ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Vigilar Y Castigar


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2014  •  6.187 Palabras (25 Páginas)  •  223 Visitas

Página 1 de 25

VIGILAR Y CASTIGAR

Vigilar Y castigar pertenece al género de la filosofía, y al subgénero de la criminología.

Es un ensayo sobre la evolución de los métodos de castigo y vigilancia desde la sociedad medieval a la contemporánea : los suplicios, la humillación pública, la cárcel, la escuela , los manicomios....

Foulcault inaugura una mirada genealógica de los procesos históricos desde el análisis de los castigos como expresión del poder .

El autor estudia la materialidad del poder desde sus extremidades “ se trata en cierto modo de una microfísica del poder que los aparatos e instituciones ponen en juego”

Busca intentar demostrar como las relaciones de poder pueden penetrar materialmente en el espesor mismo de los cuerpos.

El libro en cuestión esta dividido en cuatro partes, cada una de ellas a su vez esta

subdividida en capítulos, esta es la estructura que presenta :

-Suplicio:

El cuerpo de los condenados

La resonancia del poder

- Castigo:

El castigo generalizado

La benignidad de las penas

- Disciplina:

Los cuerpos dóciles

Los medios del buen encauzamiento

El panoptismo

- Prisión:

Unas instituciones completas y austeras

Ilegalismos y delincuencia

Los carcelario

El libro comienza hablando de Damiens , un hombre que fue condenado el 2 de marzo de 1757 a “pública retractación ante la puerta principal de París de la Iglesia de París” “donde debía ser llevado en una carretilla desnudo, y ahí le llevarían sobre un cadalso donde le atenazarían las tetillas, brazos, muslos y pantorrilas, y su mano derecha quemada con fuego de azufre , (puesto con esa mano había cometido el crimen), y sobre las partes atenazadas se le verterá plomo derretido, aceite hirviendo, pez resina ardiendo, cera y azufre fundidos juntamente, y a continuación, su cuerpo estirado y desmembrado por cuatro caballos y sus miembros y tronco consumidos en el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas arrojadas al viento”

Así es como Michel Foulcault comienza su ensayo, y a continuación nos describe escrupulosamente todos los altercados que ocurrieron, como por ejemplo los caballos nos estaban acostumbrados a tirar y tuvieron poner 6 caballos, pero por si esto no fuera suficiente, le cortaron los nervios y rompieron a hachazos las coyunturas para que los caballos pudieran desmembrarle, esto se conoce como suplicio , es la época en la que fue redistribuida en Europa y Estados Unidos toda una economía del castigo.

A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX desaparece el cuerpo como blanco mayor de la represión, y a pesar de algunos grandes resplandores, la sombría fiesta punitiva está extinguiéndose, el castigo poco a poco ha cesado de ser teatro, la desaparición de los suplicios podría fecharse entorno a 1830-1848.

Ahora la tendencia era más hacia la privación de libertad, como podía ser la reclusión, los trabajos forzados, la deportación, penas que recaen directamente sobre el cuerpo, pero a un nivel más psicológico que físico, podría decirse que el castigo recae más sobre el alma que sobre el cuerpo

Es importante detenerse en el análisis de una cuestión y es que como el propio Foulcault señala , el objeto del crimen, es decir aquello sobre lo que se ejerce la práctica penal , ha sido profundamente modificado, antes , se juzgaba igual a un asesino que a un ladrón ( en el libro explica como dieron muerte a una mujer en el cadalso por robar 20 metros de tela ), posteriormente cuando se fue eliminando el suplicio, se encarcelaba siguiendo el mismo criterio, a asesinos, ladrones, vagabundos, niños vagos.... , y a continuación, se paso a clasificar a la gente, es decir, primera planta para asesinos, segunda para ladrones e.t.c.

Desde los 150 o 200 años que hace que en Europa se han establecido nuevos sistemas de penalidad, los jueces poco a poco se han propuesto juzgar otra cosa distinta del delito , que es el alma del delincuente.

Ahora se preocupan aparte del delito en si mismo, es decir del hecho, de si ha sido una reacción psicótica , episodio delirante. No ya sólo quien ha sido el autor de dicho delito sino cómo asignar el proceso causal que lo ha producida, qué medida será la más apropiada para la evolución del sujeto.

Esta nueva orientación de las penas contrasta con los medios del XVIII, donde lo primordial es que el condenado confiese, y sufra la imposición del poder sobre su cuerpo, todo esto claro está ante los ojos del pueblo, y finalmente termina con la exposición del cadáver en el lugar de su crimen, o en la misma posición que sus víctimas, ..... Era una reproducción casi teatral del crimen en la ejecución del culpable: los mismos instrumentos , los mismos gestos.

El papel del pueblo en este caso es ambiguo, por un lado se llama como espectador , ser testigo es un derecho que el pueblo reivindica, muchas veces el pueblo acompaña el suplicio con gritos e insultos al condenado, pero otras muchas, debido al horror y a la atrocidad de los suplicios , el pueblo apoya al condenado e incluso se revela, e intentan arrancar a este de las manos del verdugo.

Foulcault destaca que cuando el condenado esta apunto de morir puede decir lo que quiera por muy inmoral, o prohibido que este, y el pueblo lo aclama, se cambian los papeles, los criminales se convierten en héroes y las potencias en criminales.

Otra causa de agitación era la diferencia de las penas según las clases sociales, por ejemplo cuando se ejecutaba a criados con frecuencia había protestas, pero muchas veces a la gente de clase alta e incluso curas no se le aplicaba la misma pena que al resto de los criminales de clase inferior.

Podría decirse entonces que el suplicio cumple dos consecuencias una deseada y otra no deseada y por lo tanto no prevista. La consecuencia deseada es castigar al culpable haciendo caer sobre el todo el poder ante los ojos del pueblo, para que este vea cuan poderoso es el rey o el príncipe y lo que les pasará si actúan de igual o parecida forma, y la consecuencia no deseada es que el pueblo se siente más cerca que nunca de los criminales, e incluso los apoya, sienten pena por lo que les sucede y en ocasiones se revelan e intentan salvarlos( en ocasiones a determinados condenados se les convertía en una especie de santos) .Uno de los primeros clamores del pueblo fue para pedir la supresión de los suplicios.

Se desarrollo una literatura del crimen totalmente distinta, en la que el criminal aparecía glorificado.

Además no podemos olvidar que “si el pueblo se acostumbra a ver correr

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (39 Kb)
Leer 24 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com