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Adaptaciones De Las Plantas Y Su Reproduccion


Enviado por   •  9 de Mayo de 2013  •  2.255 Palabras (10 Páginas)  •  647 Visitas

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La aridez de los desiertos hace que sólo puedan instalarse en ellos plantas muy especializadas (plantas “xerófilas”) bien adaptadas para soportar la sequía evitando pérdidas excesivas de agua y capaces de sobrevivir en medios con una elevada salinidad.

Las plantas xerófilas han desarrollado mecanismos de adaptación que tienden a repetirse por convergencia evolutiva en todos los desiertos del mundo pese a que, frecuentemente, las especies que los habitan no guardan ninguna relación entre sí. Los sistemas utilizados por estas plantas son muy variados:

Por una parte, numerosas plantas xerófilas han desarrollado una serie de ADAPTACIONES FISIOLÓGICAS destinadas a reducir la transpiración a través de la cutícula (logrando su práctica desaparición en las plantas suculentas). Además, cuando las temperaturas son excesivas, cierran los estomas lo que limita las pérdidas de agua pero reduce en la misma proporción el intercambio de gases con la atmósfera y el tiempo durante el que se puede desarrollar la fotosíntesis.

Otras plantas han logrado elevar la presión osmótica de los líquidos celulares con el objetivo de favorecer la absorción de agua a través de las raíces: en algunos armuelles (Atriplex sp) se han registrado presiones del orden de 100 atmósferas.

La reproducción por semillas implica una dificultad adicional para las plantas: si la germinación se produce tras una lluvia pasajera, la plántula resultante puede morir al cabo de unos días por falta de agua. De ahí que muchas semillas se recubran con sustancias que inhiben la germinación. Cuando las lluvias son más persistentes, el agua acaba disolviendo o arrastrando estas sustancias garantizando que el nacimiento va a producirse en un suelo suficientemente húmedo para que la planta pueda vivir.

Pero las más evidentes, hasta el punto de imprimir un inconfundible carácter a las zonas áridas, son las ADAPTACIONES MORFOLÓGICAS por lo que es muy frecuente que las plantas xerófilas presenten una morfología original en alguna o en el conjunto de sus partes.

Lo primero que llama la atención de las plantas xerófilas es su forma ya que predominan las de porte almohadillado o esférico. Esta disposición, a la que se suma la gran densidad que alcanzan las ramillas, hojas y/o espinas, permite reducir al máximo la superficie expuesta por unidad de volumen y hacer frente a la insolación generando un ambiente más húmedo y fresco en el centro de la planta (donde se sitúan, protegidas, las yemas, flores y semillas).

Algunas especies, como la rosa de Jericó (Anastatica hierochuntica), forman “bolas” enmarañadas que permanecen secas y aparentemente muertas durante los periodos secos (que pueden prolongarse a lo largo de varios años) pero se abren, liberando unas semillas que germinan en ese mismo episodio, en cuanto cae la más mínima precipitación.

Adaptaciones morfológicas en las RAÍCES:

Al disponer de menos agua por unidad de superficie, las plantas necesitan desarrollar mayores sistemas de raíces de forma que a medida que se incrementa la aridez, se reducen las partes aéreas, expuestas al calor y a la deshidratación, mientras que las subterráneas crecen. En los desiertos, la mayor parte de la biomasa vegetal se encuentra bajo el suelo.

Como norma general, la relación entre la proporción de la fitomasa aérea y subterránea se invierte entre las regiones húmedas y las áridas. El caso más notable que se conoce es el dePachypodium bistorta, una planta sudafricana cuyo tubérculo alcanza 9 kg mientras que las hojas no superan 28 g (lo que da una proporción aproximada de 320/ 1).

Las raíces suelen ser muy extensas y superficiales formando una tupida red en los 2-3 primeros cm del suelo y permitiendo a la planta absorber el máximo de agua (al ser escasa, el agua de lluvia empapa los niveles superiores pero casi nunca los profundos).

Esta tendencia se produce en la mayoría de los grupos de plantas aunque alcanza su máxima expresión en algunas cactáceas como el sahuaro (Carnegiea gigantea) cuyas raíces horizontales se extienden hasta 30 metros.

Sólo en los desiertos con lluvias estacionales de cierta importancia y aguas subterráneas, algunas plantas han desarrollado raíces principales muy largas capaces de alcanzar el acuífero o de colarse a través de las diaclasas en busca de humedad. Andira humilis, un modesto arbusto brasileño, desarrolla raíces capaces de alcanzar 18 metros de profundidad en busca de agua.

Adaptaciones morfológicas en las HOJAS:

Las hojas de las plantas xerófilas presentan rasgos muy característicos:

 Son muy pequeñas, o incluso inexistentes (la disminución del tamaño de la hoja supone también una reducción de la superficie transpirante y un menor riesgo de sufrir un calentamiento excesivo).

 Coriáceas o carnosas lo que ayuda a mantener la humedad interior.

 Muchas veces son sustituidas por espinas lo que no sólo constituye un elemento disuasorio contra los herbívoros sino que reporta diversas ventajas a la planta: reducción de la superficie transpirante, sección cilindro-cónica que impide que todo el órgano se encuentre expuesto al sol al mismo tiempo, almacenamiento de agua en su interior, etc.

Muchas especies pierden la hoja (o incluso tallos jóvenes) cuando los periodos secos son muy prolongados. Esta caída puede presentar una cierta estacionalidad o ser totalmente irregular dependiendo de la existencia o no de ciclos pluviométricos a lo largo del año.

Adaptaciones a la aridez: la SUCULENCIA

Un tipo particular de adaptación muy frecuente en las zonas áridas, aunque no exclusiva de ellas, es la suculencia.

Las plantas suculentas son capaces de almacenar importantes reservas de agua en las hojas (casos del Aloe, Yucca, Agave…), en el tallo (cactáceas, Euphorbia...) o, menos frecuentemente, en las raíces (Asparagus, Pachypodium...) que, para ello, aumentan de volumen adquiriendo formas globosas y dando una fisonomía inconfundible a estas especies.

Durante los periodos de lluvia las plantas suculentas absorben grandes cantidades de agua. Después, podrán vivir de las reservas consumiendo poco a poco ese líquido durante el tiempo de sequía. Gracias a ello, hay plantas suculentas capaces de mantenerse hasta dos años sin necesidad de lluvia.

En muchos casos la capacidad de acopio es sorprendente. Carnegia gigantea, el característico sahuaro de Arizona y México, puede almacenar hasta 3m3 procedentes de los primeros cm del suelo o

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