LOS PRINCIPIOS La educación y la escuela

LOS PRINCIPIOS

La educación y la escuela

La educación es la vía general mediante la cual la sociedad procura que

sus miembros adquieran la experiencia social históricamente acumulada y culturalmente organizada; es también el proceso que permite plantear, construir y modificar el proyecto de sociedad a que aspira. Por ello, y de acuerdo con Delors, en este modelo educativo se parte de la “...convicción de la función esencial de la educación en el desarrollo de las personas y las sociedades”. Comenzar con esta certeza no sólo conduce a reconocer el potencial de cualquier propuesta educativa, sino también a asumir la responsabilidad social que implica. Así, la educación debe ser “... una vía, entre otras, pero más que otras, al servicio del desarrollo humano más armónico, más genuino; para hacer retroceder la pobreza, la exclusión, las incomprensiones, las opresiones, las guerras...”, conceptos contenidos en el Artículo 3° constitucional, en el Artículo 7° de la Ley General de Educación y en la perspectiva del propio Programa Nacional de Educación 2001-2006, y que sirven de marco para el desarrollo de la educación media superior tecnológica. La importancia de la escuela no sólo obedece a que en ella se proponen y persiguen de manera intencionada estos objetivos, sino también a que la educación formal, como experiencia social, constituye un espacio formativo en unsentido amplio. En este tenor, la escuela es un espacio dinámico para promover la generación de patrones de con-

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ducta, valores y formas de relación, así como para la adquisición de otros saberes. Por ello, la escuela puede reforzar el proceso de formación de la personalidad de los jóvenes y apoyarlos en la construcción de su propio proyecto de vida. La sociedad contemporánea busca que los procesos educativos que se dan en la escuela no concluyan en una etapa de la vida, ni se limiten a ciertos recorridos o temáticas escolares preestablecidas; procura que esta experiencia social perdure como dinámica social y exige a los individuos un esfuerzo educativo permanente. Asimismo, la escuela no puede seguir operando como un espacio cerrado y rígido, cuyo acceso y tránsito estén determinados por trayectorias únicas y en las que difícilmente se reconocen los aprendizajes logrados fuera de ella. Ahora se requiere una mayor apertura para atender distintas necesidades y también para capitalizar los recursos disponibles fuera de la escuela, así como el aprendizaje que se obtiene en otros espacios. En este contexto, el acceso a la educación, la flexibilidad de la oferta y la calidad de los servicios se convierten en condiciones para lograr una mayor justicia social. Por ello, la educación media superior tecnológica se plantea desde una perspectiva incluyente.

La educación y los jóvenes

El grupo de jóvenes al que fundamentalmente atiende la educación media superior concluye este periodo de formación con su ingreso a la mayoría de edad; lo que formalmente, ytambién por la vía de los hechos, los coloca en una posición distinta respecto a la toma de decisiones y a las consecuencias de su comportamiento, es decir, frente a la responsabilidad. En este tránsito, la educación media superior desempeña un papel fundamental. En sentido estricto, la mayoría de edad debiera abrir a los jóvenes la posibilidad de emancipación basada en cuatro “logros funda-

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mentales”: la independencia económica, la administración de sus propios recursos, la autonomía personal y la constitución de un hogar propio. Aunque lograr estas cuatro condiciones es cada vez más difícil y como tarea compete a la sociedad en su conjunto, es indudable que la escuela puede jugar un papel muy importante en la formación integral de los jóvenes, para que puedan canalizar sus saberes en diferentes esferas de la vida: desempeñar un trabajo productivo, tomar decisiones conscientes e informadas, consolidar su identidad personal y social, y actuar conforme a valores universales, como la justicia, la solidaridad y el respeto a la dignidad de la persona. El tránsito de los jóvenes hacia la mayoría de edad, y sus posibilidades de actuación como ciudadanos responsables, debe sustentarse en una educación que reconozca sus necesidades de aprendizaje, afecto y autonomía; que les haga sentir que son tomados en cuenta y que se les considera como seres responsables capaces de llevar a cabo tareas de diversa complejidad. Una educación que exija promover ambientes para la definición de su identidad y para la construcción de su proyecto de vida, que los apoyepara lograr la pertenencia a grupos de pares, así como para establecer relaciones con personas de ambos géneros. Una educación que les ofrezca espacios para las actividades recreativas y de convivencia, que sea incluyente, que aproveche las capacidades de los adolescentes y los conciba como agentes sociales fundamentales en la definición del rumbo y el ritmo del desarrollo nacional y, por tanto, que los prepare para enfrentar estos retos.

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La educación y las necesidades de aprendizaje

La diversidad de contextos y culturas juveniles exige reconocer que los jóvenes tienen necesidades educativas específicas; también pueden identificarse algunas otras más amplias o generales. La educación debe considerar ambos tipos de necesidades. Respecto a las segundas, hoy más que nunca es importante que cada persona pueda seguir aprendiendo a lo largo de su vida. Saber cómo aprender mejor y manejar estrategias para lograrlo es una necesidad cada vez más apremiante que debe ser compartida por todos los jóvenes. La enorme cantidad de información y la fragmentación con la que se presenta la mayoría de los conocimientos dificultan la comprensión de la realidad y el abordaje de los problemas

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