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EL PRINCIPIO DE BENEFICENCIA


Enviado por   •  21 de Octubre de 2013  •  2.715 Palabras (11 Páginas)  •  1.188 Visitas

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IDEAS PREVIAS

1. Intenta responder a la pregunta que se plantea en la viñeta.

2. ¿Cuál crees que debe ser el fin de toda profesión?

3. ¿Piensas que en el trabajo “todo vale” o “todo está permitido”?

4. ¿Qué es lo que te motivaría a ti para realizar bien tu trabajo?

1. LA ÉTICA DEL TRABAJADOR

1.1. El principio de beneficencia

El primer principio de toda ética profesional es el de beneficencia. Este principio tiene un doble significado, pues consiste en:

1. Hacer bien una actividad.

2. Hacer el bien a otros mediante esa actividad bien hecha.

Por lo tanto, distinguiremos a un buen profesional cuando ese trabajador no sólo sabe qué hacer y cómo hacer su trabajo, sino que además actúa en beneficio de los destinatarios o clientes de su práctica profesional.

Hacer bien las cosas para hacer el bien a las personas mediante el ejercicio profesional supone cuatro elementos básicos:

1. Ser competente

• La competencia requiere una preparación inicial que facilite la adquisición de los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para la actividad profesional.

• Asimismo, exige una formación permanente para mantenerse al día, actualizar los conocimientos y renovar los procedimientos de trabajo.

2. Ser eficiente

• La eficiencia se refiere a la realización del trabajo bien hecho sin desperdiciar recursos humanos y materiales.

3. Ser diligente

• La diligencia consiste en el cuidado, atención, agilidad y exactitud que hay que poner el trabajo.

4. Ser responsable

• La responsabilidad exige capacidad para responder ante sí mismo, ante el resto de compañeros y directivos, y ante los clientes de las consecuencias de lo que se hace o se dice en el desempeño profesional.

1.2. El concepto de profesión

Por otra parte, existe una estrecha relación entre el comportamiento ético y el concepto de profesionalismo. Existen dificultades para lograr una definición única sobre lo que es una profesión ideal, pero podemos describir sus elementos esenciales de la siguiente manera:

1. Las profesiones tienen un cuerpo de conocimientos sistemático y bien organizado, que se adquiere a través de un proceso prolongado de estudio y entrenamiento.

2. El profesional tiene una autoridad basada en su conocimiento superior, reconocido por la clientela. Esta autoridad está muy especializada y se relaciona solamente con el ámbito de su competencia profesional.

3. El profesional posee un compromiso vocacional, es decir, una disposición personal hacia esa profesión que se encuentra por encima de otros intereses particulares. Este compromiso vocacional no está solo relacionado con los fines propios de esa profesión, sino con la mejora de la vida humana en su conjunto.

4. Existe un código ético que regula las relaciones de profesionales con los clientes y con otros profesionales del sector. Por tanto, se utiliza el autocontrol como base de su comportamiento profesional.

5. Las relaciones de los profesionales crean una cultura profesional específica, es decir, un conjunto de valores y formas de actuar que se consideran “buenas” y que todos los profesionales pertenecientes a la misma profesión procuran acatar.

2. LA ÉTICA DE LA EMPRESA

2.1. Las responsabilidades sociales corporativas

Todos poseemos, intuitivamente, una idea aproximada sobre el significado de la palabra empresa. Efectivamente, se trata de una realidad cotidiana que nos rodea y que, sin duda, afecta a diversas esferas de nuestra vida.

El ámbito empresarial está en relación con diversas actividades: en una empresa desarrollamos nuestro trabajo; en determinados tipos de empresas adquirimos alimentos y otro tipo muy variado de bienes; realizamos operaciones financieras en una empresa bancaria; aseguramos nuestro automóvil en una empresa de seguros; satisfacemos necesidades culturales o de ocio por medio de empresas artísticas o empresas de turismo.

De hecho, difícilmente podríamos imaginar el mundo contemporáneo sin la existencia de tales prestaciones. Y, por consiguiente, tampoco podríamos entender el entorno que nos rodea sin la participación activa de las empresas. Las corporaciones empresariales modernas se han convertido en una fuente importante de poder e influencia en la vida de nuestros países.

Pero, al mismo tiempo, la sociedad da la impresión de estar cambiando las “reglas del juego” para las organizaciones empresariales. En efecto, la efectividad ya no se mide exclusivamente en términos de aumentos de beneficios. Cada vez más surgen exigencias en el sentido de que las empresas deben responder y ayudar a aliviar muchos problemas sociales más complejos.

En conjunto, las responsabilidades sociales corporativas que la sociedad demanda de las empresas son básicamente cuatro:

1. Responsabilidades económicas 1. La organización empresarial es la unidad económica básica en la sociedad y debe ser eficiente en la producción y distribución de bienes y servicios.

2. Responsabilidades legales 2. La sociedad ha establecido leyes y normas bajo las cuales se espera que opere una empresa.

3. Responsabilidades éticas 3. Son formas de comportamiento que no están previstas por la ley pero que se espera que la empresa las cumpla. Por ejemplo, la justicia con sus empleados y clientes, la honradez en sus tratos o la colaboración en la construcción de un mundo más justo son responsabilidades éticas.

4. Responsabilidades discrecionales 4. Se refieren a áreas en las que la sociedad desea que las empresas asuman cierta responsabilidad social, como por ejemplo programas de inserción profesional para jóvenes o para discapacitados, recursos para la conservación del medio ambiente o programas de formación para desempleados.

2.2. Razones para una empresa ética

Hay pocos desacuerdos con relación a las responsabilidades económicas y legales. Los principales puntos de debate se dan en las responsabilidades éticas y discrecionales. Es cierto que no se puede garantizar que una empresa ética sea más rentable –nada puede garantizarlo- pero sí es seguro que una empresa ética está más preparada para responder ante los retos del futuro por las siguientes razones:

1. Si una empresa actúa con integridad, coherencia, transparencia y respeto está sentando las bases de la confianza. Y la confianza es fundamental para que funcionen los negocios.

2. La empresa moderna necesita una

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