Trabajo infantil en Camboya 2013.
Enviado por Caro Campagna • 26 de Marzo de 2017 • Informe • 1.095 Palabras (5 Páginas) • 276 Visitas
Nuestro país, Camboya es consciente de la situación que nos rodea diariamente y está sumamente alarmada por la realidad vivida aquí. Consideramos imperioso comenzar a accionar en manera conjunta para que finalmente alcancemos el anhelado cambio en nuestra sociedad.
Las palabras, trata y explotación de personas, han estado presente dentro de nuestro vocabulario desde hace ya algunos años, pero recientemente han retomado fuerza y es parte de nuestro acervo cotidiano.
Si bien el tráfico de mujeres y niños para su explotación sexual ha disminuido en los últimos años, el tráfico de hombres, mujeres y niños para la explotación laboral ha ido en aumento.
Nuestro gobierno no puede quedarse inmóvil antes problemáticas de tal magnitud, sin embargo, es difícil poder solucionarlos porque la mayoría de los casos de trata y explotación, en particular los delitos cometidos por los camboyanos, no se denuncian, y cuando se denuncian, no se investigan. Además, hay un alto índice de corrupción desde hace 10 años. “Muchos proxenetas pertenecen al Gobierno. El país se está convirtiendo en lo que era antes Tailandia, recibe víctimas y luego las exporta. Chinas, coreanas y rumanas son objeto de tráfico a Camboya, donde es muy fácil comprar un pasaporte y un visado y de ahí son enviadas a Malasia”, declaró activista camboyana en favor de los derechos humanos, Somaly Mam.
Tanto en nuestro país como otros países de la región, tales como Laos, Tailandia o Vietnam, la trata de personas está alimentada por la creciente demanda de turismo sexual. Según los datos que ha podido recabar Anesvad, debido a que la mayoría de sus proyectos se centran en el sudeste asiático, la trata y el tráfico de personas son delitos que se han incrementado de forma alarmante en los últimos años.
Respecto a las cifras concretas, la ONG habla de que más del 25% de las víctimas en Tailandia sufrió trabajos forzosos y el 73% fue objeto de trata con fines de explotación sexual en el último año. Las causas de la trata de personas y de la migración irregular incluyen la pobreza, las deudas y la falta de oportunidades de educación y de empleo en las comunidades rurales de origen, la exclusión social y la atracción que ejercen las grandes ciudades. Algunas mujeres y niños son vendidos para el comercio sexual, mientras que otros son objeto de trata para realizar trabajos domésticos o trabajos agrícolas estacionales, o para mendigar o pedir dinero. Las investigaciones de la OIT en la región del delta del Mekong muestran que la mayor parte del trabajo forzoso es el resultado de una migración voluntaria, aunque mal preparada y realizada sin ningún tipo de información.
Desde el año 2008, el número de trabajadores que emigraron a Malasia para el empleo a través de empresas de reclutamiento de Camboya se ha incrementado significativamente. En 2010, las agencias de contratación de mano de obra con licencia de contratación, miembros de la Asociación de Agencias de Reclutamiento de Camboya, afirmaron haber formado y enviado a Malasia a 16.395 trabajadores, de los cuales cerca de un 70% eran mujeres ‘formadas’ como empleadas domésticas. El año anterior, 2009, la cifra oficial era muchísimo más baja, 9.982 personas. El problema es que muchos de ellos creen que van a buscar oportunidades legales de empleo en el extranjero pero, tras coacciones sucesivas, acaban trabajando en condiciones de esclavitud por deudas contraídas.
Según la ONG, en Camboya el 80% de la población vive en condiciones de pobreza extrema y está asolada por un analfabetismo endémico. Este factor coloca en una situación de gran vulnerabilidad a las personas que viven allí, lo que provoca que sean fácilmente engañadas por las mafias. Bajo la promesa de una vida mejor o un trabajo estable, se llevan a mujeres y niños a trabajar en clubes donde se practica la prostitución o los obligan a formar parte de actividades relacionadas con la pornografía infantil. "Las redes de traficantes logran atrapar cada vez más a los jóvenes desconfiados que caen por la atracción de una vida mejor y de unos ingresos seguros", declaró el coordinador del Proyecto Interno de la ONU sobre el Tráfico Humano (UNIAP), Lim Tith.
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