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San Juan Bautista De La Salle


Enviado por   •  5 de Marzo de 2012  •  3.396 Palabras (14 Páginas)  •  1.315 Visitas

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San Juan Bautista de La Salle:

Pedagogo de la Vida Interior

por Luis Fernando Figari

No sólo fundador de una de las más importantes congregaciones educativas católicas, sino también un autor espiritual y maestro de oración, resultó ser aquel primogénito de Luis de La Salle, rico y considerado magistrado, y de Nicolasa Moët, de familia noble, que nacía en la villa de Reims el 30 de abril de 1651.

Juan Bautista de La Salle desde pequeño muestra signos de estar llamado por Dios para ser consagrado sacerdote. Según las costumbres de la época, recibió la tonsura cuando sólo tenía once años de edad. Pocos años después, en plena adolescencia, es provisto como canónigo de Nuestra Señora de Reims. El Cabildo de la ciudad, que hacia 1654 había sido testigo de la consagración real de Luis XIV, era uno de los más eminentes de Francia. Canónigos de Reims fueron San Bruno (1030-1101), tres pontífices, 23 cardenales, 21 arzobispos y 10 obispos. En esa ilustre sede cantará Juan Bautista las tres horas mayores —maitines, laudes y vísperas— hasta su viaje a París, en 1670, para estudiar la teología.

Hacia San Sulpicio

Habiendo culminado sus estudios de artes, teniendo licencia del Cabildo, que pierde así temporalmente uno de sus sesenticuatro miembros, se dirige al Seminario de San Sulpicio, centro de reforma sacerdotal y foco difusor de la espiritualidad francesa. Por ese entonces la obra fundada por Juan Jacobo Olier (1608-1657), tenía como director al gran sistematizador de los exámenes particulares y del método de oración sulpiciano, Louis Tronson (1622-1700). En este periodo, La Salle, realiza también estudios en la Sorbona.

La muerte de su madre (julio de 1671) y posteriormente la de su padre (abril de 1672), trunca su permanencia en París, obligándole a regresar a Reims para hacerse cargo de sus hermanos. Continúa sus estudios en Reims, siendo ordenado sacerdote secular el 9 de abril de 1678.

Su vida va transcurriendo con el cumplimiento de sus deberes sacerdotales, las responsabilidades de canónigo y la administración de los bienes familiares.

Despertar de una vocación

Conoció La Salle al «Hermano Adrián» (Adrián de Nyel) en la cuaresma de 1679. Nyel dirigía en Ruán cuatro escuelas de caridad para niños pobres. Traía a Reims el proyecto de constituir una escuelita semejante a las que ya había establecido. Para ello requería, según las disposiciones de la época, del apoyo de un párroco que hiciera suyo el proyecto. Juan Bautista ayudó en la tarea de convencer a Nicolás Dorigny, párroco de San Mauricio, quedando establecida la escuela en abril de 1679. A esta escuela se sumará posteriormente una segunda.

El problema de la subvención de los maestros lleva al canónigo de Reims a interesarse administrativamente por su situación. Junto a su propia casa alquila a fines del setenta y nueve una casa para los maestros, ofreciéndoles alimento bajo su propio techo. Así, poco a poco se ve introducido en el apasionante mundo de la educación.

Nyel le propone al canónigo protector que financie una tercera escuela, en la zona parroquial donde vivían. Para octubre de 1680 el proyecto estaba realizado. Antes de transcurrido un año invita a los maestros a la casa donde habitaba con sus hermanos. Casi sin darse cuenta La Salle va acercándose a la fundación de una asociación religiosa de vida comunitaria.

Mientras que con ayunos y oraciones el canónigo va adelantándose en la entrega al servicio de educador cristiano, su familia se muestra cada vez más reticente y hasta agresiva. El proyecto de las escuelas cristianas se iba delineando, y maestros cristianos, conocedores de la obra, se van acercando a ella. La casa familiar es vendida y el precio repartido entre los hermanos de Juan Bautista. Los maestros con el canónigo, que de protector va pasando a fundador, se trasladan a una casa alquilada, más modesta que la residencia que habían dejado.

Cada vez más se van mostrando los caminos de Dios invitando a La Salle a mayores purificaciones. A sus treinta y un años, resuelve renunciar a sus propiedades y bienes, así como a la canonjía. Juan Bautista ha caído de lleno en la dinámica de lo provisional. Como los maestros que viven con él, no posee nada, excepto una pequeña renta que su consejero espiritual le pide conservar para cumplir con las responsabilidades de su estado clerical.

En medio de la provisionalidad y la improvisación la comunidad de Reims ha ido creciendo, y para 1686 ya se va haciendo necesaria una mayor institucionalización. En vísperas de Pentecostés, una asamblea de los más comprometidos va perfilando lo que será el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Juan Bautista de La Salle era el fundador de una sociedad de laicos consagrados a Dios y dedicados a servir en la educación cristiana de los pobres. Tanto para reforzar su identidad como para evitar confusiones adoptan un uniforme o hábito que los distingue de los clérigos y del común de las gentes.

Formación de los hermanos

Una vez que los planes de Dios aparecen claros, Juan Bautista se preocupará por la formación de los hermanos de la nueva sociedad religiosa. Así, a través de los años, sus esfuerzos consagrados a la formación se plasmarán en numerosas directivas y escritos. Su contacto con los maestros había sido un largo aprendizaje que le permitía constatar el calamitoso estado del profesorado en Francia. Los problemas por los que tuvo que pasar con los profesores, su amigo y director espiritual, el padre Nicolás Boué (1621-1686), fundador del Instituto de los Hermanos de las Escuelas de Caridad del Santo Niño Jesús, gravitaron en su propio recorrido.

Sus preocupaciones irán encaminándose a superar los graves vacíos de formación de los maestros de primera enseñanza. Ante la anarquía y el desorden de metas y programas propondrá una dirección con claros objetivos y pautas comunes. Los problemas de la integración humana iluminarán sus ensayos de respuesta a través de una vida comunitaria centrada en el Señor Jesús.

París se convierte en el centro de la naciente comunidad. Corre el año de 1688 cuando los hermanos se instalan en la calle Princesa. Al año siguiente Juan Bautista busca uniformar la metodología pedagógica del naciente instituto, así como las pautas de vida comunitaria, para lo que recorre en plan de aprendizaje, evaluación y enseñanza las diversas comunidades ya establecidas: Guisa, Rethel, Laon, Reims. A su regreso a París, trae un grupo de aspirantes, e inicia lo que será una fructífera práctica: retiro espiritual en la casa de los carmelitas descalzos, en la calle Vaugirard.

Sus ideas se van afirmando cada vez más: «Los que componen esta Comunidad son todos laicos, sin estudios superiores, y de cultura

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