Literatura
Enviado por kike1234567890 • 18 de Noviembre de 2014 • 594 Palabras (3 Páginas) • 128 Visitas
Mario Vargas Llosa no son ni más ni menos peruanos que Alejandro
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oledoo Magaly Solier.
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odos los seres humanos somos diferentes por sexo, edad, mentalidad,temperamento, estatura, gustos y aficiones. Pensar en una identidadnacional no quiere decir que todos seamos idénticos. Sería absurdo pensar que los habitantes de Puno, Piura o Pucallpa tengan que usar la mismavestimenta o tener las mismas comidas. La identidad nacional quiere decir más bien aprender a aceptar las diferencias, reconociéndonos todos y cadauno como peruanos.
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. CONCLUSIONES
Las amplias brechas sociales, económicas y políticas de nuestro país senutren de, y reproducen, percepciones históricamente cristalizadas acercade lo que somos como nación, y acerca de las poblaciones indígenas. Losproyectos poscoloniales se han concebido desde una lógicahomogeneizadora que ha buscado la integración a partir de la negación delo indígena, considerándolo sólo un obstáculo para la unidad, el progreso yla modernidad nacionales. Así, la nación, ese ente simbólico que pretendeagruparnos en una comunidad horizontal, se ha imaginado a partir de undeseo civilizador etnocida, que termina valorando sólo el pasado glorioso delos incas, y no los elementos culturales y las poblaciones indígenas delpresente. Arrojado del presente, lo indígena contemporáneo no es más queun conjunto de imágenes congeladas, acaso parte del pétreo paisaje andino(al estilo de los
Paisajes Peruanos
, de Riva Agüero), acaso para añadir singularidad y exotismo a un país colorido (al estilo
New Age
de la vistosavestimenta de Eliane Karp, esposa del presidente
T
oledo). Lo indígenaqueda, por arte de magia poscolonial, reducido a aquel espacio,
domesticado, inofensivo y
marketeable
del museo arquelógico-etnológiconacional.No es éste el espacio para esbozar la historia de la constitución y desarrollode tal museo. Habría que remontarse al período colonial, y centrarse en lahistoria más reciente del desarrollo de la imaginación nacional; tarea quedemandaría la revisión crítica de los conceptos-guía y las elaboracionesliberales, positivistas, e inclusive indigenistas y de izquierda. Bastaconstatar que el racismo y la discriminación cultural y étnica ²a pesar dequienes se niegan a admitirlo, persistiendo con Víctor Andrés Belaúnde enque somos la armónica «síntesis viviente» de las culturas indígenas yespañola² permanecen en la base de nuestra formación nacional. O, loque es lo mismo, siguen obstaculizando su formación reconciliada,plasmando un país ajeno: de sujetos ajenos para con los demás y paraconsigo mismos.No existe un pasatiempo nacional que nos distraiga más que la reflexiónsobre la identidad nacional. La angustia por definir lo que somos se sigueexpresando en los siempre actuales debates sobre si el ceviche es el«verdadero»
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