 2009)
...