¿Un Perú democrático sin partidos políticos?

ACTIVIDAD 02

Jayro Jahyr Fabián Huaychani Velasco                 2022-114013

¿Cómo funciona la política sin partidos en el Perú?

Como menciona en el video, los partidos políticos resultan NECESARIOS para la participación de la sociedad ya que, representan los intereses de los ciudadanos y las demandas de estos mismos. Es así como se llega a una participación democrática en la busca del poder político. Por su parte, la democracia del Perú se define como “una democracia sin partidos”. Y es que, desde la caída del gobierno de Fujimori no existieron partidos políticos funcionales, es decir, no hubo partidos que cumplan las funciones que deberían cumplir: no representan los intereses de la población ni las demandas de los ciudadanos. Esto tiende a una política inestable, incierta, haciendo que se convierta en un escenario oportunista; en otras palabras, aleja a la política de la sociedad y, por ende, de la democracia. Además, en las elecciones, las políticas que rigen en el país no cambian con respecto al gobierno del presidente que entrará al mando ya que ninguno cumple con las propuestas que vino prometiendo. Sin embargo, no existe un caos en su totalidad. A diferencia de otros países, en el Perú no se han observado grandes crisis políticas ni una gran inestabilidad nacional. Esto se debe a que, de manera precaria, se ha llegado a cumplir algunas funciones de los partidos políticos, de ellos: contamos con partidos in-políticos; y políticos sin partidos. Estos últimos hacen referencia a gente que hace política sin un partido político fijo, ya que, constantemente está en busca de un nuevo interés, convirtiéndose así en una política personalista, además están relacionados con intermediados que vinculan demandas sociales con la política. Estos intermediados libres, con intereses propios se les denomina brókers. Justamente son estos intermediados los que generan, de manera frágil, el ambiente democrático.

En conclusión, la relación de política y sociedad (democracia) sí se da, pero de manera precaria. La política está gobernada no por partidos políticos, sino por políticas personalistas que pasan por alto los intereses y la demanda de los ciudadanos. Este escenario ha permitido la estabilidad y continuidad política a lo largo de los años, pero en contraparte, podemos decir que esa continuidad resulta frágil, de modo que hay sectores del estado que funcionan relativamente bien y otros que simplemente parecen estar olvidados. Además, estas políticas no tienen un control democrático real ya que las ideas de estas personas terminan siendo impuestas.

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