Violencia contra la mujer, texto expositivo
Enviado por richardsitox • 19 de Abril de 2021 • Ensayo • 2.178 Palabras (9 Páginas) • 3.313 Visitas
La violencia en contra del sexo femenino se produce en todos los países, en todas las culturas y en todos los niveles sociales sin excepción (García-Moreno, Henrica, Watts, Ellsberg & Heise 2005, citado en Aiquipa 2015) En nuestro país, cada año se profundiza la gravedad del problema de violencia contra la mujer traducido en cifras que hablan de asesinatos, agresiones, violaciones y toda serie de injurias contra la mujer (García 2011: 175-188). La violencia familiar es un problema social por los altos índices de violencia hacia la mujer (Flores 2015). “Si en el 2012 habían sido asesinadas 27 mujeres en la capital, entre enero y octubre del 2013 el número de víctimas llego a 57, la mayor parte de los agresores son las parejas o ex parejas de las víctimas” (INEI 2013, citado en Flores 2015). Es una situación que afecta la calidad de vida de las víctimas y limita su desarrollo a nivel personal, familiar y comunitario (Flores 2015). La forma en la que afecta se ve reflejada en diversas consecuencias negativas para este ser vulnerable de la sociedad, que es la mujer (Flores 2015).La violencia contra la mujer es un problema frecuente; sin embargo, no es reciente. Es un fenómeno que está arraigado al inconsciente humano y que ocurre desde hace cientos de años (Mujica 2013, citado en Flores 2015). La violencia contra el sexo femenino, además, es producto de la continuidad y permanencia de una compleja estructura de desigualdades sociales (Mujica 2013, citado en Flores 2015). El Estado peruano ha reconocido expresamente lo alarmante, grave y perjudicial de este problema (Flores 2015). La violencia de pareja contra la mujer es, con frecuencia, una de las causas prevenibles de morbilidad y mortalidad de la mujer en diversas culturas (Blitchtein y Reyes 2012: 35-45).
Existen diversos factores que incrementan el desarrollo de la violencia femenina en el Perú. En primer lugar, los medios de comunicación influyen directamente en el incremento de este fenómeno, debido a que la propaganda y los programas que se emiten nacionalmente funcionan como un refuerzo de las conductas sociales y roles de género, los cuales contribuyen a la creación de ideologías y comportamientos (García 2011: 175-188).
La violencia contra la mujer no es un fenómeno aislado, delincuencial, sino que evidencia las relaciones de poder en nuestra sociedad a favor del hombre donde al primero se le enseña que es el dominador y a la segunda la dominada. La televisión tiene una indiscutible influencia en los modos de percibir, pensar y actuar de las personas en una sociedad. Debido a la legitimación de la violencia, estas personas tienden a percibir las conductas como normales y, por tanto, aceptables (García 2011: 175-188). Debido a la libertad de prensa, la televisión tiene derecho de emitir distintos casos de violencia. Ello genera que este problema social se reproduzca masivamente y sea percibido como una situación natural. Se puede decir, por lo antes mencionado, que convivimos con un agente muy influyente para el incremento de la violencia en el país. El sensacionalismo de los medios de comunicación constituye un factor importante para que actualmente se genere la violencia sobre la mujer en la sociedad. Este sensacionalismo sigue siendo un problema mundial y en nuestro país sucesivas investigaciones lo confirman, sobre todo con el problema de la prensa amarilla o prensa “chicha” que también se da en la televisión (García 2011: 175-188). Para García, cuando una mujer ha sido testigo de violencia en su niñez por parte de su padre contra su madre, así como cuando ella misma ha sido víctima de castigo físico, durante esa etapa, tiende a imitar ese comportamiento frente a sus hijos o recibirlo de forma natural y este podría constituir, de igual manera, una fuerte influencia para este problema social. El hecho de que una mujer que ha recibido algún tipo de violencia crea que tiene la culpa produce que este problema social se vea, también, como una situación común e insignificante. Las relaciones desiguales entre hombres y mujeres construidas socialmente constituyen un factor causal determinante en los actos de violencia contra las mujeres y en cómo los roles asignados se reproducen en todos los ámbitos en los que actuamos los seres humanos (Flores 2015). “Siguen vigentes mitos y estereotipos que justifican la violencia y no permiten comprender que este es un fenómeno que atraviesa a toda la sociedad, teniendo implicancias en la vida e integridad de las mujeres” (Sánchez 2013, citado en Flores 2015). Debido a que los medios de comunicación son tan influyentes en la sociedad, hoy, se les exige que contribuyan de alguna manera para tratar de disminuir la violencia. Se habla, inclusive, de una labor educativa de los medios, que ayude a superar una diversidad de problemas en el tratamiento de la información que distorsiona la imagen de la mujer y refuerza las malas prácticas que, pese a los esfuerzos de profesionales conscientes que quieren un cambio, se siguen dando (García 2011: 175-188). En segundo lugar, Según Blitchtein y Reyes, la manifestación de la violencia contra la mujer, sobre todo por parte de su pareja, es característica de cada cultura (2012: 35-45). Ellos realizaron un estudio respecto a la violencia en la mujer y mencionan que se evidencia una elevada proporción de violencia física reciente hacia la mujer por parte de su pareja, la cual puede variar a través de los diferentes ámbitos geográficos en el Perú. Esto les permitió comparar la asociación a mayor o menor riesgo de violencia física de la pareja contra la mujer en zonas geográficas de la costa, sierra y selva peruanas (2012: 35-45). “Existen diversas características individuales y de relaciones de pareja, con otros, sociales y factores geográficos que están asociados con una mayor probabilidad de violencia de pareja” (Blitchtein y Reyes 2012: 35-45).Para Blitchtein y Reyes, la prevalencia de violencia física o sexual contra la mujer por la pareja es alta aunque puede variar según los ámbitos geográficos (2012: 35-45). El acceso a mayores niveles de educación por parte de la mujer y el formar parte de la fuerza laboral, en algunas zonas geográficas, es percibido por los varones como una amenaza hacia su masculinidad y su papel de proveedores únicos en el hogar; por ello, según Blitchtein y Reyes, estos utilizan la violencia como mecanismo para recuperar su imagen y así poder tener control sobre la mujer en diversos aspectos (2012: 35-45). Esto genera un miedo que se refleja en la violencia contra el sexo femenino y, por ello, se hace necesario identificar las características del patrón de unión de parejas en el país, dentro de los diferentes ámbitos geográficos para poder proponer estrategias y normas que puedan evitar el aislamiento de la mujer y las condiciones que favorecen la violencia contra ella (Blitchtein y
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