Arte Italiano
Enviado por karlyta1 • 15 de Octubre de 2013 • 10.052 Palabras (41 Páginas) • 306 Visitas
.ARTE ITALIANO
El arte italiano tiene características particulares y que la diferencian de otras escuelas italianas. Las particularidades permanecieron desde el periodo bizantino y románico, pero sólo encontró su manifestación más importante en el Renacimiento.
Características:
1. Poli centrismo: Determinado por la condición geográfica específica de Italia. Fruto del poli centrismo es la autonomía de las escuelas regionales.
2. Autonomía de las escuelas regionales: Difundían de manera específica los aportes del arte europeo por medio de la determinación de fenómenos de alta relevancia que ocurrían durante el desarrollo del gótico, el barroco, el primer renacimiento, la importancia de Roma durante el románico y más tarde en el renacimiento maduro como centro del clasicismo más inflexible.
3. Preferencia a percibir la plaza (y no la construcción específicamente) como un todo arquitectónico y con relativa tendencia decorada.
4. Mentalidad de observar al artista como juez del gusto e ingenio universal, que provoca la unificación de las artes, por una lado la arquitectura espera realizar efectos pictóricos, mientras que la pintura tiende a realizar los valores plásticos.
5. Unión entre valores arquitectónicos y valores ornamentales: la pared no forma una unidad autónoma de sólo masa, sino que permite la apertura de espacios internos o sirve de base a una decoración multicolor.
6. Prolongación histórica, más acentuada que en otra región de Europa. En diferentes periodos se renuevan distintos elementos del modelo clásico, es decir, siempre lo antiguo pero con formas diferentes de lo antiguo.
7. Persistente influencia europea en los trances más célebres del arte italiano: bizantinos en los siglos X - XII, franceses en el gótico y flamencos al principio del Renacimiento.
1.-PINTURA , RENACIMIENTO ITALIANO:
PIERO DELLA FRANCHESCA DE BENEDETTO DEI
Piero della Francesca (Piero di Benedetto dei Franceschi; llamado también Pietro Borghese, Borgo del Santo Sepolcro, en el valle alto delTíber, cerca de Arezzo, fue un pintor italiano del Quattrocento (siglo
XV). Actualmente se le aprecia sobre todo como pintor especialista en frescos, pero en su época fue conocido también como un geómetra y matemático, maestro de la perspectiva y de la geometría euclidiana, temas en los que se concentró a partir del año1470. Su pintura se caracterizó por su sereno Humanismo y el uso de las formas geométricas, particularmente en relación con la perspectiva y la luz. Es uno de los principales y fundamentales personajes del Renacimiento, aunque jamás trabajó para los Médicis y pasó poco tiempo en Florencia.
SU MAXIMA OBRA: EL BAUTISMO
Es uno de los cuadros más conocidos del pintor italiano Piero della Francesca. Está realizado al temple sobre tabla. Mide 167 cm de alto y 116 cm de ancho. Se calcula que se realizó en torno al año 1450, encontrándose actualmente en la National Gallery de Londres, Reino Unido.
Su datación es controvertida, hasta el punto de que algunos la consideran la primera obra de Piero. Algunos elementos iconográficos, como la presencia de dignatarios bizantinos en el fondo, hacen que se sitúe la obra en torno a 1439, año del Concilio de Basilea-Ferrara-Florencia en el que se reunificaron efímeramente las iglesias de Occidente y Oriente. Otros datan la obra más tarde, en torno al 1460.
Está constituido por dos grandes planchas de álamo al veteado vertical, con las proporciones de la sección áurea (la altura es igual a la largura x V¯2). El eje medio genera una partición calculada, aunque no simétrica. El árbol a la izquierda que divide el cuadro en proporción áurea, tiene más valor como cesura que el grupo central.
Es la parte central de un tríptico, destinado al altar central de la Iglesia de San Juan en Borgo San Sepolcro. Las otras partes del retablo se conservan hoy en la catedral, obra de Matteo di Giovanni.
Esta es una de las obras tempranas más famosas de su autor.
ANALISIS DE LA OBRA:
Representa el momento en que Cristo, situado en el centro de la composición, es bautizado por San Juan Bautista, ubicado a la derecha. El cuerpo de Cristo, forma un eje vertical en el cuadro que se sitúa entre los tres ángeles a su derecha y San Juan Bautista a su izquierda. Cada uno de los ángeles tiene un peinado, color y pose distintos, lo que refuerza simbólicamente la presencia de la Santísima Trinidad. Los tres ángeles, vestidos de colores diferentes, en contraste con la norma iconográfica, no sostienen los vestidos de Cristo sino que se agarran la mano, en señal de concordia: muchos críticos ven en ellos las celebraciones tenidas en aquellos años en Florencia para la unificación de la iglesia occidental con la oriental (entre de ser uno de los temas mayormente discutidos fue aquel de la Trinidad, en la que había habido un papel distinguido el camaldulense Ambrogio Traversi).
Este simbolismo parece verse reforzado por la presencia, justo a la derecha del neófito o catecúmeno que va a ser bautizado, de unos dignatarios vestidos con trajes bizantinos, que era la vestimenta que entonces se asimilaba a los trajes de la Antigüedad. Uno de ellos señala, con la mano, al Espíritu Santo descendiendo sobre el Cristo bajo el aspecto de una paloma que despliega sus alas, pudiendo ser una prefiguración de la cruz.
Debajo de Cristo corren las aguas del río Jordán. El río traza una S invertida, motivo recurrente en las composiciones de Piero Della Francesca (el corte en la ropa de la Madonna del parto) como los personajes sólidos, bien asentados sobre sus pies.
En la composición se encuentra una destacable alusión a la perspectiva, fundamental en la obra de Piero, ya que las propias figuras conforman el espacio donde se asientan. La composición se basa en un cuadrado y un círculo, representando el cuadrado la tierra y el círculo el cielo.
Es una pintura al aire libre que realiza la unión de dos elementos: el paisaje y los personajes. El paisaje se ha identificado como propio de la región de Umbría. El centro del semicírculo superior está ocupado por la paloma (símbolo del Espíritu Santo), la concha sostenida por el Bautista y la figura de Cristo.
Las figuras están sabiamente interpretadas, obteniendo un marcado acento volumétrico gracias al empleo de la luz y resaltando el aspecto escultórico y anatómico de los personajes. La luz cenital anula las sombras, dando homogeneidad a toda la composición. Las tonalidades no son muy vivas, al bañar las figuras con esa luz blanca y uniformemente distribuida.
Se observa un esmerado detallismo que puede apreciarse en la meticulosa atención que el artista presta a detalles secundarios como las
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