VIOLENCIA CARCELARIA Y RETARDO PROCESAL PENAL

NÚCLEO DE SUCRE

ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES

DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

MÉTODOS AVANZADOS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

VIOLENCIA CARCELARIA Y RETARDO PROCESAL PENAL

CARÚPANO, 2014

BRA. RONDÓN M, FARIDES J

Tutora: Profa. Yaneth Guzmán R

Trabajo parcial de Grado Presentado como requisito para optar al título de Licenciada en Sociología.

Cumana, Enero de 2015.

INTRODUCCIÓN

Los espacios carcelarios se han convertido en un flagelo de la humanidad y la condición dignificadora del ser humano; siendo el sistema penitenciario venezolano el principal responsable de estos hechos; en vista que casi a diario se manifiestan en la mayoría de medios de comunicación sucesos que reflejan dentro de las cárceles e internados judiciales vicios, corrupción, hacinamiento y por ende violencia carcelaria; rompiendo con ello, los derechos humanos reflejado en el ordenamiento jurídico venezolano y la Carta Magna de la República.

Ante esta situación se abordará un proceso investigativo donde la población reclusa del Internado Judicial de Carúpano, se convertirá en el principal foco de atención, ya que a través de diversos encuentros que permitan la interacción con una muestra de esta población se puedan abordar entrevistas y encuestas que verifiquen la incidencia del retardo procesal penal en la violencia carcelaria. Manteniendo como propósito conocer si la violencia en el internado es generada por el retardo procesal, dar respuesta al objetivo de la investigación planteado, mostrando resultados que interesen para nuevas investigaciones, al mismo tiempo producirá propuestas que pueden ser tomadas por los responsables de este recinto carcelario como una vía para establecer un ambiente más favorable y dignificador de la vida misma.

El proceso investigativo, se ejecutará bajo un enfoque de investigación Cuantitativo, pues esta metodología facilitará de manera directa la recolección de datos mediante técnicas como entrevista y observación participante, se darán los resultados y luego propuestas que pueden ser utilizadas para mejorar o erradicar cualquier comportamiento violento o de agresividad presente.

CAPITULO I

CONTEXTO EMPÍRICO

1.1.- El problema

Los recintos penitenciarios se han convertido en un lugar de hacinamiento y con grandes focos de violencia; bien puede ser por la falta de infraestructura o desarrollo eficiente de los procesos penales. Es sin duda un escenario no ajeno a las cárceles en Latinoamérica, ya que, en los últimos años la sobrepoblación de reclusos genera conductas no apropiadas hasta con ellos mismos, desarrollando una posición agresiva-violenta entre el recinto carcelario donde están a la espera del debido proceso judicial, que determinará su condena.

El primer informe sobre Personas Privadas de Libertad de 2011, publicado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), destaca que el hacinamiento en las prisiones es el problema más grave, que afecta a países como Colombia, México, Honduras, Brasil y Venezuela. La Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos humanos (OACDH) de la ONU, (2012) al visitar la prisión Comayagua- Honduras, pudo contactar que hubo 382 muertos, a causa de un incendio dentro de la misma, dejando referencia que “la prisión era destinada para 250 reclusos y para ese momento la población alcanzaba los 800 reos”.

Así como también el incidente en el Centro penitenciario en Tamaulipas, México donde murieron 31 presos y otros 13 sufrieron heridas en una pelea entre diversos grupos; en la prisión de Nuevo León del mismo país al menos 44 presos perdieron la vida. Señalando que “La función rehabilitadora de los sistemas penitenciarios no han sido una prioridad, y por el contrario, las cárceles han emergido como un espacio que ha potenciado la violencia, los abusos a los derechos humanos, las redes criminales y la reincidencia delictiva. (PNUD, CEPAL, 2013, p.10)

Por lo tanto, desde este punto de vista es pertinente el estudio de una situación vivenciada por los privados de libertad, aquella que envilece al ser mismo y lo convierte en un sobreviviente de una jaula donde prevalece la ley del más fuerte, donde el derecho a la vida se convierte en la lucha por la subsistencia, despojándolo de la titularidad de todos su derechos humanos; en tal sentido Palma (2012) señala: “el hombre, por mucho que haya descendido, exige instintivamente su dignidad de hombre… ni estigmas, ni cadenas, ni presidio alguno le harán olvidar que es un hombre: precisa, pues, tratarle humanamente. (s/n p) una dignidad que poco se observa en las cárceles venezolanas, a pesar que la República Bolivariana de Venezuela se encuentra fundamentada en un ordenamiento jurídico el cual es el garante de los derechos ciudadanos aunque este se encuentran privado de su libertad.

Donde existen 34 prisiones, entre penitenciarías, cárceles nacionales o locales, además de internados judiciales, solo una de mujeres. A pesar de ello Ardila (2010) al entrevistar a Prado quien realizó un estudio para el Observatorio Venezolano de Prisiones menciona que: “Venezuela está considerado el país de América Latina como el más violento en materia carcelaria” (p, 1) los espacios se han quedado pequeños para albergar la cantidad de reclusos que allí permanecen, Ibídem, ha afirmado que para el inicio de esta década en nuestro país, se ha desatado la peor crisis dentro de las cárceles, Palma (2012) plantea:

Tenemos 47.800 personas privadas de su libertad aproximadamente de las cuales el 80% están en proceso lo que significa a la espera de una sentencia que diga si es culpable o inocente y solo el 20% con una sentencia definitiva, lo que significa un exceso de población del 196%... todo esto trae como consecuencia el irrespeto a la condición humana y por consiguiente genera violencia… (s/n. p)

Es de interés revisar posibles causas que conllevan a la presencia de tan inhumana situación, imaginarse unos pocos metros ocupados por una cantidad avasallante de seres humanos, un lugar convertido en una escuela para la violencia y la corrupción; “…causas de estas violencias están asociadas a la corrupción, el hacinamiento y la falta de personal capacitado para atender a la población carcelaria.” (Ibídem. 2013)

Sin embargo, para el Ministerio del Poder Popular para Asuntos Penitenciarios representado por la Ministra Iris Valera, se han realizado esfuerzos para reducir focos de violencia que pueden ser causados por los retardos procesales, tiempo en espera de una sentencia,

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