Una Tortura Interminable
Enviado por nickyyjc • 21 de Mayo de 2014 • 1.450 Palabras (6 Páginas) • 167 Visitas
Todo ser vivo, incluso los seres humanos, tienen el derecho a vivir conforme a su propia naturaleza, libres de daños, abuso y explotación. En el caso de los animales, este derecho no está siendo respetado, y muchos de los productos que nosotros compramos son hechos a base de una tortura interminable. Cuando hablamos de los derechos de los animales, estamos hablando sobre la liberación animal y el bienestar de ellos, especialmente de aquellos que sufren de la crueldad humana. Los animales, como cualquier ser vivo, sufren de esta explotación, y como no tienen voz ni voto, no pueden defenderse. Nadie nos ha otorgado el derecho a usar la vida de estos animales como experimentos para nuestro propio bienestar, y aunque científicos alegan que es la única manera de encontrar la cura para algunos de nuestros males, se ha comprobado que hay otras opciones. Los humanos debemos aprender a convivir con los diferentes seres vivos que existen en nuestro planeta sin explotarlos. Debemos comprender que los animales son parte de nuestro ecosistema y que si proseguimos con esta tortura interminable, con el pasar del tiempo, los animales van a dejar de existir.
Los derechos de los animales protegen su bienestar y libertad, sin significar que los seres humanos debemos de convertirnos en vegetarianos. Está claro que los humanos necesitamos de las proteínas que las carnes nos proporcionan, y como todo ser vivo, seguimos una cadena alimenticia. Sin embargo, esto no nos da el derecho a explotar a los animales. La preocupación de las organizaciones que defienden los derechos de los animales entonces no yace en nuestro uso de los animales como alimento, sino en el exterminio masivo de ellos para nuestro propio bienestar. En 1977 en Londres, la Liga Internacional de los Derechos del Animal y las Ligas Nacionales afiliadas en la Tercera reunión sobre los derechos del animal, escribieron la Declaración Universal de los Derechos del Animal. Organizaciones, como PETA, utilizan estos artículos para proteger a los animales de la explotación que sufren. Esta declaración deja más que claro que usar a los animales como experimentos es atroz y cruel.
Desde la antigüedad hemos visto a los animales como inferiores. En la Biblia, en Génesis 1, versículo 1-20, Dios dio dominio a Abraham sobre las especies del mundo. Esta palabra, dominio, había sido definida como propiedad y superioridad, sin embargo, esto no significa crueldad y explotación de ellos. Muchos críticos opositores de los derechos de los animales argumentan que debido a que los animales no son seres razonables, y no entran en un contrato social o pueden tomar decisiones morales, no deberían tener derechos. El filósofo inglés, Jeremy Bentham (Bentham, 1988), una vez escribió diciendo que ellos no pueden ni razonar ni hablar, pero si pueden sufrir. Esto significa que los animales son capaces de sufrir, de tener miedo, hambre y sed. Con atroces sufrimientos, anualmente mueren en el mundo millones de animales víctimas de la experimentación. La sociedad prefiere cerrar los ojos a tales torturas diciendo que es para el beneficio de la humanidad. Las organizaciones protectoras de los derechos de los animales existen por esa razón, porque ellos no tienen voz ni voto para defenderse.
Un “animal de laboratorio” es un ser sano que se le provoca una enfermedad para después ser tratada y posiblemente encontrar la cura. Aunque se llegue a encontrar la cura para la enfermedad provocada, el animal muere gracias a los diferentes experimentos hechos en su cuerpo. Al momento de que ese animal es utilizado como un material de experimentación, sólo le espera morir como víctima del experimento o siendo sacrificado porque ha dejado de ser útil. Además, durante la experimentación pasa la vida prisionero en una jaula y sabe perfectamente que, cada vez que lo sacan de ella, es para producirle dolor.
Los científicos e investigadores médicos dicen que las experimentaciones con animales son el futuro para encontrar las curas a las enfermedades de este siglo. Ellos se defienden diciendo que, a pesar de que esto un acto cruel, deben de hacerlo ya que no hay otras opciones. Se ha comprobado que sí las hay, y que muchos de los animales utilizados como experimentos han muerto en vano. Leyendo varios estudios podemos encontrar evidencias que la experimentación con animales no ha ayudado a los humanos a encontrar las respuestas que realmente necesitan; es más, ha ralentizado el proceso de las investigaciones médicas. Ray Creek (MD), Presidente
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