CRONICA DE LETRASINCONCLUSAS

CRONICA DE LETRAS INCONCLUSAS

RAQUEL GONZALEZ ROLDAN

“LA MAGIA DEL AMOR Y LAS LETRAS”

A mi Abuelita que convertida en libélula me visita en las mañanas de sol, estas letras carentes tal vez de estilo pero llenas de amor y agradecimiento.

Aun sin cerrar los ojos recuerdo con tanta alegría y nostalgia a la vez la bolsa plástica blanca llena de letras elaboradas con tanto esmero, en una gruesa cartulina blanca con la hermosísima letra de mi abuelita y otras hechas por mi con el mismo esmero pero no tan bonitas, pues solo tenia cinco años y pensaba ¿por que las mías no son tan bonitas y derechitas como las de mi abuelita?

Ella dibujó todo el abecedario, repitiendo cada letra varias veces y yo las coloree de varios tonos y en cuestión de una semana y sin querer presumir ya leía y formaba frases cortas, fui tan feliz que recuerdo todo con tal perfección y detalle que vale la pena mencionarlo, era el año de 1.983 en un apartamento ubicado en un segundo piso en el barrio San Fernando de la ciudad de Cali, era mi castillo yo era casi princesa era la casa de mi abuelita, por el gran ventanal se veían las ramas de un grandísimo y antiguo carbonero cuyas raíces levantaban el anden, mi abuelita una señora estudiada para las mujeres de su época, elegante, trabajadora, amorosa y sufrida de 55 años era ¡es! el amor de mi vida, era un amor tan puro tan inmenso y tan real que me motivaba a hacer cualquier cosa como aprender a leer y escribir a los cinco años en cuestión de no mas de tres semanas. Con la nitidez de una película que hubiese visto ayer tengo presente el recuerdo del tercer día de estar casi la mayor parte del tiempo con mi bolsa llena de letras y haber formado una corta palabra yo solita y haberla leído, se lo mostré a mi abuelita quien no dudo en llamar a mi madre para mostrar orgullosa mi avance, mi madre la vio y tan seca como ahora lo soy yo me dijo muy bien. Hace pocos días le pregunte a mi madre si recordaba ese día y con la cabeza me comunico que no, confieso que sentí dolor, pues con mi abuela siempre recordábamos aquellas letras de cartulina así hubiesen pasado mas de veinte años.

Desde ahí empezó mi vida con las letras, me regalo mi abuelita la cartilla Nacho lee de editorial Susaeta, me fascinaba era increíble y en pocas semanas ya la había leído toda, entonces mi tío Armando un señor joven, soltero que me consentía y trataba como una verdadera princesa tal vez por que mi madre era distante y mi padre se había olvidado de mi existencia y solo se limitaba a consignar un dinero que no alcanzaba ni para comprar una gota de mi cariño, me dijo que cuando leyera de corrido toda la Nacho lee me entregaría una cartilla que me había comprado y la cual yo había visto, era amarilla y mucho mas gruesa que la Nacho lee, entonces con esa motivación perfeccione mas mi lectura en voz alta y en pocos días me la entregó y fue maravilloso hasta que me sucedió algo nefasto, traumático y deprimente para mi feliz infancia, entre a estudiar al colegio a grado kinder, nunca olvidare cuando mi madre me llevó y grito en medio de la bulla de muchos niños, por favor la profesora de kinder, yo estaba tan aturdida que recuerdo que una joven señora como con bigote se acerco, me tomo de la mano y mi madre se fue alejando sin misericordia de mi y explote en llanto, era la profesora Ana María la cual despertó todos los malos sentimientos que una niña de seis años pudiera sentir por alguien.

En esa época mi avance en la lecto escritura fue a la par con la suma y la resta y entonces fue un año escolar terrible por que debía de empezar de nuevo a aprender lo que ya sabia, lloraba así a diario mirando una foto en blanco y negro de mi madre que tenia en una billetera de Hello kitty y por mi abuelita quien a veces iba al recreo a llevarme sándwich de huevo para que me lo comiera fresquito, y yo no entendía por que no me rescataba de esa tortura.

En la clase pensaba por que me tocaba estudiar con niños tan brutos que ni siquiera podían alistar su propia maleta, pues no sabían leer el horario eso era increíble para mi, además leían muy mal y ni que hablar de las matemáticas. Para salir de ese aburrimiento un día lleve mi cartilla amarilla y la saque en la clase de lenguaje, mientras los demás repetían las combinaciones de varios fonemas yo leería, cuando la saque la profesora Ana María me regañó y me ordenó que la guardara, como odié a esa señora mientras guardaba mi cartilla en el sucio maletín verde, lleno de migas de galletas en el fondo y así me toco seguir estudiando y odiando cada día mas el colegio, el cual siempre hasta bachillerato fue una tortura para mí, pero a pesar de eso siempre quise ser profesora y ahora que lo soy a veces y sin intención caigo en los nefastos errores de aquellas profesoras que me hicieron detestar tanto el colegio.

En medio de esa vida escolar paso algo lindo pero que se torno después triste, mi madre se volvió a casar con un muy buen hombre que quise como un padre, entonces ya no viviríamos mas con mi abuelita, pero me consolaba que la vería todos los fines de semana, además

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