¡Violencia no!

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Introducción

“La violencia es el último refugio del incompetente” (Isaac Asimov).

En este documento, pretendo realizar mi aportación e información acerca de la violencia de género, de cómo se refleja la violencia en las mujeres y cómo se ha “normalizado” en México. Al igual me gustaría realizar mi aportación de cómo podríamos disminuir los índices de violencia de género, pues sabemos que es complicado eliminarlo al cien por ciento, pero podemos realizar una aportación para esta problemática.

Desarrollo

La violencia es el uso intencional de la fuerza y poder hacía alguna persona, la mayor parte se da hacía las mujeres y se encuentra dentro de relaciones amorosas. En la violencia de género, lo que se incluye, son las agresiones físicas y violencia sexual, que dañan e incluso terminan ocasionando la muerte de una persona, cuando el agresor no controla la situación y termina mal. Las agresiones físicas que sufre una mujer, no siempre se denuncian. Tristemente se dan cuenta de la situación que pasaba la chica, cuando ha sido declarada como fallecida.

Otro tipo de violencia de género son las acciones verbales, estas no son tan notorias, porque no son detectadas físicamente. Es una violencia que permite el daño a nivel emocional. A mi pensar, este tipo de violencia es engañosa pues hace pensar a la mujer que es normal que su pareja le grite palabras como: “¡Cállate!” y lo justifica con un “De seguro viene estresado del trabajo”, cuando es obvio que no hay justificación para este tipo de actitudes. Incluso al ignorar a una persona es parte de violencia, porque el fin es hacer sentir culpable y humillada a la otra persona.

Otro dato que me parece interesante mencionar y que no está tan valorado como abuso, pero es parte de violencia de género, es la violencia económica. La violencia económica restringe a la otra persona a obtener ingresos propios, pero al mismo tiempo incluye una violencia psicológica, con frases como; “Por mi comes”, “Yo te doy un techo, tu enfócate en el hogar”, “No quiero que trabajes, por eso estoy yo”. Este tipo de violencia se ve observada en familias tradicionales, donde el machismo esta presente, la esposa es ama de casa y el esposo es el que trabaja. En esta violencia económica, no hay mucha democracia, por lo que la mujer tiene que elegir el guardar silencio y atender su hogar.

Los actos de violencia hacia las mujeres han sido muy crueles, de hecho, se han vuelto de lo más común y con mayor crecimiento en los últimos años. Según estadísticas de INEGI, se realizó una encuesta de los siguientes delitos en contra de la mujer; feminicidio, abuso sexual, violencia de género, estupro y trata de personas. Los resultados fueron muy crueles, pues en 2013 el total de delitos era de 35,271 y para 2018 incremento a 43, 823. Con estos resultados, entendemos que la violencia hacia la mujer se ha “normalizado” en gran manera.

 Recalco que los datos estadísticos son alarmantes, porque cada día una mujer sufre violencia de género de cualquier tipo e incluso desaparece y al encontrarla, ya no hay vida en ella. Cuando se menciona “normalizar”, me he referido a que, al aumentar los delitos contra la mujer, la sociedad se esta acostumbrando a la violencia de género y lo está considerando como algo cotidiano, como una situación normal, resignados a lo inevitable e incluso culpando en gran parte al gobierno corrupto y tomando la vida como “Si me toca, búsquenme”, cuando no se debe pensar así.

Según Ricardo Pascoe Pierce menciona que “Normalizar la violencia, significa resignarnos a la inevitabilidad de su dominio sobre nuestras vidas. No. La violencia es evitable y no tiene porque regir la vida de las familias...” (Pascoe, 2022). No cabe duda, que nosotros mismos podemos crear un cambio en nuestro país, ante alguna problemática. Como mujeres, no podemos darnos el lujo de normalizar lo que se puede evitar. En México, han creado el Violentometro, su función es un material gráfico-didáctico en el que visualices las manifestaciones de violencia y conforme a tu autocrítica consideres si necesitas ayuda. Me parece importante esta aportación, así las mujeres puedan considerar el Violentometro como prevención ante la violencia de género.

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