Yoga De La Risa
Enviado por pamelitaaa • 20 de Enero de 2012 • 1.902 Palabras (8 Páginas) • 1.159 Visitas
Yoga de la risa la mejor medicina
El yoga de la risa te permitirá recibir todos los beneficios del buen humor.
Por Tamara de Anda
Cuando su marido la abandonó, Nina se sumergió en una profunda depresión. En esa oscura época no encontraba muchos motivos para sonreír, y estaba tan triste que no tenía energías para luchar. Al verla tan cabizbaja, su amiga Nayeli la invitó a unirse a una clase a la que ella estaba yendo: yoga de la risa. A Nina le sonó a meditación o ejercicio, y aceptó sin mucho entusiasmo, sin sospechar que esa decisión transformaría su vida.
Nina fue a la clase, se quitó los zapatos y escuchó la explicación del profesor. Aquello no parecía una clase de yoga tradicional, ya que no había que cruzar las piernas ni enroscarse como una rosquilla.
La idea era reír, nada más. Nina no lo entendió hasta que comenzó la sesión. Todos empezaron a mover su cuerpo mientras entonaban “jo jo ja ja ja”, y a los pocos minutos esa risa forzada se convirtió en una carcajada auténtica. Nina no podía parar, y después de dos horas le dolía hasta el abdomen de tanto reír.
Al terminar la clase caminó un largo rato hacia su casa. Estaba llena de emoción, le sonreía a todo mundo en la calle. En ese momento supo que salir de la depresión estaba en sus manos, y que había encontrado una poderosa herramienta para lograrlo.
El yoga de la risa es una disciplina relativamente nueva, concebida por un hombre que no es ni un yogui ni un humorista: el doctor Madan Kataria. Una madrugada, hace 15 años, estaba escribiendo un artículo sobre los efectos benéficos de la risa para una revista de salud en la que colaboraba. Entonces se dio cuenta de una paradoja: en las calles de su ciudad, Bombay (India), la gente difícilmente sonreía y mucho menos se reía a carcajadas.
Fue así como aquella madrugada le vino a la mente la idea de crear un club de la risa. A las siete de la mañana del mismo día, Kataria estaba en un parque público de Bombay interceptando a viandantes para hablarles sobre su idea. La mayoría lo tomaban por loco, pero pronto reunió a un grupo de gente interesada en los beneficios de salud de los que él hablaba. Al poco rato estaban en círculo, contando chistes, muertos de la risa.
Días después, Kataria notó que los chistes se habían agotado. “Normalmente nos reímos por la comedia y bromas, cualquier cosa divertida, pero no funciona para todos. Mucha gente no identifica el sentido del humor para reírse con bromas”, dice. Su solución fue empezar a explorar una risa que no viniera de un proceso racional, una risa más primitiva, desligada de la razón. “Descubrimos que cuando estamos en grupo y nos miramos el uno al otro empieza una risa contagiosa”.
El yoga de la risa se basa en la idea de que se puede reír sin que haya un estímulo intelectual. “Tienes que entrar en la mecánica física de la risa, en tu cuerpo, y luego tu mente se sincroniza”, dice Kataria. Es una especie de círculo vicioso: te ríes, y entonces te ríes de que te estás riendo. “No se trata de fingir la risa, en poco tiempo la risa verdadera surge”.
En un estudio de 1988, en Alemania, dos grupos de personas fueron expuestos a caricaturas humorísticas. A los miembros del primer grupo les pidieron que sujetaran un bolígrafo entre los dientes, lo que simula una sonrisa, y a los del segundo que lo pusieran entre los labios, con lo que conseguían un gesto triste. Los que estaban sonriendo, aunque fuera una sonrisa simulada, se rieron mucho más. Es decir, la risa puede empezar como algo meramente físico y derivar en un cambio interior. “En el yoga de la risa no usamos el humor para inducir la risa: el humor viene después. Cuando ríes te vuelves más abierto, y el humor empieza a fluir automáticamente”, dice Kataria. “Yo mismo no me reía mucho antes de empezar la yoga de la risa. Ahora puedo reírme de cualquier cosa. La risa puede hacer que desarrolles el sentido del humor”.
El “invento” de Kataria se ha propagado con casi tanta facilidad como las risas: 15 años después de su nacimiento se han creado miles de clubes alrededor del mundo, en 60 países. A México llegó hace tres años, después de que Nathan Mansbach, dentista y psicólogo, quien también imparte clases de hatha yoga y de yoga terapéutica, lo descubriera. “Una vez fui a Estados Unidos a hacer un curso de yoga terapéutica para la columna y una chica pidió la hora de la comida para dar una clase de yoga de la risa. Y fue increíble. No podía parar de reír”. Nathan recuerda que de niño era muy travieso, pero que con el tiempo se fue volviendo perfeccionista y gruñón. Aquel día volvió inesperadamente a su infancia… y ahora regresa a ella frecuentemente. “Los niños juegan y se ríen solitos, no necesitan nada. Nosotros trabajamos el espíritu juguetón, sin estructura, sin necesidad de pensar”, dice.
Nathan obtuvo el título de profesor con el doctor Madan Kataria, y fue nombrado embajador del Movimiento Mundial de la Risa en México. Después de haber fundado la Escuela Mexicana de Yoga de la Risa, A. C., lleva tres años impartiendo cursos y entrenando a líderes de la risa alrededor del país.
Que esta disciplina sea “de la risa” no quiere decir que se pueda tomar a la ligera. “Necesitamos crear una conciencia y una sensibilidad especial para entender que estamos compartiendo con personas que atesoran un cúmulo de experiencias y emociones. Nuestra tarea consiste en facilitar su apertura y su sanación, tanto física como emocional y espiritual. Es como abrir una llave que durante
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