ANÁLISIS A LAS CAUSALES E INCIDENCIA DE LA TUBERCULOSIS PULMONAR COMO SEGUNDA CAUSA DE MUERTE POR ENFERMEDAD INFECCIOSA A NIVEL MUNDIAL
Enviado por Gabrielag02 • 4 de Noviembre de 2019 • Documentos de Investigación • 1.516 Palabras (7 Páginas) • 228 Visitas
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
5TO AÑO DE PROMOCIÓN SOCIAL PARA LA SALUD
U.E. COLEGIO “FUNDACIÓN CARLOS DELFINO”
LA VEGA – CARACAS
ANÁLISIS A LAS CAUSALES E INCIDENCIA DE LA TUBERCULOSIS PULMONAR COMO SEGUNDA CAUSA DE MUERTE POR ENFERMEDAD INFECCIOSA A NIVEL MUNDIAL
TUTORA: AUTORES:
Caracas, octubre de 2019.
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema
La Tuberculosis Pulmonar es una infección bacteriana contagiosa que compromete los pulmones y que se puede propagarse a otros órganos, es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis (M tuberculosis) y tiene un elevado índice de contagio, es decir, que la bacteria puede propagarse fácilmente de una persona infectada a otra no infectada. Su método de transmisión es a través del aire; cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire. Basta con que una persona inhale unos pocos bacilos para quedar infectada.
Según la Organización mundial de la Salud OMS (2016) “Se calcula que una tercera parte de la población mundial tiene tuberculosis latente; es decir, esas personas están infectadas por el bacilo pero (aún) no han enfermado ni pueden transmitir la infección”.
Las personas infectadas con el bacilo tuberculoso tienen a lo largo de la vida un riesgo de enfermar de tuberculosis de un 10%. Sin embargo, este riesgo es mucho mayor para las personas cuyo sistema inmunitario está dañado, como ocurre en casos de infección por el VIH, malnutrición o diabetes, o en quienes consumen tabaco.
Cuando la forma activa de la enfermedad se presenta, los síntomas (tos, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso, etcétera) pueden ser leves durante muchos meses. Como resultado de ello, en ocasiones los pacientes tardan en buscar atención médica y transmiten la bacteria a otras personas. A lo largo de un año, un enfermo tuberculoso puede infectar a unas 10 a 15 personas por contacto estrecho. Si no reciben el tratamiento adecuado, hasta dos terceras partes de los enfermos tuberculosos mueren.
Desde el año 2000, se han salvado más de 49 millones de vidas gracias al diagnóstico y el tratamiento efectivos. La forma activa de la enfermedad que es sensible a los antibióticos se trata administrando durante seis meses una combinación estándar de cuatro medicamentos antimicrobianos, junto con la facilitación de información, supervisión y apoyo al paciente por un trabajador sanitario o un voluntario capacitado. La gran mayoría de los enfermos tuberculosos pueden curarse a condición de que los medicamentos se suministren y se tomen correctamente (OMS, 2016).
En 2018, un estudio de la organización mundial de la Salud expuso que la tuberculosis afecta principalmente a los adultos en los años más productivos de su vida, lo que no significa que los demás grupos de edad estén exentos de riesgo, aunado a esto, más del 95% de los casos y de las muertes se concentran en los países en desarrollo.
“En 2017 enfermaron de tuberculosis aproximadamente un millón de niños (de 0 a 14 años), y 230 000 niños (incluidos los niños con tuberculosis asociada al VIH) murieron por esta causa. El consumo de tabaco aumenta considerablemente el riesgo de enfermar de tuberculosis y de morir por esta misma causa. Se calcula que a nivel mundial el 7,9% de los casos de tuberculosis son atribuibles al tabaquismo” (OMS, 2018).
La combinación de la infección por el VIH con la tuberculosis es letal, ya que la una acelera la evolución de la otra. En 2017 (Organización Mundial de la Salud, 2018) fallecieron unos 0,3 millones de personas por tuberculosis asociada al VIH. Se estima que en 2017 se registraron unos 0,9 millones de nuevos casos de tuberculosis en personas VIH-positivas, el 72% de ellos en África.
La OMS recomienda para reducir esas muertes un método de 12 componentes que prevé actividades de lucha conjunta contra la tuberculosis y el VIH basadas en la colaboración, en particular medidas de prevención y tratamiento de la infección y la enfermedad.
Es conocido y preocupante que la tuberculosis está presente en el mundo entero. En 2017, la cifra más elevada de nuevos casos de tuberculosis se registró en las regiones de Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental, con un 62% de los nuevos casos, seguidas por la Región de África, con un 25%. En este mismo año, el 87% de los nuevos casos de tuberculosis se registraron en los 30 países con alta carga de la enfermedad. Ocho de ellos acaparan dos tercios de los nuevos casos de tuberculosis: la India, China, Indonesia, Filipinas, el Pakistán, Nigeria, Bangladesh y Sudáfrica.
La estrategia Alto a la Tuberculosis de la OMS, adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2014, ofrece a los países un modelo para poner fin a la epidemia de tuberculosis, reduciendo la mortalidad y la incidencia de esta enfermedad y eliminando los costos catastróficos conexos. Este instrumento incluye una serie de metas de impacto a nivel mundial que, por un lado, prevén reducir las muertes por tuberculosis en un 90% y los nuevos casos en un 80% entre 2015 y 2030, y por otro lado, evitar que ninguna familia tenga que hacer frente a costos catastróficos debidos a esta enfermedad.
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