LA EVALUACIÓN: UN PROCESO DE DIALOGO, COMPRENSIÓN Y MEJORA MIGUEL A. SANTOS GUERRA
Enviado por pattysm • 7 de Abril de 2014 • 613 Palabras (3 Páginas) • 834 Visitas
La naturaleza del proceso evaluador.
La evaluación es una parte del proceso de enseñanza/aprendizaje, no es un apéndice, un complemento o un adorno. De cualquier modo, no importa tanto evaluar ni siguiera evaluar bien, cuanto el poner la evaluación al servicio de la mejora de la actividad y, por ende, de los alumnos. Lo decisivo en la evaluación es saber qué papel desempeña en todo el proceso de enseñanza/aprendizaje y si ese papel contribuye a la calidad del mismo, tanto en lo que respecta a su racio¬nalidad como a su justicia. La evaluación no es, fundamentalmente, un problema de medición sino de comprensión.
Evaluar es atribuir valor a las cosas, es afirmar algo sobre su mérito. Se evalúa para comprender y, en definitiva, para cambiar y mejorar.
"La evaluación es un instrumento que sirve al profesor para ajusfar su actuación en el proceso de enseñanza y aprendizaje, orientándolo, reforzando los contenidos insuficientemente adquiridos por los alumnos y realizando la adaptación curricular necesaria.”
Evaluación como diagnóstico.
Este diagnóstico permitirá ajustar la acción a las características de los alumnos, a su peculiar situación. El diagnóstico inicial permite saber de qué punto se parte, cuáles son los conocimientos previos de los alumnos, qué tipo de concepciones tienen sobre la ciencia, la escuela y el aprendizaje.
Evaluación como selección.
La evaluación permite al sistema educativo seleccionar a los estudiantes. Mediante la gama de calificaciones, la escuela va clasificando a los alumnos. Unos son eliminados porque no llegan a unos mínimos. Otros van situándose en puestos de diferente categoría según la clasificación.
Evaluación como jerarquización.
No es casual que el único evaluado en el sistema educativo sea el que ocupa el último lugar en la escala jerárquica1, el alumno. De ahí la necesidad de reflexionar para que ese proceso no sea utilizado como un recurso opresor sino de ayuda.
La evaluación como comprobación.
Las pretensiones educativas sobre el aprendizaje se concretan en activi¬dades instructivas. El resultado de las mismas puede ser comprobado a través de la evaluación. Es un mecanismo elemental y aparentemente simple. El riesgo se corre cuando se simplifica excesivamente el proceso: esto es lo que hay que aprender y esto es lo que se ha aprendido
La evaluación como comparación.
La evaluación, cuando se realiza en un aula, encierra una faceta compa¬rativa. Todos los alumnos son evaluados de forma parecida y a todos se les exigen unos conocimientos mínimos. Es más, se pretende aplicar unos mismos criterios para realizar una evaluación justa. El alumno sabe cómo le han ido las cosas si compara los resultados con los que ha conseguido el compa¬ñero. Un criterio de referencia sobre la evaluación individual es el
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